tapear en un clásico de Madrid con los sabores del siglo XIX

La nueva vida de Lhardy, desde que el restaurante casi bicentenario fuera rescatado por Pescaderías Coruñesas, trata de acercarse al que un día fue su verdadero público: los madrileños. Nunca deje de ser un lugar de peregrinaje del turista que aprecia comer en este reducto de historia, pero sí que aspire hoy a volver al recorrido de lugares clásicos al que volver.

Su tienda, el acceso natural a su restaurante, es la protagonista en esa parada, improvisada o no, en pleno centro de Madrid para reencontrarse con algunas de sus recetas más célebres y con nuevos guiños a la capital. Barra baja y mesas altas.

Entre estos últimos destaca un bocatín de calamares (12,5 euros) con mayonesa de su propia tinta sobre un ‘pan bombón’ –una suerte de brioche– que firma el panadero y repostero de la casa, Ricardo Vélez. Antes de que el frío haga mutis por el foro, el consomé Lhardy (5) es la manera natural de empezar. Por un suplemento de 2 euros puedes pedir con ‘chispa’: con manzanilla, fino o palo cortado.

Imagen principal - Sobre estas líneas, arriba, 'pie' de Lhardy.  Abajo, a la izquierda, conocidos como callos.  A la derecha, las croquetas hechas con las carnes de su cocido.

Imagen secundaria 1 - Sobre estas líneas, arriba, 'pie' de Lhardy.  Abajo, a la izquierda, conocidos como callos.  A la derecha, las croquetas hechas con las carnes de su cocido.

Imagen secundaria 2 - Sobre estas líneas, arriba, 'pie' de Lhardy.  Abajo, a la izquierda, conocidos como callos.  A la derecha, las croquetas hechas con las carnes de su cocido.

Sobre estas líneas, arriba, ‘pie’ de Lhardy. Abajo, a la izquierda, conocidos como callos. A la derecha, las croquetas hechas con las carnes de su cocido. A.Delgado

Sus croquetas de cocido (3.5, la unidad), de un generoso tamaño, recogen la esencia de un plato histórico para la casa, elaborado con partes nobles del cerdo ibérico, morcillo de buey gallego o chorizo ​​de León. En ‘barquetas’ llegan otros clásicos del tapeo madrileño como la ensaladilla (4). También recetas que rara vez se encuentran ya en las barras de la ciudad como los riñones (4).

  • Qué hacer:
    sus croquetas de cocido, los callos o el bocatín de calamares.
  • Perfecto para:
    conocer la nueva vida de un clásico de Madrid.
  • Precio cerveza:
    4 euros, doble.
  • Precio de la ensaladilla:
    4 euros por barco.
  • Dirección:
    San Jerónimo, 8.

Los boquerones en vinagre (14, media 8) son otro de los iconos de la carta en la que conviven propuestas asequibles con la posibilidad de algunos bocados más onerosos como la ostra ‘special de Claire’ (5.5 la unidad), la generosa Porción de ‘pâté en croute’ (23) –perfecta para compartir y acompañada de pan– o el blini de caviar (16).

Están sus hojaldres (3) –de salchicha trufada, bonito, anchoa, ternera, queso o sobrasada–, otro emblema de Lhardy. Como lo son sus callos (16, media 10).