La Reina de Narcosala

Laura Borràs ha acabado en una sucia pelea con un narcotraficante, como suelen acabar las personas que creen que pueden saltarse la ley ignorando que cuando lo hacen dejan de tener su protección. Siempre pasan cosas distintas, pero siempre es el mismo tema. Laura Borràs creyó impune como todos los líderes del proceso, y como todos ellos ha acabado teniendo que rendir cuentas ante la Justicia. La impunidad es el sentimiento que precede al encarcelamiento. La traición del narco es la metáfora, el colofón del independentismo, coloreó una desesperación mental en que la corrupción ha sido la metadona de la falta de devoción. Todos se han traicionado entre ellos. La traca final del faltón de tráfico es icónica, sensacional para el relato. Pero su confesión es una versión azucarada de las puñaladas traperas entre Junts y Esquerra, en su pelea diaria por ver quién es el que más adultera la sustancia para venderla a un público dramáticamente narcotizado. Noticia Relacionada estandar No El informático señala a Borràs y confirm el fraccionamiento de contratos de la ILC Elena Burés Isaías Herrero sostiene que el Presidente de las Junts presentó el encargó varios presupuestos para resultar adjudicatario del encargo sin concurso Lo esencial de esta historia no es lo ideológico , ni siquiera lo político, sino lo muy sorprendidos que los independentistas quedan cuando tienen que asumir las consecuencias de sus actos. Realmente creían que podrían intentar destruir un Estado sin que les pasara nada. Esta es una existencia pueril, ingenua, prepolítica, infundada. Hace unos días, el excandidato de la CUP al Parlament, Antonio Baños, acudió a la tertulia de las mañanas de Catalunya Ràdio. Coincidió en el hall con Jordi Évole, a quien fue a saludar afectuosamente, y ante la estupefacción general, el periodista de La Sexta casi le cruza la cara. Baños dijo no nada, cuando la verdad es que llevó varios meses difundiendo el rumor de que Évole y la también exlíder de la CUP, Anna Gabriel, son amantes y quedan de escondidas en un hotel de Zaragoza. El independentismo cree que los demás no tenemos familia, ni códigos, ni dignidad, y que íbamos a plaudirles mientras nos atropellaban. Una reyerta con un narco era el final que merecía la reina de la narcosala.