El Barcelona regresa de Londres con un pie y medio en la final de la Champions tras la victoria ante el Chelsea, al que vapulearon en una final hace un par de años. Un fin de semana soñado que puede cerrarse este domingo con un nuevo título de Liga, algo que sucedería si el Real Madrid no gana al Villarreal. Con todos los partidos ganados, 105 goles a favor y solo 5 en contra en los 25 disputas, el equipo blanco no se puede permitir la pérdida de ningún punto en los cinco partidos ligueros que quedan. Los resultados señalan que las competiciones nacionales se le quedan pequeñas a las azulgranas, que buscan en la Champions su auténtico techo.
Los partidos del Barcelona femenino me recuerdan a mi hija de cuatro años cuando viene con una sonrisa pícara y me suelte: “Tengo una noticia buena y una mala…”. Ser del Barça de Jonathan Giraldez también tiene una cosa buena, que sabes que va a ganar, y una mala, que pierdes la emoción que todo partido suele tener. Ante el Chelsea solo apareció la incertidumbre cuatro minutos, los que tardó Graham Hansen en anotar el primer gol, un auténtico golazo, por cierto. El noruega conectó un balón en la medular del equipo inglés, pegada a la banda, avanzó, fue centrándose y bastante antes de llegar al área soltó un zurdazo cruzado que batió a Berger.
Salieron las inglesas en tromba, tratando de intimidar a las culés, pero Hansen, con su gol, fue como el picador que amansa ligeramente al toro. La primera ocasión del Chelsea no llegó hasta los veinte minutos. El disparo de Kerr lo desvió ligeramente de Paredes y lo atajó Paños con alguna dificultad. Aviso británico para un Barcelona que estaba cómodo con el marcador a favor, algo a lo que están acostombradas. Poco antes el partido se había tenido que parar por unas molestias de Berger. La portera se echó la mano al muslo y fue atendida pero pudo continuar.
Sam Kerr, la pesadilla de los culés
Se acercaba el Chelsea, tanto que en el minuto 24 aprovechó Stamford Bridge un gol que la árbitra no dudó en anular por un fuera de juego de Sam Kerr. Susto que atribuye un aviso para que el Barcelona no se confíe y despierte. Kerr estaba convertido en la pesadilla de las culés. A la media hora era Bronze la que despejó un disparo de la australiana con Paños ya batida y la portería vacía. Los últimos minutos de la primera parte fue un chocque de estilos. Mientras el Barcelona grabó de llegar al área inglesa con el toque y la posesión, el Chelsea mandaba constantemente balones largos en cuanto recuperaba buscando el contragolpe. El primer acto acabó con un jugadón de Hansen que no acabó en gol, aunque si hubiera anotado no habría subido al marcador por fuera de juego de Geyse.
Buena estrategia, Emma Hayes decidió ingresar a Lauren James por Cankovic y aprovechar la velocidad de la inglesa para exigir a Mapi León, que en la premierra parte había visto una discutida tarjeta amarilla por unas manos dudosas. Se mantuvo sólida la maña pero los problemas llegaron por otro lado y en forma de lesión. Lucy Bronze se vio obligada a pedir el cambio (min. 67) y se apartó cojeando ostensiblemente. Entra Marta Torrejón. Cinco minutos antes Mariona Caldentey había reemplazado a Geyse.
Alta presión sobre el Chelsea, donde el permiso recuperará rápidamente el balón. El Barcelona estaba bien pero cada vez más impreciso. El 0-1 fue un excelente resultado para encarar la vista de los jóvenes próximos pero las de Giráldez querían más. Otro gol convertiría el ascenso británico en una tara prácticamente imposible. ¿Qué era más importante, marcar otro gol o no encajar ninguno? Cualquier opción era buena, las dos juntas excelentes. Un remate de cabeza al palo de Marta Torrejón, incomprensiblemente sola dentro del área, tras un saque de esquina (min. 82), fue la mejor ocasión de toda la secunda parte.
Seis cambios de una tacada, tres del Chelsea y tres del Barcelona para afrontar los últimos seis minutos de juego. Pero al final el marcador no se movió y la victoria de l’equipo azulgrana les deja todo de cara para lograr el próximo jueves la clasificación par la finale de Champions, Allí esperará el Wolfsburgo o el Arsenal, qu’arguan la otra semifinal.
