Será juzgado por intentar secuestrar y asesinar a una mujer que lo rechazará por ser lesbiana

José Benito está obsesionado con Laura (número ficticio), aunque él sabía que ella era lesbiana y que lo había rechazado en reiteradas ocasiones. Sin embargo, tuvieron diversos trabajos, visitaron con frecuencia en su domicilio de Quintanar de la Orden (Toledo), pagaron el alquiler de su vivienda, telefonearon constantemente y tenían numerosas fotografías de ella. Era tal su nivel de ‘intensidad obsesiva’, según el relato de la Fiscalía, que José Benito llegó firmemente convencido de que sus sentimientos «debían ser correspondidos». Y fue tal la situación de acoso que Laura caminó desde el pueblo hasta una localidad de Badajoz.

Corría noviembre de 2015 cuando la Guardia Civil destruyó la Operación Mollete y el plan ideado por José Benito: secuestrar, violar, asesinar y enterrar a Laura en una chatarrería, en un foso ex profeso, como venganza por el continuo rechazo sentimental.

Ahora, case siete años después, el procesado será juzgado el miércoles y jueves próximos en la Audiencia Provincial de Toledo junto a su presunto compinche, Sebastián, amigo desde la infancia. La Fiscalía pide trece años y seis meses de cárcel para José Benito, mientras que para Sebastián la solicitud es de diez años y seis meses. A los dos, españoles, se los acusa de un delito de proposición para cometer secuestro y de otro para ejecutar un asesinato.

Laura estuvo viviendo en Quintanar de la Orden desde el verano de 2014 hasta que, agobiada por la persecución de José Benito, marchó un año después a Badajoz. Pero, ¿cómo llegó la Guardia Civil a evitar su muerte? Unos comentarios que llegaron a oídos de guardias civiles del puesto de Quintanar de la Orden dieron la voz de alarma. José Benito, quien había sido condenado a diez años de prisión por una agresión sexual, ideó “la eliminación física” de Laura, que había trabajado de forma esporádica para Sebastián. Para ello, se valió de su amigo de la infancia, también con antecedentes penales, dueño de la chatarrería donde enterrarían a Laura después de asesinarla y quien contó que disponía de 9.000 euros para llevar a cabo su tétrico propósito.

16 de noviembre

José Benito trazó el plan pocos meses antes de que la Guardia Civil se lo echara por tierra. Nos encontramos en la estación del tren de Méndez Álvaro (Madrid) con un exrecluso al que conocía desde su estancia en prisión y con un amigo de aquél. A ellos, según la Fiscalía, les contó su macabra confabulación: secuestrar a Laura en su lugar de residencia en Badajoz y trasladarla a Quintanar de la Orden, donde la llevarían a un terreno propiedad de Sebastián para violarla y ejecutarla.

Luego la terrarían en un pozo que se había excavado en un lugar escogido concienzudamente por su situación: junto a un muro que rodeaba la chatarrería, lejos de miradas indiscretas y con una cantidad ingente de chatarra a modo de una tenebrosa y pesada losa. Había hecho fotografías y mostró una de sus posibles compinches, a los que ofrecen una cantidad de dinero indeterminada.

Lo citamos en un segundo encuentro en la misma estación de tren unos días después. En este encuentro, José Benito les confesó “claramente” su convencimiento de secuestrar, violar y dar muerte a Laura. Los dos probables colaboradores tendrán que encargar de su secuestro en la provincia de Badajoz y de su traslado a Quintanar de la Orden, donde José Benito y Sebastián harían el restaurante.

Concertaron una tercera reunión para el 12 de noviembre en la que ultimarían los detalles para ejecutar el plan cuatro días después. Pero el equipo de secuestros y extorsiones de la UCO arruinó la siniestra venganza y salvó la vida de Laura.