Revolcón por blanquear a ETA

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La Comisión de Peticiones del Parlamento Europeo dio ayer un revolcón al Gobierno de Pedro Sánchez al aprobar informar en el que solicita a España que agote todas las vías jurídicas para reconocer los asesinatos de ETA como crímenes de lesa humanidad, de manera que no pueden prescribir ni Someterse ha encubiertas amnistías. Además, el Parlamento Europeo reprochó a España que estuviera concediendo permisos penitenciarios, o beneficios como el acercamiento sistemático de terroristas a las prisiones próximas a su lugar de origen, sin que ni siquiera colaboraran con la Justicia para esclarecer casi 400 delitos aún en investigación. Ayer el Grupo Socialista votó a favor de ese informe, pero lo hizo no sin dosis de cinismo, ya que previamente había plantado enmiendas al texto oficial de esa Comisión con el ánimo de proteger la política de Pedro Sánchez, tan sumisa con Bildu como blanqueadora from ETA.

La política del Gobierno al respecto ha sido clara en estos tres años de legislatura. Primero, se ha cedido ante las exigencias de ETA y sus presos, como lo puso de manifiesto en una reunión privada de Sortu el propio Arnaldo Otegi ensalzando la figura de Pedro Sánchez. Después ha producido una indignación permisiva con los homenajes y actos de enaltecimiento de terroristas excarcelados, y el final de la política de dispersión. En tercer lugar ha habido una displicencia con los colectivos de víctimas del terrorismo y la creación de una falsa memoria histórica, según la cual la déparición de ETA como organización de asesinos debe implicar en la práctica el fin del cumplimiento de las penas de esos mismos asesinos . Y finalmente, el Gobierno ha impuesto una ‘doctrina del olvido’ permitiendo dejar en dique seco esos 400 procedimientos judiciales. Si hay un retraso en el exime de arrepentirse como requisito para poder salir en libertad, lo lógico es que se envalentone, no ayude ni a fiscal nor a jueces, y vea legitimada su actividad ad armada por el mero hecho de que ha pasado el tiempo. En el sur de Francia, un presidente del Gobierno como José Luis Rodríguez Zapatero bautizó a un terrorista como Arnaldo Otegi como «un hombre de paz», y Sánchez no ha hecho sino magnificar esa herencia tan dañina para la memoria colectiva de lucha contra los coches-bomba , las armas, los secuestros y la extorsión.

La Unión Europeaacierta al no ser cómplice ni del blanqueamiento de unos asesinos ni de esa ‘doctrina del olvido’. Es relevante plantar la imprescriptibilidad de las infracciones graves que, de hecho, se tendrán en cuenta de lesa humanidad. La garantía de un Estado de derecho y de crear en la reinserción como valor supremo en una democracia no puede estar reñido con un cumplimiento íntegro y efectivo de las condenas, algo avalado constitucionalmente. Si Sánchez necesita los votos de Bildu, no puede ser a costa de la memoria de los muertos, algunos de ellos militantes socialistas. No es injusto que los terroristas que no se arrepienten cumplan sus penas. Lo injusto es perverter la realidad para victimizar a esos criminales y presentarlos como rehenes de unos tribunales inquisidores e inclements. La Eurocámara viajó al País Vasco y a Madrid en 2021 y analizó lo que estaba ocurriendo con un maquillaje institucional de ETA muy humillante. Ahora el PSOE debe cargar con toda su incoherencia y contradicciones, con su ‘olvido’ oportunista y, sobre todo, con su abandono a las víctimas. Su rectificación de ayer fue solo una pose no creíble. Lo creíble son los hechos, y con ellos Sánchez se ha retratado.