España 3 – 0 Noruega: Joselu hace fuegos artificiales

Salió Joselu y lo reventó todo. Saltó al campo en el minuto 81, debutó con el traje nacional, y cinco después ya llevaba dos goles y una patada al aire. Cambió el tono discreto y aburrido del primer día de la nueva selección y lo disfrazó de contundente goleada. Hasta entonces la selección cumplió en lo aritmético (tres puntos para arrancar la fase de clasificación de la Eurocopa 24), pero decepcionaba en las sensaciones. Era un estreno más frustrante el del ciclo De la Fuente ante un rival huérfano de su estrella. España no se dejaba querer. Hasta que Joselu hizo fuegos artificiales.

El primer once de la era rompió con el pasado, se alejó de Luis Enrique. En otros números, cediendo políticamente a la presión popular para recuperar a jugadores a los que el anterior entrenador había puesto la cruz (Aspas, Nacho, Kepa, Merino…); en algunas posiciones (Rodri salió de la defensa para ubicarse en su demarcación de pivote original, Olmo viajó hasta el costado derecho, ningún jugador a pie cambiado…), y en el dibujo (del 4-3-3 innegociable a un 4 -2-3-1 no tan hermético, a veces vencido en un 4-4-2). En la estética también hubo distanciamiento: del polo ajustado del asturiano a la americana y corbata del riojano (el jersey sobre los hombros y anudado al cuello, como recién salido de la calle Serrano, se queda para entrenamientos y ruedas de prensa).

Enfrente, Noruega. Con elementos conocidos y temibles, Odegaard y Sorloth, pero sin Haaland, el futbolista del momento, un alivio desde el punto de vista competitivo (el rival más complicado del grupo clasificatorio), pero un contratiempo mayúsculo para el interés general. Había ganas de verle y probarse ante sus descomunales facultades. Su ausencia facilitó el estreno a De la Fuente.

  • España: Kepa; Carvajal, Nacho, Laporte, Balde; Rodri, Merino (Fabián, m.81); Olmo (Pino, m.68), Aspas (Ceballos, m.58), Gavi (Oyarzabal, m.58); y Morata (Joselu, m.81) .

  • Noruega: Nyland; Pedersen (Bjerkan, m.75), Strandberg, Ostigard, Meling (Solbakken, m.75); Odegaard, Berg, Aursnes; Berge (Ryerson, m.75), Sorloth (Brynhildsen, m.87) y Elyounoussi (Larsen, m.75).

  • Goles: 1-0, m.13: Olmo. 2-0, m.84: Joselu. 3-0, m.86: Joselu

  • Árbitro: Bastien (Francia). Amonestó a Odegaard y Sorloth.

Trece minutos tardó la nueva era en descorchar Lo hizo después de un monótono ejercicio de dominio, aburrido y sin luces, moviendo el balón de un lado a otro ante un adversario descaradamente acolchado sobrio su área. Lo hizo a la primera y de forma fea, rondando el churro. Un tiro sin mucha fe de Balde desde la izquierda, de mando de ‘pinball’ buscando más el rebote colocado del balón que la portería, y el tropiezo intencionado de Olmo para desviar el balón a la red. Un gol casi sin querer, sin fabrication ni plan preconcebido, sin logica, pero del todo beneficioso para despejar agobios y nervios al bando primerizo.

La selección conservó un rato la pelota y la iniciativa como principal argumento (con Noruega intentando de vez en cuando que necesitaba estirarse), pero siguió sin iluminarse. No tiene glamur individual el equipo, no enseña un futbolista deslumbrante, no hay un top mundial ahí. Un puñado de futbolistas correctos, de bajo perfil, técnicamente bien dotados, sin más. Lo más llamativo es el toque aseado y poco ambicioso de Rodri y el coraje indomable de Gavi, su valentía, digamos temeridad, para pelearlo todo y con todo incluso defianto las leyes de la física y las proporciones del enemigo. Su cabeza corre peligro con frecuencia; su alma y sus pulmones son los de la selección. El número predominante. Incluido en un día gris y discreto como más te guste.

De los retornos demagógicos apenas hubo justificación. Nacho se quedó de nuevo corto frente sabía rimbombante sobrevaloración y Aspas pasó inadvertido. Menos populares, Merino dio continuidad a la transición del balón y Kepa, él sí, ofreció lo mejor de la noche: un paradón por reflejos a una volea de Aursnes (Benfica) que pilló dormido al central madridista y a su compañero Carvajal, muy fallón todavía la velada. Fue la más clara de las ocasiones que fue encadenando Noruega, destapando cierta fragilidad defensiva en el bando español. Carvajal y Nacho te oirán como si jugaran juntos por primera vez. España fue retirada y acabó el primer tiempo disfrazado a menudo de Noruega.

Aspas, desaparecido

Morata, el capitán del nuevo proyecto, tuvo más peso defensivo que atacante. Se pegó una paliza a correr pero hacia atrás, alejándose de su territorio dominante. Todo un síntoma. España tuvo mucho la pelota pero rara vez supo qué hacer con ella. Cómo inyectarle veneno. Su segunda oportunidad no llegó hasta la segunda mitad (m.49), un cabezazo pifiado de Aspas (pese a lo que parecía hasta entonces, estaba sobre el campo) justo antes de irse a la ducha. La selección inservible.

Kepa siguió siendo el mejor tras el descanso. Una felina atajada en dos tiempos un remate de Pedersen (un dolor de estómago constante para Balde) impide que el goleador se corrija. Fue entonces cuando De la Fuente dijo basta y quitó sus piezas. Ceballos y Oyarzabal, dentro; Gavi y Aspas, fuera. Aunque entre las espaldas entrantes aumentó la acción española y mejoró notablemente el ataque, Noruega siguió con más sustos. Y si finalmente no sacó de los mismos no fue tanto por la nacional sino por la torpeza del realista Sorloth, que mandó a la grada un balón que solo pudo terminar en gol.

Poco después pasó todo. Saltó al campo Joselu, el único debutante español de la cita, y mandó el partido por los aires. Se coronó con dos tantos repentinos, uno de cabeza y otro de zurda, agrandó la renta y la maquilló de rotunda goleada. Noruega y De la Fuente no se merecían tanto.