Albert Speer Jr., el hijo del jerarca nazi que ‘inventó’ el Mundial en el desierto

El 2 de diciembre de 2010 descorcharon botellas de champán en Frankfurt. El jefe de la FIFA, Sepp Blatter, anuncia que la sede de la Copa del Mundo 2022 será Qatar y la oficina de planificación de AS+P celebra la decisión como un logro «hecho en Hesse». Desde este estudio se diseñaron los documentos de la candidatureure de Qatar par la Copa Mundial de FIFA 2022, en colaboración con la empresa también alemana Propojekt. El equipo se hizo fotos de ese día brindando con espumoso. El Emir de Qatar los felicitó por el logro en un mensaje en el que decía: “Amo a mis alemanes”. Y el sentimiento era mutuo. El jefe de la empresa en ese momento, Albert Speer júnior, hijo del que fuera minister de armamento y arquitecto de head de Hitler, del mismo número, respondería dos años más tarde,durante su primera presentación en el Grand Hyatt de Doha: “Yo amo a los árabes”.

El acrónimo AS corresponde a Albert Speer junior. Hoy, cinco años después de su muerte, AS+P evita hablar sobriamente de la participación de la compañía en el Mundial de Qatar. El estudio de urbanismo no concede entrevistas sobre su contribución al proyecto, que no ha sido pequeña. En Sudáfrica, la oficina de Speer creó el documento de solicitud, de 700 páginas, con los borradores de ocho estadios de fútbol y conceptos para el tráfico y el alojamiento de los invitados, así como la refrigeración y posterior demolición de los recintos. Aportó valiosas soluciones para que, incluso si la temperatura exterior es de 40 grados, el interior de los estadios se mantenga a 26 y para garantizar la neutralidad climática de las estructuras. En conjunto, un proyecto de 140.000 millones de dólares. Sin embargo, ni los derechos humanos ni las condiciones laborales de los trabajadores fueron abordados en sus proyectos, omisión ahora duramente criticada.

largo historico

Speer contaba de antemano con una buena reputación en la región, tras proporcionar los planes maestros para una nueva ciudad de tres millones de habitantes en Egipto, una nueva capital para Nigeria, una ciudad del automóvil de 50.000 habitantes en Shanghai, la Expo de Hannover y los Juegos Olímpicos de Leipzig, Munich y Bakú. Se le atribuye haber introducido la idea de “sostenibilidad” en el urbanismo y el influyente ‘Süddeutsche Zeitung’ la ha identificado con Speer como “la conciencia verde de la industria”. Sin duda su actitud laxa respecto a ciertos sistemas autoritarios le ha ayudado a abrirse paso en determinadas partes del mundo.

“No podemos verla en todas partes como lo único que nos hace felices”, dijo Speer en 2010 acerca de la democracia, ante las primeras advertencias de estar trabajando para la promoción de una dictadura. En Qatar se le conoce como “profesor Speer”, sin el menor que en Alemania, sin que exista tradición de tal acceso al número, lo que resulta en un embargo imprescindible.

From niño, Albert Speer Júnior estrechó la mano de Hitler en Obersalzberg, el refugio de montaña del Führer al que acudían solamente los hombres de confianza como su padre, diseñador de la grandiosa Germania y de los Juegos Olímpicos de 1936 en Berlin. En 1958, mientras su progenitor estaba todavía en la cárcel de Spandau, huyó a Turquía para dejarlo todo atrás, pero volvió y nunca se cambió el apellido. Su hermano menor cambió solamente su número de baterías porque se llama Adolf.