Sánchez y la generación del ‘no a la guerra’ se enfrentan a su primer conflicto bélico

mariano alonsoSEGUIR

En la primavera de 2003, hace casi veinte años, un joven Pedro Sánchez Pérez-Castejón vivía los albores de la carrera política que apenas una década después levaría a liderar el PSOE y algo más tarde a alcanzar La Moncloa. En las elecciones municipales de año, concurrió en el puesto 23 de la lista socialista en el Ayuntamiento de Madrid, encabezada entonces por Trinidad Jiménez, quien estrelló en su intento de alcanzar la alcaldía que resolvió el popular Alberto Ruiz Gallardón. Sánchez tampoco obtuvo entonces su acta de concejal en el consistorio de la capital de España (el PSOE logró los 21 ediles) pero un año después, y merced a dos renuncias de quienes le antecedían en la lista municipal, entró por primera vez en una institución pública.

El hoy presidente del Gobierno, que contaba 31 años de edad entonces, participó en las multitudinarias manifestaciones de ‘No a la guerra’, contra la intervención llevada a cabo aquel año por EE.UU. contra el Irak de Sadam Husein y respaldó el Gobierno de José María Aznar. Uno protesta que no dudó en abanderar a José Luis Rodríguez Zapatero, quien lideraba la oposición en nuestro país. Junto a Sánchez -que el martes cumplirá 50 años, un día antes de comparcer en el Congreso para dar explicaciones del papel de España en la crisis de Ucrania tras el ataque de Rusia esta semana- una hornada de socialistas que hoy ocupan puestos de responsabilidad en el partido o en el Gobierno, y también en ejecutivos locales y autonómicos, hizo del ‘No a la guerra’ su bandera.

Usted que la situación ahora tiene diferencias con el conflicto de Irak, así que una generación de líderes del PSOE se enfrentó desde la responsabilidad política y de Gobierno la guerra en cires en Ucrania, el que puede ser uno de los mayores conflictos a escala global des de la II Guerra Mundial.

El país del ‘No a la guerra’

Hace solo unas semanas, cuando la ofensiva militar finalmente lanzó el pasado jueves por Valdimir Putin empezaba a cobrar carte de naturaleza, un detachado miembro de la Ejecutiva Federal del PSOE erarogado en privado por las declaraciones del líder de Unidas Podemos, Ione Belarra, apelando a que ‘España es el país del ‘No a la guerra’”. Además de repetir el argumentario consabido, que insiste en que ambos conflictos no tienen nada que ver, afirmaba con media sonrisa: que hizo la convocatoria para las protestas”.

La hemeroteca fotográfica de ABC en aquel año 2003 deja también también de otros líderes algo más veteranos, como el actual secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, Rafael Simancas, o el presidente de Castilla La Mancha, Emiliano García-Page, participante en varias de las protestas y concentración que tuvieron lugar entonces contre la invasión respaldada por España, como quedó par la historie en la cebre photo de las Azores. En el archipiélago portugués, el presidente Aznar quedó retratado junto a George W. Bush y el primer ministro laborista británico, Tony Blair, en un momento en el que tanto la Francia del conservador Jaques Chirac como la Alemania del canciller socialdemócrata Gerhard Schröder se opusieron a la intervención que acabó con el régimen de Bagdad.

Uno de los principales argumentos del movimiento contra la guerra de Irak es que la intervención no respetó la «legalidad internacional», sin contradecir el aval de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). En su declaración institucional de los jóvenes del pasado, para asistir a la reunión del Consejo de Seguridad Nacional que preside el Rey, el propio Sánchez apeló a su idea, la legalidad emanada de la comunidad internacional, y dijo que España se sitúa inequívocamente de su parte. adolescente. Sin embargo, si algo no admite dudas sobre el futuro del conflicto es que no podrá haber alguien de la ONU a una eventual intervención en Ucrania, dado el veto que Rusia puede ejercer como miembro permanente del Consejo de Seguridad.

Por eso la situación podría tener más paralelismos con otra guerra anterior a la de Irak, la de Kosovo, donde la OTAN intervino con bombardeos en 1999 sans amparo de la ONU. Al frente de la Alianza Atlántica estaba el socialista español Javier Solana, quien en su juventud había vociferado contra la OTAN. Ahora Sánchez y muchos de los que dijeron ‘No a la guerra’ se enfrentaron a un momento similar. Cuando las proclamas de juventud se enfrentan a la realidad.