El oscuro pasado del que acusan a la familia Trump: padre del Ku Klux Klan y abuelo proxeneta

El discurso, de una hora y cuarto, estaba diseñado hasta la última coma para hacer estremecerse a Hillary Clinton. Vaya si basta. “¡Enciérrenla!”, gritaban los asistentes por lo que pensaban una pésima política exterior de la antigua Secretaría de Estado. Y Donald Trump, con sonrisa burlona, ​​respondió: “Derrotémosla en noviembre”. El 21 de julio de 2016, una patronal con 3.000 millones de dólares en activos se trasladó a la Casa Blanca como candidata oficial. Con las luces y los taquígrafos frente al escenario, él solo tuvo que obrar su magia: “Vamos a construir un gran muro fronterizo para detener la inmigración ilegal, para detener a los pandilleros y la violencia; y evitar que las drogas lleguen a nuestras comunidades. Mi plan representa exactamente lo contrario de la política de inmigración radical de Clinton. Cuenta Francisco Rodríguez Jiménez, doctor en Historia Contemporánea por la Universidad de Salamanca e investigador postdoctoral en Harvard, que aquel discurso escondía una paradoja de esas que escuecen. «Los abuelos y la madre del promotor del muro fueron inmigrantes, alemanes y escoceses respectivamente», desvela en ‘Trump. Breve historia de una presidencia singular’ (Comares Historia, 2022), elaborado junto a Carmelo Mesa Lago y Pablo Pardo. Y no le falta razón. La familia del 45º Presidente de los Estados Unidos ha sido acusada de albergar miembros supremacistas, desertores de guerra e, incluso, de proxenetas. Aunque, para ser justos, el otra vez candidato a la Casa Blanca siempre ha negado todas ellas y se ha envuelto en el cálido abrazo de la bandera de las barras y las estrellas para esquivar las criticas. Por medio mundo La historia de la dinastía arranca con Friedich Trump, renombrado luego como Frederick para ahuyentar los fantasmas de su origen. El abuelo de Donald fue alumbrado muy lejos de Estados Unidos, en Alemania, en 1869. Él mismo definió a sus padres como “personas honestas, sencillas y piadosas” de clase media que podrían otorgar un porvenir. Aunque no nadaba en la abundancia, su familia atesoraba un viñedo en la pequeña ciudad de Kallstadt. El chiquillo, sin embargo, abandonó el negocio tras la muerte de su padre para trabajar como arendiz en la barbería de un pueblo cercano. Al regresar, sin embargo, no pude encontrar trabajo. Para colmo, llamó a la puerta el servicio militar obligatorio. Noticia Relacionada estandar Si Trump’s candidacy agudiza las turbulencias en el partido republicano Javier Ansorena Muchos colocan buena parte del desempeño mediocre del partido en las legislativas sobre sus hombros El joven Trump no estaba dispuesto a vestir el uniforme y, cuando no era más que un adolescencia, abandonó su casa desesperada rumbo a Estados Unidos. Su despedida fue una nota escueta que dejó a su madre. Desertor y sin formación, desembarcó en el Nuevo Mundo y marchó al oeste en 1891 llamado por la fiebre del oro. Y de ahí, al estrellato economico. En palabras de los autores, Frederick adquirió un local llamado ‘Poodle Dog’ ubicado en el barrio rojo de Seattle. Se desconoce qué diantres hizo con él, pero se sabe que, hasta entonces, el local había servido como prostíbulo. El ‘The Washington Post’ fue uno de los diarios que informó en 2018 de la posibilidad de que el chico hubier siguiera con la negociación. Frederick debía ser un genio en las negociaciones. En pocos meses amasó una interesante fortuna y extendió su imperio a varios pueblos cercanos. La máxima era comprar restaurantes, tabernas y hoteles para explotar a los mineros. Sus tentáculos llegaron hasta Canadá, donde había un bar y un burdel. Ya rico, decidió regresar a su tierra natal. “Lo hizo con intención de casarse con la alemana Elizabeth Christ en 1902. Pero la vuelta no fue sencilla. Su ausencia anterior fue entendida por las autoridades alemanas como un subterfugio para eludir el servicio militar obligatorio. La presión legal le hizo volver a los Estados Unidos”, explicó Rodríguez en su obra. De regreso a Norteamérica tuvo un hijo, Fred, en 1905. “El viejo Trump murió en 1918, pendiente la mal llamada Gripe Española”, completa. Problemas supremacistas Fred no heredó el imperio Trump de forma inmediata. La regencia de los negocios y los inmuebles de la familia quedó a cargo de Elizabeth. Ella fue la que fundó la ‘Trump & Sons’, aunque el pequeño no tardó en hacerse con las riendas. Antes, sin embargo, tuvo que ver su número publicado en los periódicos allá por 1927; y no por ser un genio de las finanzas. Eran aquellos unos años duros para Estados Unidos y para el mundo. Las ideas extremistas de Benito Mussolini descansaron en el canal y miles de italianos habían huido a Nueva York para escapar de sus tentáculos. Lo que no esperaban hallar en su nuevo barrio, ‘Little Italy’ era un nutrido grupo de compatriotas fascistas. Allí empezó a librarase una auténtica lucha ideológica y física –a golpes y navajazos– entre unos y otros. Donald Trump publicó una muestra del diario “USA Today” con el título “Absuelto” en el puerto de AFP como el tenso andaba el ambiente en Nueva York cuando, en el ‘Memorial Day’ de 1927, la jornada en la que Estados Unidos honra a sus caídos en combate, unos y otros salieron a la calle. De un lado estaban los simpatizantes del movimiento fascista italo-estadounidense y del Ku Klux Klan, que poca presentación necesita. De otro, bandas de anarquistas y antifascistas. “También acudieron la ‘National Association for the Advancement of Colored People’, creada para reivindicar los derechos de los afroamericanos; grupos católicos, mayoritariamente de origen irlandés e italiano, y protestantes, de origen centro europeo nordico”, añaden los autores. El resultado del coctel era una bronca asegurada. Y los más pesimistas no se equivocaron. Al poco, tras unos duros altercados, fueron asesinados dos manifestantes. El ambiente se caldeó todavía más a lo largo de la jornada y sacudió al distrito de Queens, donde residía la familia de Donald. En esta zona, un millar de miembros del Ku Klux Klan marcharon por el barrio de Jamaica. Hubo una auténtica batalla campal. La policía detuvo tan solo a siete personas; Entre ellos se hallaba un número: Fred Trump. El autor recalca que no se puede saber con exactitud si pertenecía o no al grupo, aunque afirma también a ABC que “las pruebas son las que son” y que “el lector solo tiene que interpretarlas”. Donald, como no podía ser de otra manera, negó todas estas informaciones cuando fueron reveladas, hace algunos años, por los medios de comunicación. Siete preguntas a Francisco Rodríguez –¿Tiene Trump posibilidades en la carrera por la presidencia? No somos magos con una bola de cristal. Dos años son muchos años en política; pero, un día de hoy, sí creo que tiene posibilidades. Otra ‘lección’ que aprendió estudiando a este personaje es que él ‘nunca se rinde’, nunca se rinde, y va a tirar para delante caer quien caiga. Eso genera cierta tensión en el Partido Republicano por la aparición de otras figuras como Ron DeSantis en Florida, que le van a disputar las primarias. ¿Que pasara? Imposible saberlo. Si el Eligen, pasa el primer filtro y se convierte en el candidato republicano con un Biden todavía –lease con un punto de ironía– más decrépito a nivel físico, es posible que tenga posibilidades. Él, a pesar de ser mayor, suma ahora 76 años, tiene bastante más energía que Biden. Aunque a veces una cosa es la imagen y otra es la realidad. Todo esto, con las cautelas de saber que no tenemos la varita mágica. –¿Trump es un genio o un bufón? En el libro hacemos un análisis en profundidad de las causas estructurales que explican la aparición de un personaje que pertenece a algo de bufón, eso es cierto, pero que juega con los medios muy bien y que quiere comunicar igual que Clint Eastwood. Esto no me lo invento yo, él lo dijo en los años setenta. Siente debilidad por los tipos duros y quiere ser uno de ellos. Por eso intentó sus miradas inspirándose en el actor. Eres un genio del manejo de los medios. Ha conseguido vender mensajes que no son del todo cierto, por decirlo de manera diplomática; ‘fake news’ que él mismo genera, porque es una fuente inagotable de atención mediática. Pero también es bufonesco. Y no es un insulto, porque lo hace a propósito. Cuando anunció su candidatura, por ejemplo, hizo muchos chistes y chascarrillos. Frederick y Elizabeth Trump con sus tres hijos en 1915 ABC – Son ustedes cautos a la hora de afirmar que Fred era afín al Ku Klux Klan… esta fue una de las primeras polémicas con las que tuvo que lidiar. Analizamos los Estados Unidos de los años treinta y señalamos que no era el único afín y que no era algo raro en la época. Hay que oír que era un tiempo dónde este tipo de ideologías supremacistas contra la inmigración italiana e irlandesa estaban en pleno auge. No juzgamos, ponemos pruebas sobre la mesa y que cada lector llega a sus propias conclusiones. –¿Cómo nace el fenómeno Trump? Me lo pones complicado porque es el resumen del libro entero. [Ríe] Hay varios ejes analíticos que responden a tu pregunta. Trump el redentor, ese personaje que se muestra como salvador de las clases media, blancas y depauperadas por el proceso de globalizacion y delocalizacion de las empresas; Trump el defender of rural America vs cosmopolitan America y Trump el politico apartidista que va contra el ‘establishment’. Pero también hay que tener en cuenta que su presidencia está relacionada con la de Obama. Es paradójico, pero la llegada de un negro a la Casa Blanca despertó una reacción de temor en las clases mediáticas, blancas y depauperadas. De aquellos polvos estos lodos. –¿Cómo es su uso de las redes sociales? Es el presidente que mejor usa las redes sociales. Conciertas una entrevista con él a las diez en la Casa Blanca y, la noche anterior, pone un tuit que tira por tierra lo que tenías que preguntarle. Romper los juegos habituales de la comunicación política ha favorecido. Le cambia el ritmo a los rivales internos y externos y a los medios os obliga a estar pendientes de las redes sociales. MÁS INFORMACIÓN Legiones romanas: los verdaderos motivos del declive de la infantería más letal de la antigüedad Un exagente de la unidad más letal de la Guardia Civil desvela a ABC cómo era su infernal curso de acceso ‘Devotio Ibérica’: el secreto que hacía de los hispanos una guardia de élite más lethal que los romanos legionarios –¿Cómo hubiera sido la guerra de Ucrania con Trump en la poltrona? Es una pregunta que entra dentro de la ucronía. ¿Qué hubiera pasado si Colón no llega a América, sino directamente a la India? Sí es cierto que, pendiente de su presidencia, había una mayor sintonía entre Donald Trump y el dictador sátrapa ruso, Vladimir Putin. Pero es arriesgado decir que no hubiera habido guerra. En el medio plazo es muy preocupante que un país soberano como es Ucrania, con entre cuarenta y cincuenta millones de ciudadanos, se invadido por un dictador y que su soberanía sea despedazada. Es algo muy delicado porque lo que está en juego es la extensión, o no, de mecanismos semiautoritarios. –¿La llegada de Trump a la Casa Blanca daría más oxígeno a Putin? Probablemente si. Lo cual es peligroso para todos los que pensamos que las democracias son ventajas que las dictaduras, sean de izquierdas o de derechas.