El corazón del mundo electrónico está en los chips, de hecho Chris Miller, autor del libro `Chip War´, se refiere a ellos como una batalla por controlar el recurso más crítico del mundo. Y Estados Unidos y China son los dos colosos que están en una contienda por intentar gobernar la escala de lo más pequeño, en el orden de los nanómetros. Mateo Valero, catedrático en arquitectura de computadores de la Universidad Politécnica de Cataluña y director del Centro de Supercomputación de Barcelona, afirma que “el coronavirus es entre diez y cincuenta veces más grande que los chips más avanzados”.
La capacidad de sofisticación pone así a prueba la seguridad nacional, la supremacía militar y la cadena de suministros, especialmente tras las tensiones con Taiwán, con un papel crucial en esta guerra, ya que produce el 90% de los chips más avanzados. La invasión de esta isla rebelde supondría un infarto para la economía mundial. Un problema para todos.
Washington ha afirmado que los nuevos controles a la exportación de semiconductores a Pekín se deben a sus usados »para producir sistemas militares avanzados, incluidas armas de destrucción masiva, nucleares y modernas»; Desde los autónomos drones hasta los avanzados sistemas de guerra electrónica y la potencia informática surgieron en gran medida de los semiconductores.
Miller precisó que “un solo misil contra la fábrica más avanzada de Taiwán, TSMC, que es el fabricante más importante de papas fritas con altos servicios, causará miles de millones en pérdidas por las pérdidas en la producción de teléfonos, centros de datos, vehículos , redes de telecomunicaciones y otras tecnologías”. Por todo esto, EE.UU. según la Ley de Chips y Ciencia ha exigido algunas de sus principales empresas de fabricación de chips avanzados que detengan sus envíos a China. Y ha bloqueado la exportación de las herramientas usadas para fabricarlos, unido a la prohibición de que el talento ‘made in USA’ trabaje con empresas de chips chinas. Al mismo tiempo, ha impulsado la producción de semiconductores en un solo país por valor de 280.000 millones de dólares.
Subvenciones de las que se beneficiaron empresas estatales como Nvidia, Qualcomm o Intel, y también de la taiwanesa TSMC, que levantó en Arizona una planta de 12.000 millones de dólares. Manuel Muñiz, rector de IE University y decano de la escuela de Asuntos Públicos Globales, afirma que China tiene una gran dependencia de las importaciones, y no tiene capacidad de fabricación propia en el campo de los chips más sofisticados.
The idea of EE.UU., con sus medidas restrictivas al comercio y la transferencia tecnológica, es crear un cuello de botella y retardar el desarrollo tecnológico del gigante asiático en sectores muy estratégicos. Ya que Muñiz detalla que “el ascenso de la China tecnológica es extraordinario, es el mayor reto al que se ha enfrentado EE.UU. desde que se convirtió en una superpotencia. Sí que en el sector tecnológico los chinos tienen la estrategia ‘Made in China 2025’ donde han explícito que quieren dominar la inteligencia artificial, la robótica avanzada, la aeronáutica o la supercomputación”.
Una empresa clave es la taiwanesa TSMC, valorada en 454.000 millones de dólares. Además, Taiwán obtiene el 15% de su PIB de los microchips. Pero Valero matiza que “China quiere Taiwán por TSMC y Estados Unidos ha dicho que siempre defenderá Taiwán, pero solo hasta que tenga un clon de su tecnología en EE.UU.”. Y China consciente de su importancia ha contratado a más de 100 ingenieros de TSMC para sus empresas de semiconductores. Ya que el robo de talento es la otra baza con la que juega China para acceder a la última tecnología de los chips.
Nadie es una isla
Xi Jinping afirma que las empresas chinas, con la aprobación del estado, anulan la hegemonía occidental de todas las formas posibles. Según explicó Miller a ABC: “ya que en los chips China gasta más dinero que importando petróleo”. Así se ha convertido en el mayor consumidor mundial de patatas fritas. El año pasado los ingresos internos en la industria de semiconductores de China superaron los 157.000 millones de lares, de las 20 empresas de semiconductores de más rápido crecimiento a nivel mundial 19 eran chinas.
“Hola, EE. UU. y aliados y socios como Taiwán, Corea del Sur y Japón tienen una gran ventaja en la fabricación de chips en relación con China. Sin embargo, esta ventaja se ha erosionado un poco en los últimos años. Además, la investigación de código abierto encontró amplia evidencia de chips estadounidenses en los sistemas chinos militares. Los nuevos controles de exportación están diseñados para hacer esto más difícil”, comentó Miller a ABC. Y la idea es que desplegar estas cortapisas antes de que el gigante asiático se inmunizara de sus efectos.
La primavera de 2021 de una bruma china hippersónica que se sustentó en las fichas de altas prestaciones fue lo que preocupó a Estados Unidos. Fue ‘un momento Sputnik’, llegó a decir el general Mark S. Milley, el jefe militar de EE.UU., refiriéndose al satélite soviético que alimentó la carrera espacial durante la Guerra Fría. No en vano, Muñiz se refiere al enfrentamiento real de China con EE.UU. como Guerra Fría.
“Con el conflicto de Ucrania, el país asiático está tomando buena nota. Pero la economía china está más integrada a nivel mundial que Rusia. Chile, por ejemplo, exportó más a China que a EE.UU. y la UE conjuntamente. El gigante asiático presta ya más a los gobiernos de América Latina que el Banco Interamericano, el Banco de Desarrollo de América Latina y el IMF juntos. Así ocurre en otros continentes. Es un sociocomercial más relevante que EE.UU.”, explicó el profesor del IE.
remar en equipo
El problema es que las medidas iniciadas por Biden tendrán eficacia solo si sus aliados reman a una. Sin embargo, dada la dependencia del mercado chino eso será complicado. Enrique Dans, profesor de innovación y tecnología de IE University, comentó que “si quieres controlar el flujo de importación/exportación desde China, te darás cuenta de que las propias empresas estadounidenses -como Nvidia-Protestan porque tienen un mercado muy importante en el país asiático y quieren seguir facturando. Y también a los socios comerciales de EE.UU., como Corea del Sur oa Taiwán, les obligan a renunciar al más grande mercado del mundo que tienen al lado. Al mismo tiempo, te encuentras empresas estadounidenses fabricando chips específicos para China y se quedan justo en la barrera de lo que pueden exportar”.
Finalmente, The New York Times informó que el 30% de los insumos de los estadounidenses de semiconductores provienen de las ventas en China, que importó más de 400.000 millones de dólares en chips en 2021. No obstante, esa globalización perjudica también al gigante asiático, hay que la fabricación de chips supone contar con una gran cantidad de componentes y pasar por un proceso de diseño, fabricación y montaje que depende de numerosos países.
Así que frente a la autonomía que pretendía conseguir China para 2025, In señala que “hoy en día nadie es autosuficiente, el futuro no pasa por ahí. Las fronteras son un concepto anticuado y cada vez más los productos más sofisticados se abastecen de cadenas de valor que llegan de todas partes”. Boston Consulting Group reveló que si esta región del mundo tuviera que pagar por el valor de fabricar chips, el costo, solo en inversión, sería de mil millones de dólares. Y faltaría alrededor de 100.000 millones de dólares anuales para mantener la industria operativa.
No obstante, frente a las sanciones estadounidenses China puede reaccionar usando la carta de restricción del suministro de minerales de tierras raras procesadas, que son usadas para los chips. También llegó ha anunciado que suspendía el cese de exportación de arena a Taiwán, que son la fuente del silicio. Asimismo, como recuerda Valero, “Rusia es el país del mundo que más materiales raros se usan en chips”. Es que en la gran cadena de suministros que supone la fabricación de un chip pueden surgir obstáculos geopolíticos, desastres naturales como la moto de tierra que hubo en Taiwán o problemas de sequía, es que la fabricación de chips requiere grandes cantidades de agua, de ahí que haya EE.UU. la urja blindarse.
pregunta de tamano
Boston Consulting Group estima que el 92% de los chips de 10 nanómetros menos, que son los más potentes, se producen en Taiwán y el 8% restante en Corea del Sur. Por supuesto, Taiwán con TSMC y Corea del Sur con Samsung concentrando el 81% del mercado global. Estados Unidos no quiere que el dragón asiático produzca chips por debajo de los 10 nanómetros. Sin embargo, la compañía china SMIC ha sido denunciada por TSMC por piratear sus procesos. La cuestión es que si China vería como es echa el freno de mano en el desarrollo de chips más avanzados, aún así seguiría obteniendo beneficios porque puede seguir fabricando chips maduros, más grandes, qu’usan en numerosas industrias.
Mientras, YMTC que es el mayor fabricante de chips de memoria de China ha venido recibiendo desde hace tiempo el apoyo económico del gobierno chino. No obstante, como matiza Valero, del BSC, “para hacer chips se necesitan muchas tecnologías diferentes. La más importante de todas es la litografía que tiene una máquina de la empresa holandesa ASML, spin-off de Philips, incluida la que TSMC e Intel han invertido”. Printed los patrones en una oblea de silicio y es la llave fundamental.
El cortafuegos comercial de EE.UU. le impide a China acceder al último modelo de esta maquinaria, ya que algunas de sus más de mil piezas son estadounidenses y eso la hace estar propensa a las restricciones de Biden, y a su vez ser irreplicable. Sin embargo, ASML ha seguido vendiendo su equipo de la generación anterior a China, que en 2021 adquirió 81 máquinas. ASML negó a seguir las prohibiciones estadounidenses, dado que solo en 2021 las ventas en china superaron los 2.700 millones de dólares.
De esta forma el dragón asiático consigue saltarse las restricciones de Estados Unidos. Otro pilar fundamental en esta industria es la empresa británica ARM que comercializa la arquitectura de los chips, es decir las estadounidenses Apple, Samsung o TSMC. Su CEO, René Hass dijo en una entrevista con The Verge que “en su cartera de clientes está prácticamente todo el mundo”.
Estos números muestran que la deslocalización de la producción de chips y gran parte de su concentración en Asia ha provocado un grave error en el cálculo de Estados Unidos y Europa. Y ahora, como señala Miller, “la economía mundial depende de los chips fabricados en puntos geopolíticos críticos”. La consultora Kearney, dijo que el Viejo Continente tiene una gran vulnerabilidad tecnológica. Y en esta guerra por los chips de Europa en el futuro tendrá que optar por un bando por contacto de mantenimiento con los dos.
En este tiempo cruzado con una tensión creciente entre ambos países, los expertos hablan de que China y Estados Unidos están usando la táctica del ‘corte del salami’. Consiste en acciones políticas dirigidas a debilitar o destruir a un oponente y conquistar espacios. Una reformulación del divide y vencerás. Así por ejemplo, Estados Unidos consigue mediante el aislamiento de China mantener el liderato en el avance de la IA. Porque desby Baidu. como fuente de chino de búsqueda web, a ByteDance, la dueña de Tik Tok, depende de los chips de la empresa estadounidense Nvidia.
Esto implica una reformulación de los resultados inciertos. Lo que está claro es que como comenta a ‘The Economist’ Greg Allen, exdirector de Inteligencia Artificial del Pentágono, «his drásticas medidas que buscan cortar hasta la última cabeza de la hidra industrial del chip en China» en la guerra total que se ha desatado.