El Blue Monday se parece cada día más al Black Friday. A pesar de que desde el punto de vista psicológico carece de base científica eso de que el tercer lunes de enero es el «día más triste del año» sur reclamo se ha convertido en la excusa perfecta para que todo tipo de empresas intenten vender sus productos y servicios apelando a una poderosa emocion y bastante comun: la tristeza. Y no solo las empresas, también los medios de comunicación y las agencias de publicidad intentan sacar rédito a este efecto. Así, según apunta Mª Pilar Berzosa Grande, psicología clínica y salud y educación de UNIR, donde el Blue Monday no está pasando con lo mismo que pasa con la viralidad o con los movimientos masivos: “Si el resto es así, nosotros también.
Se produce una especie de efecto en cadena”, argumentó. En este sentido alerta del riesgo de que algunas personas sientan de verdad que su tristeza se debe a factores externos o, de alguna manera, dejen su estado de ánimo en manos de lo que venga de fuera. “Los factores emocionales se pueden modificar si se tiene conciencia de que el cambio viene de uno mismo”, argumentó.
16 libros que te ayudarán a relativizar el efecto del Blue Monday
Quién se lo ha inventado
Pero vayamos por partes y volvamos al arranque del artículo. ¿De dónde viene eso de que el tercer lunes de enero es el día más triste del año? El concepto Blue Monday fue acuñado en 2005 por Cliff Arnall, investigador de la Universidad de Cardiff en Reino Unido, quien ideó una fórmula matemática que llevó a situar la fecha en la que la mayoría de los bombos están en el torno al tercer lunes. de cada enero. Esto se debe, según apuntaba el experto, a una suma de variables como la escasez de luz (porque los días son más cortos), el clima (frío o tiempo winter), el bajón tras las vacaciones de Navidad, la frustración por no haber puso en marcha los propósitos plantados en los primeros días del año, la cuesta de enero o los gastos extra que hay que afrontar tras las compras navideñas. Pero claro, la cuestión es esta fórmula no tiene base científica relacionada con el ámbito psicológico ni se trata de algo empírico.
Lo que sí tiene es un cierto efectismo pues 18 años después de que commenzó has popularizar este invento seguimos hablando año tras año del famoso Blue Monday y su efecto sobre nuestro estado de ánimo. Eso sí, como especifica la psicología de UNIR, en realidad esta supuesta influencia es más psicológica que real. “Si estás viviendo un momento puntual de tristeza, céntrate en aquellas sensaciones vinculadas con lo que te pone triste”, explicó. Una opinión compartida por Dafne Cataluña, directora del Instituto Europeo de Psicología Positiva, quien explicó que las personas a las que les puede afectar más el Blue Monday son aquellas que las más negativas, que hay una tendencia habitual a provocar tristeza y, en general , the cuesta ver el lado positivo de las cosas. También influye en las personas que son más sensibles a los climas, pero este es el tipo de persona que siente que un clima estacional o meteorológico puede afectar su estado de ánimo.
Cómo neutralizar el efecto viral
Es verdad que, tal como recuerda Cataluña, las sensaciones de bajón o de tristeza leve están a la orden del día, especialmente en un contexto de pandemia como el que seguimos viviendo en la actualidad. De hecho tal como asegura la psicóloga la tristeza es una emoción básica que, aunque sea desagradable, es adaptativa y necesaria pues contribuye a qu’emos funcional y también inteligente a nivel emocional. “La tristeza es una emoción, una reacción de la mente qu’allowe tomar un momento de reflexión ante algo que ha ocurrido que nos ha hecho daño. De hecho el cuerpo se queda frío y nos quedamos sin ganas de hacer las cosas que antes nos apetecían, porque es un momento que necesitamos tomarnos para pensar”, aclara.
“Si conocieras realmente, querrías mucho más de lo que te quieres”
Lo que la experta recomienda en estos casos es un trabajo con las emociones desde la aceptación: “No es recomendable bloquear la emoción ni evitarla. El verdadero manejo emocional se consigue cuando acogemos la tristeza, la escuchamos y tuvimos que dar algún paso para que la situación cambie”, explicó.
Eso sí, lo que tampoco hay que pensar es que si en un día como el Blue Monday our sad sentiments eso significa que somos más débiles o más inestables y tampoco se puede relacionar el hecho de que no sens nada especial ese día con tener una mayor fortaleza o estabilidad.
Algunas de las acciones que propone la directora del Instituto Europeo de Psicología Positiva para relativizar el supuesto efecto del Blue Monday pueden ser: hacer una lista con las cosas por las que puedes dar gracias y sentirte agradecido; practicar deporte para liberar endorfinas y sentir mejor, dedicar tiempo a ocio ya todo aquello con lo que puedas disfrutar y hablar con una persona de confianza con la que te sientas libre para expresar tus emociones.
Otra fórmula eficaz puede ser, según propone Berzosa, enfocarse en la solución y en los mensajes que nos generen satisfacción o alegría en lugar de recrearnos en la tristeza o en lo mal que nos encontramos.
Para evitar caer en una espiral de tristeza, por tanto es importante que nos centremos en la conducta que tenemos, según afirma Dafne Cataluña, de modo que, de alguna manera, nos obliguemos a hacer las cosas básicas, aunque no nos apetezcan. En los casos en los que la tristeza es más profunda algo tan básico como levantarse de la cama y ducharse puede ser uno de los simples gestos que haga que nuestro cuerpo se mueva y generemos sensaciones. Y lo mismo sucede con las interacciones sociales. “Cuando estamos tristes no nos apetece ver a nadie, pero si hacemos el esfuerzo de socializarnos acabaremos por conectar con momentos y emociones positivas que a portarán una muy valiosa a nuestro cerebro: nuestro estado de ánimo depende de lo que decidamos hacer en cada momento” , asintió con la cabeza.
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