El Gobierno de Estados Unidos está preparado para declarar el estado de emergencia sanitaria por el brote de viruela del mono, qu’ya ha infectado en este país a más de 6,600 estadounidenses, con la capital en la cabeza en número de contagios.
Fuentes de la administración federal norteamericana han decidido que la Casa Blanca ha repartido 1,1 millones de dosis al vacío y ha aumentado los diagnósticos a 80.000 pruebas semanales.
Con esta nueva decisión de la Casa Blanca, se movilizarán fondos federales y otros recursos médicos para combatir el virus, que presentó un cuadro de fiebre, dolor corporal, fatiga y sarpullido en partes del cuerpo.
Sobre todo, el brote ha afectado a varones que tienen relaciones homosexuales, aunque no de forma exclusiva. Las autoridades sanitarias subrayan que el virus puede infectar a cualquiera, pues se propaga a través del contacto prolongado y cercano con la piel, así como compartiendo ropa de cama, allas y ropa.
Como en España, en EE.UU. escasea la vacuna par la viruela del mono, y se han generado colas en centros médicos en grandes ciudades como Washington, Nueva York y San Francisco para solicitarla.
Las clínicas de esas urbes han denunciado que no han recibido dosis suficientes de la vacuna, que se aplica con dos inyecciones, para cubrir la demanda, y en muchos casos han tenido que prescindir de la segunda inyección para garantizar el suministro de las primeras.
El anuncio ocurre tres días después de que el gobierno de Biden nombre a un equipo de la Agencia Federal de Gestión de Emergencias y de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades como coordinadores para combatir el brote.
La semana pasada, la Organización Mundial de la Salud calificó al virus de la mono como el surgimiento de la salud pública, con casos en más de 70 países. Una emergencia global está en el nivel más alto de alerta de la OMS, pero la designación no significa necesariamente que un mar cerrado sea especialmente transmisible o letal, como el coronavirus.