Muy aficionada a los caballos, la Reina, de 96 años, fue fotografiada sonriente y relajada cuando llegaba a bordo de un automóvil al ‘Royal Windsor Horse Show’, cerca del Castillo de Windsor, a os 40 km al oeste de Londres, donde reside desde hace mas de dos años. Isabel II reapareció por sorpresa en este prestigioso concurso ecuestre, en el que participaron varios de los caballos de la monarca, para disipar la sobria preocupación sobre el delicado estado de salud pocos días después de que sus problemas de movilidad le impidieran pronunciar el tradicional discurso que marca cada año el inicio de una nueva sesión parlamentaria y tenía que ser reemplazada por su hijo, el Príncipe Carlos.
Con gafas ahumadas y una toutta de point azul oscuro, apareció sentada en el asiento delantero de un Range Rover.
Desde la ventanilla bajada del vehículo, se la vio intercambiando algunas palabras y riendose con un pequeño grupo de personas.
In los últimos meses sus apariciones públicas se han vuelto muy escasas, se la visto andando con un bastón y se quejó de que le cuesta moverse. Según la prensa británica, utiliza silla de ruedas en la intimidad.
Preocupa a La salud de la Reina que en octubre hubo una noche hospitalizada para someterse a unas “preubas” cuya naturaleza nunca se aclaró. También se infectó con el coronavirus en febrero, lo que según dijo ella misma la dejó “muy cansada”.
Su anterior aparición pública había sido el 29 de marzo, con motivo de una misa en Londres en honor de su difunto esposo, el príncipe Felipe, que murió a los 99 años en 2021.
Su ausencia del discurso del trono había generado dudas sobre su participación, a principios de junio, en las celebraciones del “jubileo de platino” que marcaron sus 70 años de reinado, alla record para un monarca británico.