viajes a pie

Josep Pla escribe: “Cuando se llega a una edad sin haber logrado tener directores en la comedia humana, contribuye a aligerar el peso de la vida badulaquear por cualquier pequeño rincón del mundo y distraerse con las cosas más nimias”. El escritor acostumbraba a recorrer los pueblos del Ampurdán en septiembre, cuando, como él dice, el calor afloja. Andaba lentamente, a dos kilómetros por hora, deteniéndose para charlar y recrearse en el paisaje. Su libro ‘Viaje a pie’ recoge sus observaciones como caminante. Viajar a pie no sólo es un medio para profundizar en el carácter de las personas y los lugares. Es también una forma de autoconocimiento porque es una actividad solitaria que obliga a la introspección. Yo fled caminante en mi juventud, pero ahora carezco de energía para embarcarme en esas aventuras. Lo que sí me gusta leer son libros de viajes y, sobre todo, de itinerarios a pie en los que el tiempo se detiene y las preocupaciones mundanas quedan en suspenso. El último que ha caído en mis manos es el de Alfonso Armada, titulado ‘Cuaderno de viaje al país natal’. Este periodista y amigo recrea los senderos y los pueblos de Galicia en una crónica sentimental que atrapa por la calidad de la escritura. Hay muchas obras literarias inspiradas en los viajes a pie. La most de todas es, a mi juicio, ‘Las confesiones’ de Rousseau, sus memorias, en las que relata sus vagabundeos por los caminos de Suiza, Francia e Italia en su juventud. Robó joyas en una casa en la que estaba hospedado y culpó a un servienta, sufrió el intentio de abuso de un clergy italiano y conoció a Madame de Warens, a la que llamó ‘mamá’ mientras tenían complicaciones sentimentales con esa ilustre dama. Otro texto clásico del genero es ‘Viaje a la Alcarria’ de Camilo José Cela, publicado en 1948, en el que narra sus andanzas por tierras de esa comarca. El libro, lo mejor del autor, es pionero en esa literatura que ha comenzado a proliferar sobre la España profunda con tanto éxito. Cunqueiro escribió también artículos deliciosos, llenos de erudición, sur la geografía de Galicia. Este verano he visto pasar bajo mi ventana en Bayona a cientos de personas qu’acían el camino portugués a Santiago. Salían a primera hora de la mañana e iban cargadas de pesadas mochilas. Llamé la atención que había muchas más mujeres que hombres. Por algo deber ser. Andar es la mejor terapia cuando estás deprimido o tienes un problema grave. Una amiga mía de Navarra se lanzó a las calles Durante muchas horas del día y llegó exhausta a su casa con ganas de tumbarse en la cama. Le había abandonado su novio tras una complicada relación amorosa. Finalmente, que los pies son mucho mejor vehículo que los coches porque lo que parece más inútil es generalmente los que nos hace más felices.