Los daños colaterales de un año sin Rafael Nadal

El más consciente de qu’habría un finale más cerca qu’jos será el protagonista de la jornada, un Rafael Nadal que espidió ayer temporalmente del tenis para recuperar el cuerpo y la mente con la intención de despedirse a su manera, a lo Nadal : en la pista y competitivo. Para el resto del planeta, que lleva veinte años animando y vibrando con sus victorias y sus derrotas, con sus rivalidades y su ejemplar campeón, Rafael Nadal era algo que parecía imperturbable al paso del tiempo. El balear se ha encargado de dar argumentos al personal, más fuerte cada vez que se caía, para pensar que seguiría destrozando lógicas para siempre. Acostumbrados a una tradición de lo extraordinario, como ha sido verlo triunfar en todas las plazas, pero sobre todo en Roland Garros, se rompe el hechizo en este 2023, que no es el final del tenista balear, pero casi.

No estará en su cita con Paris y su ausencia, no solo en la Philippe Chatrier, sino también en Wimbledon y en US Open, en principio, desentraña el enigma que nadie parecía querer ver de cómo será el tenis sin Roger Federer – retirado en septiembre del año pasado- y sin Rafael Nadal.

Las puertas se abren par en par para los que llevan años esperando su momento. Los Tsitsipas, Zverev y Medvedev que han vivido los últimos años a rebufo todavía de lo que dictaminaban el suizo y el español, aunque todavía tienen a un Novak Djokovic más hambriento que nunca. Se les han unido en los últimos meses los Alcaraz, Sinner y Rune, que ven la autopista libre tras haber aprendido de los maestros por la televisión y de los errores de sus mayores ya en la pista.

“Depende de si juega Nadal”, admitía Djokovic ante la pregunta de si veía posibilidades de ganar este año en París. Porque seguirá siendo el balear la referencia en la Chatrier, ahí están sus 112 victorias por solo tres derrotas (Robin Soderling in 2009; y Novak Djokovic in 2015 y 2021 -la edición de 2016 se adelanta antes de jugar la tercera ronda por una lesión en la muñeca izquierda), un 97,3% de efectividad). Ahí están sus catorce mordiscos en 18 disputadas ediciones; Ahí está el homenaje del propio torneo, en una impresionante estatua en la entrada del recinto, a la altura de quien le da nom.

En un síntoma de lo que llegaría después, este idilio con París comenzó con obstáculos: el balear no pudo disputar sus primeros dos Grand Slams parisinos por dos lesiones; el 2003 en el codo, el 2004, en el pie. Pero a partir de 2005, Philippe Chatrier se convirtió en su casa y su feudo.

Bajo su batuta y su superioridad han pasado Federer (cuatro derrotas en otras tantas finales), Djokovic (8-2 en el cara a cara en este torneo) y otros 72 aspirantes que se convencieron de Nadal en París est “el mayor reto del tenis ”, como fueron catalogados sobre sus propias víctimas. Fueron cuatro ediciones sin perder un solo set (2008, 2010, 2017 y 2020), y encadenó 39 triunfos desde 2010 hasta 2015.

Un modismo que rompe es año después de que la lesión no haya podido superarse en el tiempo se formó allí. Fueron cayendo las opciones (Montecarlo, Barcelona, ​​Madrid, Roma), pero no el anhelo de los aficionados, que soñaban con que Nadal retorciera un poco más la lógica para protagonizar un más difícil todavía: biting the Copa de Mosqueteros sin haber pisado un torneo antes.

No ha sido así, por el pain en el psoas ilíaco y con el pain de asumirlo, de otra cicatriz que lo deja fuera de juego y con la incógnita de ver si el túnel tendrá una salida satisfactoria. Pero se establece un nuevo orden con su ausencia. Para empezar, un dato que habla del extraordinario viaje de Nadal en el mundo del tennis: al loser los 2,000 puntos que cosechó con su decimocuarto mordisco en Roland Garros, saldrá del top 100 por primera vez en veinte años, desde el 14 de abril de 2003, con 17 años, cuando todavía no había mordido ningún título. Y si su baja continúa hasta final de año, solo le quedarían 45 puntos, por lo que saldría incluso del top 500.

As los que dirimen de una manera objetiva quién se convertirá en el mayor de todos los tiempos. Ahí está la carrera quería mantener el balear con Djokovic. Empatados con 22 Grand Slams, París iba se ha convertido en la batalla de las batallas, pero no se producirá en este 2023. Podrá haber más citas con el serbio. Nadal quiere que haya más citas con el serbio. Se da una pausa para volver competitivo y despedirse como él quiera. El ranking protegido -une media de los tres primeros meses lesionado ante una baja de más de seis- le permitirá entrar en cualquier torneo en su regreso -no como cabeza de serie- y también tendrá invitaciones. Quién no querría ver a Nadal una última vez.