Descubre el origen de las enormes burbujas por encima y por debajo del centro de la Vía Láctea

El telescopio eROSITA descubrió en 2019 un gigantesco par de burbujas que emitían radiación X, cada una de unos 36.000 años luz de alto y 45.600 años luz de ancho, por encima y por debajo del centro de nuestra galaxia, la Vía Láctea. Estas burbujas eran curiosamente muy similares a otras dos encontradas por otro observatorio de rayos gamma, el Fermi, una década antes. Algo más pequeñas, parecían quedar engullidas.

Qué pudo causar estas dos parejas de gigantes ha sido hasta ahora un misterio. Pero sus similitudes en los tamaños y formas sugieren que debieron de haber sido expulsados ​​por un mismo evento cataclísmico, algo de un terrible poder de energía surgido del núcleo de nuestra galaxia. un nuevo estudio

publicado en ‘Nature Astronomy’ por un equipo internacional sugiere que las burbujas son el resultado de un poderoso chorro de energía producido por Sagitario A*, el agujero negro supermasivo en el centro de la Vía Láctea. Comenzó a arrojar material hace unos 2,6 millones de años y apareció unos 100.000.

“Nuestras conclusiones son importantes en el sentido de que es necesario entender cómo interactuar los magos negros con las galaxias en el área que te encuentras, porque esta interacción permite que estos magos negros creen una forma controlada a la luz de [crecer] sin control”, dice Mateusz Ruszkowski, astrónomo de la Universidad de Michigan y coautor del estudio.

Hay dos modelos en competencia que explican las burbujas de Fermi y eRosita. El primero sugiere que el flujo de salida es impulsado por un estallido nuclear, en el que una estrella estalla en una supernova y expulsa material. El segundo modelo, que respaldan los hallazgos del equipo, sugiere que estos flujos de salida son impulados por la energía epulsada del agujero negro supermasivo en el centro de nuestra galaxia.

pasado activo

Los agujeros negros son objetos singulares, tan masivos que ni siquiera la luz puede escapar. Sin embargo, cuando los agujeros negros se ‘llenan’ de materiales de su entorno, pueden crear pares de chorros de materia de alta energía que salen disparados en direcciones opuestas a velocidades relativistas, una fracción significativa de la velocidad de la luz. Según el modelo realizado por los astronomos, estos potentísimos chorros duraron alrededor de 100.000 años. Engulló hasta 10,000 veces la masa del Sol durante este tiempo.

Los astrónomos están interesados ​​​​en la observación de estas burbujas porque ocurren en nuestro propio patio trasero galáctico a diferencia de los objetos en una galaxia diferente o en una cosmológica extrema distancia. La existencia de las burbujas indica que Sagitario A* tuvo un pasado mucho más activo en comparación con su aparente tranquilidad actual. Estas actividades dan a los investigadores información valiosa sobre cómo el agujero negro supermasivo y la galaxia crecieron hasta sus tamaños actuales. Los hallazgos también pueden servir para averiguar si hay burbujas similares en otras galaxias.