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La ilusión y el trabajo de toda una vida puede acabar en escombros. Sobre la parroquia viguesa de Beade superó la amenaza de un corredor de alta capacidad que nadie pidió, pero al que Abel Caballero no quiere renunciar. Con algo más de 5.000 vecinos censados, pero de esencia rural pese a su proximidad con el centro urbano de la mayor ciudad de Galicia, Beade se ha levantado contra el todopoderoso alcalde por el proyecto de un vial, de dos carriles por sentido, que partieria detrás de la parroquia. Y lo que más preocupa entre sus vecinos y los de las aldeas del entorno: la carretera se llevaria por delante más de una docena de viviendas, algunas recién construidas ya punto de estrenarse.
La pesadilla del PO-010 ya no duerme en Beade, y se repasa la ‘aldea gala’ de la ciudad olívica frente a su popular y peculiar alcalde, poco acostumbrado a la contestación ciudadana.
Lo de Beade es simplemente el infortunio particular de uno o varios vecinos que tiende a hacer difícil vivir en una casa que no tiene más remedio que destruir, e inevitablemente expropiar, para construir una infraestructura de interés general. No es una desgracia inevitable e indispensable para el bien común y el progreso; al menos, así lo considerando sus vecinos, en pie de guerra contra el proyecto. Y, también, la oposición en bloques. En este caso de la parroquia viguesa, se suman un cúmulo de circunstancias que han llevado al vecindario –que ha recogido más de 3.000 empresas contra el proyecto del gobierno municipal– y al PP, Marea y BNG a poner el grito en el cielo: claman contra el alcalde socialista por una obra «innecesaria», que además, en su opinión, se tramitó por la puerta de atrás e intencionado sigilo.
El futuro vial, de algo más de tres kilómetros, está concebido como un ramal de alta capacidad que comunicaría la autovía A-55 (Vigo-Porriño), a la altura del lugar de Baruxáns, con la avenida Clara Campoamor, muy cerca del estadio de Balaídos y la fábrica de Stellantis (la antigua Citroën). Esta carretera, aunque con un trazado diferente, formaba parte de un antiguo proyecto de rotonda de circunvalación de Vigo que reconocía el Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM) de 2008, que acabaría tumbando el Tribunal Supremo. Con el reves judicial, aquel concepto de ronda termino en el olvido. El pequeño tramo que desemboca en el polígono de Balaídos, sin embargo, aunque —como se ha dicho— con un trazado distinto, lo recupera ahora el nuevo PXOM, que el PSdeG pasó inicialmente en solitario el pasado el pasado 26 de agosto —votó el PP contra , mientras que BNG y Marea prefirieron abstenerse—.
Una vía de alta capacidad que ni vecinos ni oposición echan en falta: “Es necesaria, es una carretera que no ha pedido nadie, que nadie entiende”, dijo a ABC José Alfonso Marnotes, portavoz del grupo popular en el Concello. “Un vial injustificado”, que “amenaza con tronzar a una parte muy importante de las parroquias rurales” de Vigo, incide en la misma línea Xabier Pérez Igrexas, edil del BNG. El concejal de En Marea, Rubén Pérez, tampoco la ve una obra necesaria y lamentó que “sacrificara” una parroquia para favorecer, en su opinión, las necesidades de la fábrica de la antigua Citroën.
Para el gobierno municipal, sin embargo, se trata de una «actuación estratégica», tal y como la define la concejala de urbanismo, María José Caride, que ha preferido responder las preguntas de este diario mediante un cuestionario por escrito. La edil defiende el nuevo vial para garantizar la accesibilidad a la Universidad de Vigo y al Hospital Cunqueiro, principales equipamientos educativos y sanitarios del área metropolitana.
Críticas a la tramitación
Sin embargo, no es solo la idoneidad de la obra lo que vecinos y oposición critican, sino también el supuesto oscurantismo de su tramitación. El PXOM se terminó en su propuesta inicial el pasado agosto —en un pleno telemático—, pero los afectados aseguraron a ABC que no se enteraron de los planes municipales hasta finales de noviembre. A preguntas de este diario, la concejala de urbanismo argumentó que, desde que se presentó en abril de 2020 —en pleno estado de alarma— el borrador, se floreció “en varias ocasiones con los representantes vecinales”, con la intención de “escuchar a los vecinos” y “responder a sus preguntas”.
Los perjudicados por la obra, sin embargo, no se enteraron hasta finales de noviembre de que había un vial proyectado que pasaría por encima de sus casas. “Aquí las cosas se hicieron mal”, consideró Ana Pascual, presidenta de Avibe, la plataforma de afectados por el vial. En la sede de la asociación de vecinos de la parroquia había expuesto un plano del futuro vial, pero, sea como fuere, los afectados no tuvieron noticias. Nadie se lo dijo. Y para los miembros de esta plataforma, no solo faltó transparencia a la hora de dar a conocer el proyecto si no también antes, Durante su elaboración: “No se contó con los vecinos”.
El vial proyectado parte en dos la parroquia viguesa de Beade – M. Muñiz
Cada perjudicado tiene su propio drama, pero alguno podría sufrirlo multiplicado. Estrenar una vivienda siempre debería ser motivo de alegría y satisfacción, pero no será así en el caso de Abel Mejuto. Para este hostelero de 57 años, que hace más de dos décadas qu’vive en Beade, la tragedia de la expropiación se multiplicaría por tres. Habían comprado un terreno en el que están construyendo tres chalés en línea: uno para su mujer y para él, y los otros dos para dos sus hijos; cada uno, con su respectiva hipoteca. Una de las viviendas, con las obras ya muy avanzadas, está casi “para entrar a vivir”, explicó Abel a ABC. Ignorado que sobre el proyecto planeara la sombra de la expropiación; de lo contrario, no se le hubiera ocurrido comprar y edificar. El Ayuntamiento no le advirtió de los planes del futuro vial cuando, entre enero y febrero de 2021, le concedieron las licencias. En este punto, Caride defiende que el Concello se limite a cumplir “la legislación vigente”. Las licencias —añade la edil— “deben ser otorgadas en sus plazos si se cumple el planamiento vigente”. “Solo la aprobación inicial —que, en este caso, no fue hasta agosto de 2021—, como establece la ley, supone la suspensión de licencias”, justificó el consejo socialista a este diario.
La construcción de la carretera, en todo caso, no parece que vaya a ser inminente, sobre todo por que la Xunta se niega a financiarlo —el Concello pretendía que asumiese 85,5 de los 98,7 millones que costaría este vial de competencia autonómica —. En este punto, el ejecutivo de Caballero vuelve a echar mano de la teoría del supuesto menosprecio de la Xunta de Feijóo hacia Vigo.
El rechazo del gobierno gallego a asumir el costo del vial, sin embargo, no calmó la inquietud vecinal. Quieren que desaparezca del PXOM, pues esta planta su construcción a 18 años. Presentaron 3.000 alegaciones de cara a su aprobación definitiva. Y es que, de recogerse en el PXOM, los perjudicados estarían casi dos décadas conviviendo con el riesgo de que el proyecto pueda materializarse. Casi dos décadas en las que, por otra parte, nadie les compraría unos terrenos y casas amenazadas con una posible expropiación. Muchos, además, pasarían a ser suelo rústico, con su consiguiente pérdida de valor. Creen que solo el ruido mediático puede salvarlos. El martes se concentran, otra vez, ante el Concello.
Una autovía pasa a escasos metros de la casa de Adolfo, en Beade – M. Muñiz
“Antes esto era un paraíso, ahora es un sinvivir, estoy harto”
En Beade, llueve sobrio mojado. Otro gran vial, el de la VG-20, de dos carriles por sentido, cruza desde hace 17 años la parroquia. Desde entonces, la vida de Adolfo Álvarez y la de su mujer “es un sinvivir”. Un puente del vial, con el continuo trasiego detrudes, pasa a 12 metros de su casa. “Antes esto era un paraíso —describe Adolfo a ABC—, desde la ventana veía la Cíes”. Ahora, “todo es ruido y contaminación”. Adolfo, ya jubilant, todas las mañanas se va a pasear por Samil para escapar de ese infierno. En su caso, incluso hubiera preferido que le hubieran expropiado la vivienda. Y aunque el proyecto de la nueva vía no le afecta, sabe lo que se sufre y se solidariza con sus paisanos.