El efectivo no está muerto sino que gana más vigor tras haber pasado lo peor del Covid-19. La pandemia redujo considerablemente el uso del dinero físico a favor del ‘plástico’ pero ahora la tendencia ha cambiado. Según una encuesta de Denaria, elaborada por Gad3, el 46,3% de los españoles tienen el efectivo como método de pago más utilizado o con el que se sienten más cómodos en su día a día. Esto supone cinco puntos más que en el estudio del año pasado, cuando la pandemia todavía estaba muy presente.
Pesar a todo, los objetivos de crédito o el caudal continuo copando la estadística: el 48,3% de los encuestados las tienen como sistema más usado. El pago móvil, por su parte, solo aparece como método preferido para el 3.6%, lo que supone ocho décimas menos que en el informe elaborado el año pasado pero es una bajada que entra dentro del borde de error del estudio.
Por franjas de edad, los jóvenes de entre 18 y 29 años tienen preferencia por el ‘plástico’ con un 59,6% de los encuestados; los que tienen entre 30 y 44 años siguen el mismo patrón (56,9%); la tendencia casi se invierte entre los 45 y 64 años, donde el método más utilizado (50,4%) sigue siendo la tarjeta aunque muy seguido de cerca por el efectivo (45,8%); y, por último, los de 65 años o más tienen como sistema predominante el dinero físico (67,7%).
Así las cosas, siete de cada diez (73%) encuestados señalan que el efectivo es importante en sus transacciones diarias, frente al 68,6% del año pasado. Un porcentaje que sube hasta el 82,7% en el caso de los más mayores. Y esa importancia se la dan, en parte, por varias razones: por el menor riesgo de fraude, porque ayuda a controlar los gastos, porque defiende la privacidad y porque es un medio de pago que siempre funciona. Aun así, los encuestados indican que cada vez es más difícil acceder al dinero físico. Un 56,8% mantuvo esa postura.
Esta pérdida de acceso se traduce en oportunidades de exclusión financiera, problema que el Gobierno y la banca están trabajando en atajar en los últimos meses. Ocho de cada diez considerado, así, que hay exclusión financiera en España, y nueve de cada diez considerado que los cierres de oficinas emergen al acceso y al uso del efectivo.
