Christian Franzen, el fotógrafo de la Movida madrileña del siglo XIX

Christian Franzen cayó en Madrid en 1923, hace casi un siglo, pero siguen apareciendo familiares de sus modelos menos conocidos. “Yo mismo identifiqué a los bisabuelos de una vieja amiga”, cuenta Alberto de Prada, director del Archivo de RTVE, quien revela que se ha encontrado con imágenes de personajes famosos, como Mata Hari, de la que hay tres fotos, Marie Curie y un Ortega y Gasset de tan solo veintitantos años, casi irreconocible. El público también puede ayudar a identificar a los protagonistas anónimos de un archivo de 37.000 imágenes abiertas por fin a todos gracias al esfuerzo documental de la cadena pública.

El artista y diplomático danés Christian Franzen y Nissen (Fjolde, Dinamarca 1864-Madrid 1923) fue una figura

esencial en la España de entresiglos. Él mismo acuñó su sobrenombre de ‘fotógrafo de reyes y rey ​​de los fotógrafos’. Fue también “el fotógrafo de la Movida madrileña del siglo XIX”, como lo define Prada. In the capital of Spain retrató la noche en los cafés, los salones y los teatros, donde no tenía rival gracias a su dominio de la técnica y al entonces innovador uso del flash de magnesio. De día, fue el retratista más codiciado por la alta sociedad.

Su éxito en nuestro país es digno de estudio. Franzen ganó la confianza de la Regente María Cristina y de su hijo, el Rey Alfonso XIII, y consiguió el título de proveedor oficial de la Casa Real. Fue amigo y colaborador de Joaquín Sorolla, que solía recurrir a sus fotos para retratar a personajes como el Rey, sin tiempo para posar durante horas. Ante el objetivo de su cámara desfiló una galería increíble de personajes: Concha Espina y Emilia Pardo Bazán posaron para él, al igual que Práxedes Mateo Sagasta.

Por si le faltaba acceso a los acontecimientos y lugares más destacados de la época, trabajó para ABC y Blanco y Negro, donde apareció su excelente faceta como reportero e ilustró tres de sus secciones: ‘Estudios fisonómicos’, ‘Madrid de noche’ y ‘ Fotografías íntimas’. También colaboró ​​en revistas como ’La Ilustración Española y Americana’ y ‘La Esfera y Nuevo Mundo’. Muchos de sus retratos de las grandes fiestas quedaron inmortalizados en el libro ‘Los salones de Madrid’, con texto de Monte-Cristo, pseudónimo del cronista de Blanco y Negro Eugenio Rodríguez y Ruiz de la Escalera, «con prólogo de la condesa de Pardo Bazán”.

La aventura del archivo fotográfico de Franzen empezó con este anuncio publicado en ABCLa aventura del archivo fotográfico de Franzen empezó con este anuncio publicado en ABC

En 1898, Franzen se trasladó a su famoso estudio en el número 11 de la calle del Príncipe (luego cambió la numeración y pasó a ser el 9), que se convirtió en uno de los centros neurálgicos de Madrid. Pagó 15 pesetas por la licencia de la galería, que se amortizó con creces. Los políticos y aristócratas de la época contrataban sus servicios. Acudían todos los que se lo podrían permitir y algunos que no. Cualquiera que fuera importante o pretendiera serlo necesitaría un retrato del fotógrafo de moda.

Con la publicación en internet del catálogo de Franzen, el director del Archivo de RTVE da por cumplida una de sus principales misiones, poco antes de que él mismo le llegue la júbilo. “La siguiente parte sería exponerlo”, cuenta. “Eso ya no sé si lo veré, pero da para muchas exposiciones. Hay toda una época retratada. En trajes de novia, por ejemplo, hay 60 o 70 años, o de trajes de comunión, militar uniforms… Fotos de Alfonso XIII con distintos uniformes hay un porrón. Está toda la familia, la Regente María Cristina, la Reina Victoria Eugenia, los hijos desde chiquititos y toda la corte”.

Una colección viajera

Marie Curie, en esta imagen rescatada de los archivos de Christian FrenzenMarie Curie, en otra imagen rescatada de los archivos de Christian Frenzen – RTVE

El archivo de Franzen llegó a manos de RTVE en 1971, gracias a un pequeño anuncio publicado en ABC. La colección procedía de Zaragoza, en realidad. Alguien de la pública fue allí a recibirlo y se ocupó del traslado de vuelta a Madrid. «Desde que cierra el estudio a mediados de los años 50 hasta los 70 no sabemos qué pasa con el archivo», cuenta Alberto de Prada. Sí se sabe que los herederos lo vendieron todo: fotos, negativos, muebles, cortinas… Por las fotos, el estudio de Franzen recuerda al de Sorolla en Madrid o al de Fortuny en Venecia.

Todo el material llegó a TVE en cajas de cartón, con las placas ocultas en horizontal, a veces hasta 30 en el mismo recipiente, “en un estado lamentable”. Muchas son rotas, por el peso. La mayoría se han recuperado, pero para otras todavía están tratando con expertos para ver si se pueden salvar. A menudo, cada imagen viene acompañada por un apunte a mano, un número, una fecha y poco más. Todo digitalizado con los datos disponibles y la esperanza de que el público ayude a saber más. Como solo para tener éxito en estos casos, la falta de medios económicos y humanos ha sido el mayor obstáculo. “Está todo digitalizado desde hace seis o siete años, pero ponerlo en la web nos ha costado mucho. Todo ello añadido al trabajo diario. El cambio de las cajas lo ha hecho una única persona, por ejemplo”.

Marie CurieMarie Curie – Christian Fronzen / RTVE

Una vez tampoco en poder de RTVE, todos sus responsables fueron igual de sensibles a la importancia del material adquirido. Al principio, el fondo fue ubicado en el archivo de RTVE en Somosaguas. Años más tarde se trasladaron al depósito de cine en Arganda del Rey, hasta que a finale de los 90 se produjo su traslado definitivo (de momento) a Prado del Rey. Una vez allí, se procedió a una primera catalogación parcial, de unos 10.000 originales, y su posterior digitalización.

A mediados de la primera década de los años 2000, se inició el cambio de las cajas de cartones originales por materiales más modernos y sobrios de PH neutro y almacenaje vertical, para mejorar su conservación y evitar nuevas roturas. Este cambio permitió un análisis detallado de la situación de los originales, tras lo cual se procedió a su catalogación completa en el año 2015 y a una nueva digitalización a mayor resolución, esta vez de la totalidad de los originales, tanto negativos, la mayoría de cristal, como copias en papel.

El pasado 27 de diciembre, RTVE inauguró sin mucho ruido la página web dedicada a la obra del fotógrafo Christian Franzen: rtve.es/christian-franzen. “Quedan muchas cosas que hacer y mejorar”, admite de Prada, “pero quería dejar esto publicado y accesible”. Así, todavía falta un buscador por números, que si todo va bien estará “en unos pocos meses”.

La importancia de recuperar el pasado

Franzen fue un verdadero maestro del objetivo fotográfico, con el que realizó composiciones magníficas, llenas de vida y animación. Ante su cámara posaron personajes del gran mundo del que él era una figura más. En Blanco y Negro, ABC y otras publicaciones de la época, sacó a la luz escenas no fotografiadas antes, gracias al estampado luminoso del magnesio, del que era un maestro. Coló en salones, tertulias, cafés, en el Madrid nocturno.

Trabajador incansable, en su estudio de la calle Príncipe trabajaron una docena de colaboradores. Alto, rubio, el perfecto tipo nórdico, fue también cónsul de Dinamarca en Madrid. La amistad con Sorolla, a quien conoció en 1889, le llevó a colaborar en algunos proyectos conjuntos. Sus retratos mutuos son un homenaje a la composición, a la luz, a la captación de la belleza, a la unión de dos modalidades artísticas, pintura y fotografía.

El fondo fotográfico de Franzen tiene un enorme valor cultural, histórico y económico. Pero España cuenta con un Centro Nacional de Fotografía. No se destinan recursos suficientes, faltan profesionales y no queda mucho tiempo para salvar nuestro patrimonio fotográfico, pues los materiales se deterioran, se disgregan los fondos o terminan tirados a la basura. Por ello, dependemos de un puñado de profesionales que gestionan los archivos fotográficos en España.

Afortunadamente hay algunos muy buenos, como los que trabajan en el magnífico Fondo Documental de RTVE al frente del cual se encuentra Alberto de Prada. Gracias a ellos y a su tesón, los 37.000 negativos sobrios de vidrio se han conservado, han podido digitalizarse, se han trabajado en su conservación y se han catalogado. Debemos agradecerles esta labor. Queda, sin embargo, mucha tarea por hacer, no solo en este fondo. Sus iniciativas como la llevada a cabo con la obra de Franzen las qu’allowen ir salvando lo queda de la memoria fotográfica de España, tan vapuleada. Pero ¡hay tanto que salvar, tan pocos recursos y tan poco tiempo!

Federico Ayala Sorenssen, jefe del Archivo de ABC