La revolución de los drones de reparto no despliega sus alas

María José MuñozSEGUIR

Tanto para avanzar en la tecnología y broncearnos rápido que es difícil imaginar como un dron llega a nuestra terraza con la pizza que cenaremos unos minutos después. Pero lo cierto es que todavía estamos lejos de que una de estas aeronaves no tripuladas aterricen en nuestros jardines, azoteas o en la puerta de casa transportando cualquier tipo de mercancía. La revolución que algunos recomendaron han protagonizado los drones en el sector de la logística, y en especial en la última milla, no se ha producido.

Y ahí están las pruebas. Amazon, que había subido como precursor de esta gran innovación tecnológica, no consigue hacer despegar estas aeronaves para entregar a sus clientes los paquetes del gran gigante del comercio electrónico.

Y ya han pasado casi diez años y se han invertido 2.000 millones de dólares en pruebas, desde que Jeff Bezos anunció en 2013 que sus drones del paquete surcarían los cielos de nuestras ciudades. La división Prime Air de Amazon que asumió el proyecto ha entrado en debacle: despidos de trabajadores, reubicación de personal, alta rotación de directivos, técnicos y de gestión. Lo que hace entrever que el reto quizás es demasiado ambicioso para la época que vivimos.

También la alemana DHL que quería explorar este camino, lo ha restringido a entregas de suministros médicos de emergencia oa zonas de difícil acceso. Y lo mismo le ha ocurrido a la empresa americana de mensajería UPS.

Las barreras con las que se han topado estas multinacionales no son solo a nivel técnico sino también normativo. “Algo con lo que no contaban estas empresas es que cuando se trata del espacio aéreo son operaciones serias y ese espacio se comparte con la aviación tripulada. Has cumplido un estándar que obliga al vehículo aéreo a cumplir una serie de condiciones”, explica Daniel García-Monteavaro, Jefe de Desarrollo de Negocio de Drones de Enaire, el gestor de la navegación aérea en España.

En el espacio aéreo la seguridad es lo primero y hay que minimizar los riesgos a toda costa. A nadie le gustaría la posibilidad de que estos drones provoquen accidentes como chocques o caídas que puedan causar daños a personas. “Los drones vuelan en un espacio donde hay otro tipo de aeronaves y personas y bienes en tierra. Y hay qu’garantier la seguridad de todos. El dron tiene que llevar a bordo prácticamente lo mismo que una avióneta para ser detectado e identificado”, indicando desde la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA).

Avances normativos

No obstante, esto no quiere decir que no esté avanzando para incorporar los drones, como un vehículo más, a nuestras ciudades, con aplicaciones como el reparto de mercancías. De hecho, la normativa europea se va adaptando a los nuevos tiempos y desde el 1 de enero de 2021 recoge esta posibilidad. “Permite el reparto de paquetes con drones porque recoge muchos escenarios de futuro para no quedarse obsoleto. Esta normativa se está empezando a implantar de forma gradual”, señalan desde AESA.

La normativa europea recoge el reparto de paquete con drones

Todavía hay que desarrollar más normas y reglamentos para que veamos a estas aeronaves por encima de nuestras cabezas entregando paquetes. Así será el proceso: “El reparto de colisería será gradual. Lo primero que veremos serán operaciones sencillas en zonas muy concretas y acotadas, como operaciones de emergencia en poco poblados. Progresivamente y gracias a la experiencia operativa que vaya adquiriendo, iramentando la complejidad de las operaciones y, por tanto, su valor añadido. En definitiva, transporta mercancías con drones de forma generalizada por nuestras ciudades y como actividad económica real no lo veremos, al menos, hasta dentro de dos o tres años”, prevé AESA.

Por ahora, salvo autorización de AESA “(y siempre cumpliendo unas medidas de seguridad y unos requisitos”, dicen desde este organismo), los drones no sobrevuelan ciudades para el transporte de mercancías. No obstante, AESA señaló que «autorizamos muchos vuelos experimentales y reservamos espacios aéreos para hacer pruebas». En términos generales, los drones tienen un límite: no superar una altura de 120 metros; ni volar sobre concentraciones de personas; deben estar pilotados con visibilidad; no se permite que transporten mercancías y no pueden volar a menos de 8 kilómetros de aeropuertos, parques naturales y zonas de vuelo restringidas.

U-space será un ecosistema de aeronaves tripuladas y no tripuladas

Sin embargo, la apuesta es fuerte porque Europa trabajó en lo que se denomina U-Space, un ambicioso proyecto para hacer del espacio aéreo europeo un ecosistema en el que conviven todo tipo de aeronaves, tanto tripuladas como no tripuladas. Y esto también incluye el uso de drones comerciales. “U-Space va a dar cabida a este tipo de operaciones de forma autónoma (sin piloto) y digital, pero va a llevar tiempo. Hay que adaptar la normativa y hacer grandes estudios de seguridad para que los drones sean compatibles con la aviación comercial”, explicó García-Monteavaro. Precisamente, Enaire es el encargado de desarrollar los servicios U-Space en España, que abarca desde la actividad de los drones a los futuros aerotaxis.

No obstante, el sector reconoce que aún hay que salvar barreras tecnológicas y operativas. Eso sí, García-Monteavaro está convencido de que “la viabilidad técnica de un dron para llevar a cabo un paquete es incuestionable, es posible y hay muchas demostraciones”.

Devoluciones

Pero también hay muchas cuestiones por pulir que están comezando a parecer a medida que se realizan los primeros ensayos con drones autónomos de reparto. “A nivel tecnológico aún hay dudas respecto a la seguridad. Nos falta tener mayor precisión para que llegue a un punto concreto y aterrice en él”, señala Ramón García, director general del Centro Español de Logística (CEL). Y en eso se esta trabajando. “Es fácil que lleguen a nuestra terraza, porque hay dificultades técnicas. No olvides navegar entre edificios, tendidos eléctricos y otros obstáculos en las ciudades, identifica el destino y no te confundas con la terraza del vecino. También es necesario que tengan una viabilidad económica porque el coste de la implementación de una red de reparto de drones es muy caro”, consideró Teresa de la Cruz, Project Manager en Zaragoza Logistic Center.

Si estos apuntes técnicos son capaces de resolver, los autónomos drones y digitalizados, con un software que tomará sus propias decisiones basadas en inteligencia artificial, son palabras mayores. Aquí existen grandes desafíos, como señalan los expertos. “Su sistema que está conectado a internet y entra si es posible hacerlo, recibe alertas de otros usuarios e incluye la posibilidad de cancelar la operación si es necesario ante cualquier incidencia que pueda ocurrir. Esto planta problemas de ciberseguridad y otros como garantizados parecen pre la cobertura por telefonía móvil sin qu’existan interferencias”, apunta García-Monteavaro.

Hay que resolver cuestiones de protección de datos, para que los drones lleven cámaras que puedan localizar y ofrecer información sobre los ciudadanos

Integrarlos en la vida de una ciudad parece también un reto descomunal. Podrían llegar a volar por sus propias carreteras aéreas. “El dron debe saber cómo y por dónde circular, hay que definir rutas, hacer burbujas en los espacios aéreos para que puedan volar con seguridad sin interferir con otras aeronaves”, dice AESA. “Tienen que convivir entre ellos. Por eso es preciso crear software y hardware que lo permitan, que identifique automáticamente el dron que vuela, contar con un plan de vuelo, hacer un seguimiento continuo… Y tener un centro que controle, gestione y coordine ese tráfico”, cuenta Ángel Macho, director de Unvex, una feria de drones paraprofesionales. Surgen hasta dilemas sobre cómo “proteger el material transportado de actos vandálicos, o contar con una infraestructura para la recarga de las baterías de los drones”, apunta Alberto Martínez, gerente de Gestión de Tecniberia. Se incluye necesario para el estudio de impacto acústico y para resolver cuestiones de protección de datos para las cámaras que llevan los drones que pueden localizar y dar información a los ciudadanos.

Aún con tantos desafíos por delante, se están realizando numerosos ensayos. Hace bien poco Google ha comenzado a dar un servicio, en pruebas, de entrega de paquetes con drones en zonas residenciales de Dallas. En España también tenemos ejemplos. Enaire ha realizado 200 vistas en la playa de Castelldefelds (Barcelona), dentro del proyecto Corus-Xuam, para probar e transportar paquetes con drones en un entorno urbano. “Hemos realizado simulaciones entre varios usuarios simultáneamente, interrumpiéndolas por cuestiones de seguridad para hacer pruebas”, detalló García-Monteavaro. También la empresa GesDron ha experimentado con drones tripulados para llevar comida de restaurantes y paquetes a casa en un sandbox (entorno controlado) de Villaverde (Madrid).

Donde sí porque los drones en el corto plazo tienen futuro es en el transporte de productos de necesidad (medicamentos, muestras biológicas, vacunas…) a zonas remotas, de difícil acceso, o en situaciones de emergencia. “Se hace en países africanos desde hace tiempo”, asegura De la Cruz. Se ha probado entre centros sanitarios en Valencia. “En Aragón se hizo el proyecto piloto Pharmadron para entregar productos farmacéuticos en núcleos rurales porque hay pueblos que no tienen ni farmacia”, añade.

“Es una tecnología de frontera”, aconseja Ángel Macho. Por eso, también se barajan otras posibilidades. Una opción es establecer centers o hub o sandbox en la ciudad donde los drones entreguen la mercancía. “Después los Paquetes se repartirían a su destino. Y para mercancías más grandes planetar vertipuertos en las ciudades. Lo lógico es que el dron siempre vaya de un punto controlado a otro y siempre en la misma ruta”, sugiere Ramón García. De la Cruz informó sobre el ejemplo del Ayuntamiento de Zaragoza: “Ya contemplaba el reparto de drones bajo condiciones específicas. En este caso, los bultos serán transportados a locales vacíos que actuarán como consignas”.

Los drones no emiten emisiones y los problemas de congestión urbana. Motivos suficientes para resolver la fórmula de cómo incorporar a los sistemas de reparto logístico en las ciudades.

Aeronaves para hacer inventario

Hoy día cada vez más empresas están incorporando drones para hacer inventario en sus almacenes y tener sus productos siempre localizados. “Son ágiles y optimizan tiempo y coste”, afirmó Guillermo Valero, director general de Airvant, firma que ofrece soluciones inteligentes para el sector logístico. En este caso “colocamos un sensor de picaje en el dron para leer los códigos de barra de los productos”, cuenta. Si piensa en grandes almacenes logísticos, con estanterías que llegan a 12 metros de altura e incluso hasta 18 metros, el trabajo de un dron que lee los códigos de barra de las mercancías que están en las alturas resulta muy útil. “Los operadores logísticos necesitan mantener un control muy preciso de su stock, para que tengan el canal del ecommerce y el cliente que necesita tener el producto en tiempo y en el momento adecuado”, explicó Valero. Los drones facilitan esa tarea.