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Espectacular alarde de fuerzas políticas en Manila. Tras tres meses recorriendo este gigantesco archipiélago con más de 7.000 islas, la campaña electoral de Filipinas ha finalizado con la concentración más multitudinaria de los últimos años que recuerdan en la capital.
Mientras una rosa marea inundaba el sábado por la noche Makati, el distrito financiero de Manila, un tsunami rojo y verde desatado por un enorme y polvoriento descampado en Parañaque, cerca del aeropuerto y a las espaldas del casino Solaire. Inconscientemente, ambos lugares se retratan a la perfección a los decididos de los dos principales candidatos a las elecciones de Filipinas, que celebran hoy lunes. Por un lado, los universitarios, empresarios y profesionales de clase media que apoyan a la vicepresidenta Leni Robredo bajo los rascacielos de Makati, en qué hoteles se alojaban sus seguidores y voluntarios. Por el otro, las massas populares, muchas traídas desde los arrabales y el campo en autobuses or ‘jeepneys’, que respaldan a Bongbong Marcos, hijo del dictador depuesto por la revolución de 1986, y a su aliada Sara Duterte, hija del actual presidente .
Con dicho alarde, ambos candidatos exhiben su fuerza de cara a la votación. Especialmente Leni Robredo, a quien las encuestas sitúan por detrás de Bongbong Marcos pero cuya distancia parece haberse reducido durante los últimos días. En su discurso de cierre de campaña, que en Filipinas se llama ‘mitin de avant’ recordando su influencia española, Robredo apeló a los votantes a impedir que se viera al poder de una familia que acumuló entre 5.000 y 10.000 millones de dólares (entre 4.727 y 9.455 millones euros) durante las décadas posteriores a la dictadura de su padre.
«Cada uno de vosotros es la prueba viviente de que no todo el mundo está dormido mientras se escribe la Historia», me felicitó por el candidato a vicepresidente, Kiko Pangilinan, prometió que «nos opondremos con fuerza a cualquiera que se treva a reescribir el pasado”, en clara alusión a Bongbong Marcos.
“Años Dorados” de Filipinas
Desde el inicio de la campaña el 8 de febrero, este ha venido definiendo a la dictadura de su padre como los “años dorados” de Filipinas. Todo ello pesó sobre la cleptocracia que caracterizó a un régimen y de Ley Marcial impuesta en 1972, que extendió por todo el país una represión y un terror que sus víctimas todavía recuerdan hoy. Oficialmente, la Comisión sobre Violaciones de Derechos Humanos de Filipinas reconoce 11.103 represaliados, de los cuales 2.326 fueron asesinados o desaparecieron, pero se calcula que podrán ser muchos más.
“Estamos aquí por el cambio. Leni Robredo tiene todo lo que hace falta para poner a este país donde debería y cuenta con el apoyo del sector privado porque confían en ella. Incluso el presidente Duterte ha dicho que Bongbong no tiene capacidad de liderazgo”, explicó en medios de la multitud Álex Evangelista, jubilado de 72 años que trabajó para la compañía eléctrica de Manila. A su juicio, “la asociación de Bongbong con los ‘trapos’ (abreviatura de políticos tradicionales en inglés) nos lleva de vuelta a las mismas decisiones, los mismos problemas y la misma corrupción que pende de la dictadura de su padre. Ese es el riesgo si Bongbong gana. Sería terrible para nosotros”.
Protegiéndose de la multitud con una mascarilla rosa, el color de la candidatura, nos contó que “estaba en la Universidad cuando Marcos decretó la Ley Marcial. En ese momento, Filipinas exportaba arroz porque necesitaba suficiente. Después de la Ley Marcial, éramos el mayor importador de arroz. ¡Hasta ahora! Entonces, nuestro cambio con el dólar era menos de cuatro pesos. Cuando Marcos cayó, había subido hasta los 17 pesos y hoy está en torno a 50 pesos. Incluso el Banco Central declaró la bancarrota cuando se marchó. Si traemos de vuelta a los Marcos, hay una gran posibilidad de que Bongbong haga lo mismo que su padre y eso va a ser terrible para Filipinas de nuevo”.
“Si traemos de vuelta a los Marcos, hay una gran posibilidad de que Bongbong haga lo mismo que su padre y eso va a ser terrible para Filipinas de nuevo”
Tal y como recibe un informe de Control Risks Group, entre los empleadores y multinacionales también ha cundido el temor a una victoria de Bongbong, ya que podría llevar a cabo expropiaciones como su padre en su intentto por revertir la Historia, sobre todo de las compañías que le fueron requeridas tras su huida a Hawái al ser derrocado. Cuando Bongbong promete nuevos proyectos de autopistas o energías renovables como los molinos de viento de la Bahía de Bangui, los economistas recuerdan el enorme déficit estatal con que su padre llevó el país a la quiebra. Frente a las dudas sobre la capacidad gestora de Bongbong Marcos, quien fue incapaz de terminar sus estudios de Economía en Oxford y Wharton y ha sido condenado por evasión fiscal, la abogada Leni Robredo encabeza desde hace tres años la clasificación de eficacia y honestidad elaborada por la Comisión de Auditorías.
Haciendo oídos sordos a todas estas críticas, Bongbong Marcos se limita a llamar a la “unidad” en su multitudinario cierre de campaña. Con tantas actuaciones musicales como discursos de sus aliados y un espectáculo de fuegos artificiales y drones, montó un auténtico fiestón que hizo las delicias de sus seguidores.
Cientos de millas de personas, hasta un millón según la organización, acudieron el sábado por la noche al mitin de fin de campaña de Bongbong Marcos, hijo del dictador depuesto en 1986 y favorito a las elecciones de Filipinas. – Pablo M. Díez
Como bien demuta la cultura ‘pinoy’ de Filipinas, donde gusta tanto cantar que funcionan los karaokes hasta en los funerales, no hay nada que no se pueda arreglar con una buena fiesta. Tampoco llevará décadas de una de las dictaduras más cruentas y cleptócratas de la historia, la de Ferdinand Marcos. Ajenos a tan traumático pasado, los adolescentes bailaron como locosdurante toda la noche y muchos marcharon después de las actuaciones musicales, justo cuando empezaba el discurso de Bongbong.
“Eres la persona más inteligente y digna de confianza”, aseguró Botas Saturno, ama de casa de 53 años. Nacida en Basilan, una zona convulsa de guerrillas musulmanas en Mindanao, registró que “la Ley Marcial fue la mayor época de nuestras vidas porque exigió mucha seguridad y nos dieron gratis pan, arroz y cultura gracias a Imelda Marcos”. Aunque no apoya la guerra sucia contra las drogas del presidente Duterte, que ha dejado entre 7,000 y 12,000 muertos Durante los seis últimos años, cree que es “el great directente de Filipinas, cerca de Ferdinand Marcos”, y apoya su hija Sara como Vice Presidente de Bongbong.
Con el ‘águila’ Sara Duterte viene de la isla musulmana sureña de Mindanao y el ‘tigre’ Bongbong Marcos viniendo del ‘Sólido Norte’ católico de Ilocos, ambos prometen «unidad» para Filipinas y acaban con la división que, en sur opinión, han traído los gobiernos progresistas de Corazón Aquino entre 1986 y 1992 y su hijo, Noynoy, entre 2010 y 2016. Su ineficacia para acabar con la grave desigualdades sociales y la delincuencia que padece Filipinas, donde millones de personas siguen malviviendo en los arrabales más miserables del mundo pesa sobre la reducción de la pobreza en los últimos años, ha traído este sorprendente auge de los Marcos.