‘Dius’, el grafitero de 15 años sin piernas ni antebrazos: “Tiene un sexto sentido crítico y artístico”

Adrián ha visto en el grafiti una puerta abierta para su creatividad. Que no tenga extremidades, no impida a este adolescente de 15 años entregarse a lo que le gusta: coger el espray o el lapicero digital y de grafito para dar rienda suelta a su inventiva. “Cuando me voy de viaje, me fijo en las pintadas; me llaman la atención”, dice ‘Dius’, su alias en su otro mundo. Larga vida a Corral de Almaguer, una pequeña población toledana de 5.500 habitantes. “¡Qué quieres que te diga! Por decirlo así, el mundo se ve como una mierda desde una silla de ruedas», suelta por el teléfono, con una media sonrisa, cuando le preguntas por su situación. “Me gustaría estar en otras circunstancias, pero hay que afrontarlo así”, añade. Adrián tiene reconocido un grado de minusvalía del 97 por ciento. A los dos años, perdió las extremidades debido a una meningitis que déembocó en una infección fatal generalizada en la sangre. “Por una sepsis le amputaron las piernas hasta los muslos y los brazos hasta los codos”, recuerda su madre, Rosa. Ella resume en pocas palabras la “pelea” de la familia con las administraciones para conseguir ayudas económicas. “Por ejemplo, tocó luchar mucho para lograr la financiación íntegra de las prótesis de Adrián”, recuerda. Su hijo cursa segundo de la ESO en su pueblo, en el colegio La Salle. Pero “va fatal” en los estudios, según su madre, que lo castiga con no usar el teléfono móvil cuando incumple sus obligaciones. Y es aquí donde está el germen de la afición de ‘Dius’ al dibujo y también a los grafitis. “Cuando le quitas el móvil, pinta todavía más porque es lo que le mantiene”, reconoce su progenitora. Por eso, para que siguiera dibujando, le compraron una tableta digital en julio y, a primeros de este año, ‘Dius’ se apuntó a la Escuela de Arte Urbano La Mancha, a la que va los viernes por la tarde después de nadar. “Se me da bien las dos cosas, pero me gusta más grafitear”, sonríe el adolescente. “Sabe expresarlo a su manera” El centro creativo La Mancha se encuentra en Quintanar de la Orden, a veinte minutos en coche de Corral de Almaguer, y sus profesores subrayan el carácter atrevido de Adrián. «Es un chaval muy echado para ‘alante’, muy observador como grafitero», asegura Franz Campoy. Él es el director y profesor de la escuela, que está viviendo temporalmente en Łódź (Polonia), la capital europea del arte urbano, aprendiendo de los grandes murales y también para ampliar sus estudios de doctorado en Bellas Artes. “Nunca había conocido un caso como el de ‘Dius’. Era una novedad, no ya por sus condiciones físicas, sino por su interés por querer aprender y, sobre todo, por pintar”, resalta el docente, quien ayudó al chico a buscar su alias. Trató a Adrián dure un mes y recuerda cómo su padre, Miguel Ángel, le contaba el interés de su hijo por los grafitis cada vez que iba a Quintanar de la Orden y por conocer a Franz, que también firma murals y obras de arte urbano en esta población manchega. “’Dius’ tiene una capacidad de observación muy buena y un sexto sentido crítico y artístico”, recalca su profesor. “Lo bueno es que sabe expresarlo a su manera, sobre todo en una tableta porque puede moverse sobre una superficie digital con una agilidad especial; y lo intenta llevar también a la pared”, enfatiza. ‘Dius’, delante del mural donde practica en su casa – Foto cedida Adrián está aprendiendo la técnica del espray junto con sus cinco compañeros de clase. Franz cuenta que el chaval tiene “muchísimas dificultades a la hora de déplazarse a lo largo de la pared” y solamente puede pintar en la zona que tiene enfrente. Sin embargo, ‘Dius’ conoce muy bien sus muñones y sabe de qué manera coger el espray para utilizarlo, «algo en lo que le ha ayudado el trabajo en su tableta», comentó el director de la escuela. Para usar mejor el espray, su profesor Álex Simón ideó un artilugio con un palo y un déatascador que va enganchado a una brocha. “Si esto te conviene para adaptarte a tu muñoncejo, quizás pueda pintar algo mejor”, cree Simón. “Más adelante voy a probarlo”, promete Adrián, que ha abierto una cuenta en Instagram hace muy poco tiempo. El mural realizado en Quintanar de la Orden por ‘Dius’ y sus cinco compañeros en la Escuela de Arte Urbano La Mancha. El apodo de Adrián se ve en la pared, a la derecha – Arturo Rojo De momento, el chaval se las apaña para coger el bote de una manera y colocar la boquilla de tal formado que le permite accionar el pulsador. “No se le puede pedir finura ahora porque, si ya es complicado con los dedos, imagine sin ellos”, declaró el docente. “A mí me gusta hacer letras y el espray no lo domino mucho”, reconoce el chico, muy agradecido a sus padres. “Si este reportaje anima a nuestro querido Dius a que siga con el grafiti, él va a dejar a muchos impresionados no, lo siguiente. Él es una motivación e inspiración para cualquiera. Si él puede, a ver quién dice que no”, afirmó Franz Campoy.