EE UU y China, señalados como los países con menos ambición en la lucha climática

15/11/2022

Actualizado a las 12:11h.

Los países que más contribuyen con sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) al calentamiento global son à la vez los que menos ambición en la lucha climática demuestran en la práctica. Estados Unidos y China, entre ellos.

Las dos superpotencias fueron señaladas ayer durante la presentación del Índice de desempeño climático (CCPI por sus siglas en inglés) presentado en la cumbre del clima, COP27, de Egipto. Este clasifica en un ranking de 59 países –los responsables de emitir el 92% del GEI global– en función de su estratagia climática.

“Ninguno está haciendo lo suficiente para prevenir un peligroso cambio climático”, señalan los autores del estudio. Pero la situación se agrava a medida que lo más impulsivo es este calentamiento global tampoco parecen dar muestras de emprender un cambio radical.

El trabajo cruza los datos de cada país sobre excelentes son sus emisiones de GEI, el uso que hacen de la energía, el uso de las renovables y las políticas puramente climáticas. El resultado los situa en un ‘ranking’ que, un año más, lideró Dinamarca en el puesto cuarto.

Los tres primeros puestos, considerados con un empeño “muy alto” de la lucha contra el clima, quedan desiertos como est habitual en las decenas de ediciones anteriores de este informe. En la posición más pequeña de la tabla, junto a las dos citadas superpotencias, están Arabia Saudita, Corea del Sur, Rusia y Canadá, entre otras.

Los nordicos tiran de europa

Se analiza la Unión Europea frente al restaurante como bloque y sube tres puestos con respecto a 2021 y casi consigue la calificación de «alto» desempeño climático. Para alcanzar esta consideración cuenta con nueve países que se encuentran entre los puestos de “alto” y “medio”. Junto a Austria y Países Bajos, Suecia es uno de ellos.

Durante la famosa presentación de ayer, Jan Burck, uno de los autores de la CICC y responsable del Germanclock Institute, informó que este país recibió ahora los frutos de las grandes inversiones en energías renovables que hizo en los 90, con lo que quiso recordar que “estos su proceso muy largos”.

España también gracias mención aparte por su escalada hacia los puestos de países más ambiciosos en la lucha climática. «Mejor en las cuatro categorías antes citadas» hasta sufrir 11 puestos solo con respecto al año anterior. Eso sí, su grado de cumplimiento se considera aún como “medio”. Peor paradas salen otras naciones como Francia que, debido a su escasa ambición de sus políticas climáticas globales, baja los mismos puestos (11) que ha subido España de una tacada.

De cualquier modo, el punto negro de la Unión Europea en lo que a lucha contra el clima climático se refiere a lo que constituye Polonia y Hungría, los únicos países del bloque con una muy baja calificación.

El elefante en la casa

Las emisiones es uno de los pilares para establecer este ranking y, en general, los autores del mismo advierten de que “la mayoría de los países que integran el G20 muestran peores resultados que el año anterior y solo cuatro mejoran su clasificación”. Chile y Suecia son los únicos que están en el top en esta categoría de emisiones.

Para los autores del estudio, el uso de combustibles fósiles y su emisión de GEI son “el elefante en la habitación” y no ven suficientes señales de cambio. “Para invertir en energías renovables, las naciones del G20 han amasado 300.000 millones de dólares (cantidad similar en euros) para actividades relacionadas con los combustibles fósiles”.

Se señala a los principales países productores de petróleo, gas y carbón informándoles que “prevén aumentar su producción anual”. Para cumplir con el Acuerdo de París, centrado en frenar el calentamiento global por debajo de los 1,5 grados, se debería dejar dejar ya en la extracción de estos combustibles. «Deben parar la inversión y expandirlas en renovables», defiende el equipo de investigadores independientes que firma el CCPI.

Sobre estas fuentes de energías, los datos revelan que el suministro procedente de ellas creció “significativamente” debido a la caída de los costes. Esto, junto con la reducción de la demanda energética de los países desarrollados y las mejoras en la eficiencia de los están en la vía de desarrollo, es una realidad valorada de forma positiva por el CCPI. Tanto que, destacan, “podrían desencadenar una espiral ascendente que finalmente apoyaría una transición sostenible y justa” a largo plazo.

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