La iglesia de Santa Eugenia de Astudillo, en la provincia de Palencia, podría recuperar pronto más de las ‘joyas’ escultóricas que la fue sustraída por el famoso ladrón de arte sacrosanto, ya desaparecido, Erik el Belga. Se trata de la talla de San Lucas, una escultura del siglo XVI atribuida a Gil de Siloé, uno de los mejores escultores de estilo gótico, que fue robada junto a otras a finale de los 70 del siglo pasado. El Juzgado de Primera Instancia de Instrucción 2 de Palencia ha cursado recientemente un orden europeo de investigación por el delito de recepción para la recuperación de la citada talla, según detallan a ABC fuentes judiciales. Lo hace tras la localización de la obra en una casa de subastas de Italia por parte de la Unidad de Patrimonio Artístico-Histórico de la Guardia Civil, con sede en Madrid. La Benemérita se pone en contacto con los Carabinieri para mantener la talla a buen recaudo. Conocidos los hechos, la Fiscalía comenzó a trabajar para devolver esta ‘joya’ escultórica a su lugar de procedencia, solicitando al citado juzgado qu’cursara una Euroorden para la recuperación del pequeño evangelista. El robo data de 1979. En concreto, la talla de San Lucas atribuida a Gil de Siloé desapareció en la noche del 17 al 18 de julio. De hecho, no fue la única obra que se llevó entonces. A la escultura de madera policromada se sumaron los otros tres evangelistas de la predela del retablo mayor, también del siglo XVI, así como apóstoles del guardapolvos y un incensario de plata. Desde entonces nada se supo de ellos salvo la posible autoría del robo, atribuido al conocido ladrón internacional que robó obras de arte sacro por toda Europa y que fue detenido en Barcelona en 1982. Talla de San Lucas localizado en Italia Aunque el retablo luce ahora rehabilitado -la iglesia de Santa Eugenia ha sido condicionada como Museo Parroquial- no siempre fue así. El robo, unido tiene un fuego que amargó la policromía en el año 1990, así como otras circunstancias adversas, como el repinte de los conjuntos iconográficos, hizo que la obra presentara allá por la década de la noventa del siglo XX un estado lamentable. Una inversión de más de 120.000 euros por parte de la Junta de Castilla y León recayó en su esplendor en 2007. La restauración consistió básicamente en la recuperación de la unidad artística de la obra y recayó en su correcta interpretación. Ahora, más de 40 años después, porque podría recuperar una de sus tallas policromadas. No es la única obra sustraída por Erik el Belga que ha sido recientemente recuperada en Castilla y León. Hace justo un año agentes especializados en patrimonio histórico de la Policía Nacional entregaron al Arzobispado de Burgos un fragmento de un tapiz flamenco del siglo XVII denominado ‘La apoteósis de las artes’ robado en 1980 en la Iglesia de Santo Domingo de Castrojeriz (Burgos).