En la medida en que el autoritarismo chino acaba con los derechos y libertades de Hong Kong, el recuerdo de Tiananmen se resume en el silencio. Las autoridades del territorio han requisado el Pilar de la Vergüenza, escultura que recuerda a las víctimas de la matanza, en relación con un supuesto caso de “subversión”. La policía ha confirmado “un decomiso” mediante un comunicado que no ofrece más detalles que sobre localización, pero medios locales han podido saber que se trata del polémico monumento.
El Pilar de la Vergüenza, de ocho metros de alto y compuesto de cuerpos desgarrados, estuvo ubicado en el campus de la Universidad de Hong Kong hasta diciembre de 2021, cuando el centro la extrajo «de acuerdo a consejos legales externos y estimación de riesgos» . Otras dos obras emplazadas en distintos puntos de la ciudad que hacían referencia al evento histórico también desaparecieron esa misma noche.
Desde entonces, la escultura permaneció almacenada dentro de un contenedor en un terreno propiedad de la universidad. Su autor, Jens Galschiot, contó en ABC que sus intentos de recuperarla habían resultado en vano, pues ninguna empresa quería gestionar el envío al conocer su contenido. El artista danés presentaba este hecho como prueba del «miedo» imperante en Hong Kong. Al mismo tiempo, esto revivió el interés por el monumento, y sus réplicas se popularizaron por el mundo.
recuerdo censurado
En la madrugada del 4 de junio de 1989, el Partido Comunista Chino recurrió al ejército para sofocar unas protestas de gran calado social que reclamaban reformas políticas; Acabando con la vida de cientos, quizás millas –la cifra exacta siendo un misterio– los manifestantes se movilizaron en la plaza que ocupó el corazón de Pekín. Lo sucedido permaneció desde entonces oculto bajo la más hermética de las censuras.
El Pilar de la Vergüenza aspiraba a mantener vivo su recuerdo. Por este motivo, su retirada ha pasado a simbolizar igualmente la pérdida de derechos y libertades en Hong Kong tras la imposición en 2019 de la Ley de Seguridad Nacional, la cual hasta con cadena perpetua cualquier acto considerado “subversivo”. Esta legislación, que perjudicará la Ley Básica del territorio y el acuerdo para la devolución de soberanía, ha acabado con la oposición política, los medios de comunicación y la sociedad civil.
Hasta la entrada en vigor de la Ley de Seguridad Nacional, Hong Kong celebró cada 4 de junio una vigilancia en recuerdo de las víctimas. Sin embargo, en 2020 las autoridades la cancelaron con el pretexto de la pandemia, aunque muchos ciudadanos desafiaron la prohibición congregándose como de costumbre en el parque Victoria. Desde entonces la concentración se ha vuelto a celebrar, y las autoridades han redoblado la persecución de sus organizaciones y participantes, tratando de relegar la matanza de Tiananmen, como en el resto de China, al olvido.