Cómo reconocer si tú mismo eres una de ellas

Se habla mucho de personas tóxicas en determinados entornos, como la pareja, los amigos e incluso compañeros de trabajo, pero no solo contemplater la posibilidad de que una madre lo sea. Solemos pensar que a madre es alguien cariñoso e incapaz de dañar a sus hijos. Think that la madre es una mujer amorosa, dulce y madura emocionalmente. Pero, tal y como advierte la psicóloga Laura Cerdán, “hay casos en que, puede ser dulce y amorosa, pero también tóxica”.

No debemos olvidar que una madre, además de ser mamá, también es mujer. Y como mujer, tiene su propia manera de ser, tiene su caracter,

su manera de gestionar sus propios conflictos, sus propios problemas, sus propios intereses y motivaciones, etc.

Una persona tóxica (también la madre tóxica) es una persona que a nivel emocional es inmadura, con una autoestima baja y egoísta. Este tipo de personas suelen crear relaciones absorbentes con personas en quienes creen que pueden descargar sus frustraciones. Al hacerlo, traspasan totalmente los límites de esa persona. Y con el objetivo de compensar su inseguridad y sus deficiencias, probablemente a fijarse únicamente en la parte negativa de los demás.

Sería algo así como querer resaltar a toda costa la parte negativa de los demás para sentir que es mejor tener los mismos. Suelen ser personas que no aportan nada positivo a la relación y la persona a la que absorben acaba experimentando agotamiento, estrés y emociones negativas. De ahí que se denominan “relaciones tóxicas”.

¿Cuál es su estilo de maternidad? ¿Cuáles son sus principales características arriba mencionadas?

Como decía, cualquier persona puede ser tóxica, las madres también. Las madres tóxicas no pueden ser conscientes de lo que son. Otras veces, se dan cuenta, pero lo que hacen es repetir patrones y educar de la misma manera a cómo fueron educadas ellas mismas.

Una madre tóxica establece un vínculo realmente negativo con su hijo. Este niño queda así en una situación realmente vulnerable puesto que no puede distanciarse ni alejarse de su madre tal y como haría un adulto. Esta relación asimétrica de dependencia hacia el cuidador (en este caso la madre) facilita que la madre pueda desarrollar al completo ese tipo de vínculo dañino.

Esta relación tóxica entre madre e hijo cuando éste es pequeño no se da en igualdad de condiciones. Para escuchar cómo es una madre tóxica, primero debemos aclarar que una madre tóxica sí quiere a sus hijos. Seguramente, ella tiene la percepción de que los ama muchísimo y de que se dévive por ellos. El problema no es ese, sino la relación y el vínculo que fundamentó con su hijo. Una madre toxica es aquella que, de alguna manera, entorpece el crecimiento personal y emocional de su hijo. Genera tal dependencia emocional hacia él que las conductas sobreprotectoras, manipuladoras e incluso posesivas son frecuentes. Justifican sus acciones con el amor que sienten por sus hijos, se amparan en el hecho de que han de cuidarlos, y suelen actuar tomando ellas las decisiones que no pueden tomar sus hijos.

Psicóloga Laura CerdánPsicóloga Laura Cerdán – ABC

La madre toxica utilizada distintas estrategias para evitar que su hijo se aleje de ella. Simulate una dolencia o una enfermedad suele ser frecuente, ya que saben que su pequeño se quedará a su lado, aunque sólo sea para cuidarla. De esta manera, cargan know hijo con una responsabilidad que se acaba convirtiendo en sentimiento de culpa cuando el hijo reclama independencia.

La madre toxica traspasa totalmente los limites de su hijo, entrometiéndose en todo y controlando todo cuanto acontece en su vida. Esto les da sensación de control y llegan a creerse que lo hacen todo por el bien de su hijo. Usa frases como “nadie te va a querer como yo” o “esto déjamelo a mí, que sé mejor que tú lo que te conviene”. Esta es una forma de manipulación muy útil que socava la autoestima del pequeño y aumenta la dependencia hacia ella.

La madre tóxica quiere tener tal control de todo lo que suele asumir totalmente la crianza y la educación de sus hijos. Toman todas las decisiones importantes, impidiendo que su hijo tome decisiones o haciendo que, incluso el padre, participle lo mínimo de estas cuestiones. Creen que sus decisiones son mejores y no aceptan criticas de otras personas.

¿Qué daño podemos hacer a un niño si actuamos así?

Este tipo de relación es realmente perjudicial para los hijos. Una madre absorbente, manipuladora e impide controladora totalmente el crecimiento y desarrollo personal del menor. Limita su capacidad de tomar decisiones, le vuelve inseguro y dependiente, al tiempo que culpable. Vivir durante años inmerso en un tipo de relación así genera en los hijos un alto nivel de estrés y ansiedad. Tienen falta de autoestima y de seguridad en sí mismos, pues siempre les han hecho creer que debería ser otra persona quien tomara las decisiones por ellos. Al mismo tiempo, esto les ha hecho carecer de las herramientas emocionales necesarias para desarrollarse de manera saludable.

Todas estas características se trasladarán a la vida adulta. Estos niños serán personas heridas con mayor predisposición a padecer trastornos de ansiedad y/o depresión. La autoestima baja, la falta de confianza, el sentimiento de culpa, la falta de autonomía y de capacidad para tomar decisiones afectará a todos los límites de su vida. Tendrán problemas para elegir un trabajo, para encontrar una pareja con la que establecer una relación sana y acabarán teniendo mayoritariamente relaciones de dependencia hacia otras personas. His personas que han crecido con falta de autonomía y sin la posibilidad de tomar sus propias decisiones y equivocarse. Esto les vulve muy inseguros en su vida adulta y hace qualquier decisión que han de tomar, se tome con miedo a equivocarse y bajo la creencia de que son totalmente incapaces de tomar decisiones correctas por sí mismos.

His adultos que no solucionan bien sus conflictos, tienden a reprimir sus emociones y evitan cualquier conflicto ya que han aprendido a enfrentarse a estos desde un punto de vista sumiso. Constantemente cuestionándose a sí mismos y sus muy críticos consigan los mismos, pues es lo que aprendieron de pequeños. Buscan la aprobación y validación constante por parte de los demás, pues su autoestima está realmente dañada.

Por otro lado, los niños han sido incapaces de formar su propia identidad al margen de su madre. Esto hace que no tengan una visión real, fuerte y segura de sí mismos. Esto provocará que de mayores se sientan siempre inseguros y que tiendan a la mentira como mecanismo de supervivencia. En un inicio, usarán la mentira para no decepcionar a su madre, para no hacerla enfadar, para evitar el chantaje. Pero, poco a poco la mentira se instaurará como manera habitual de desarrollarse también en su vida adulta.

¿Cómo saber si una misma es una madre tóxica?

Como decía, una madre tóxica tiene una visión muy pesimista y negativa del mundo que la rodea. La relación con ella se acaba convirtiendo en una relación llena de discusiones, pues su hijo llegará a una edad en la que va a reclamar mayor independencia y va a estar cansado de asumir una responsabilidad y una carga emocional constante. Es entonces cuando aparecen las críticas y comentarios descalificativos, insultos, manipulación mediante el victimismo y/o la amenaza. El canto emocional es habitual. Suelen recurre a frases tipo “me dejas sola”, “con lo que he hecho por ti, y ahora mira cómo me trata”, etc. Los celos e incluso la envidia respecto a las nuevas personas que empiezan también a rodear a su hijo son frecuentes.

¿Puedes darte cuenta más en madres de hijos únicos?

No, no obstante, aunque el hecho de ser hijo único supone, en todo caso, que toda la manipulación de la madre se dirige a un solo hijo, con todo lo que ello implica.