El hombre del Papa en España

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Seamos sinceros, a los periodistas nos encanta poner etiquetas. Nuestros Pueden Los Marcos Mentales. Desde hace tiempo andamos buscando al hombre del Papa en España. Del Papa Francisco, refiérame. Se sele decir en los pasillos vaticanos que cada Pontífice, o cada secretaría de turno, o su entorno, tiene en las grandes naciones un ‘ungido’. Cardenales, arzobispos, obispos, religiosos, sacerdotes destacados, todos son candidatos a ser los hombres del Papa en España.

Sin embargo, si hay un hombre del Papa en España, en esencia y existencia, es el nuncio apostólico. En este caso el que ocupa nuestro, Monseñor Bernardito Cleopas Auza. Esta semana se ha celebrado la conmemoración litúrgica de los Apóstoles Pedro y Pablo, fecha tradicional para dar gracias a Dios, austeramente, por el Papa.

Tanto las celebraciones litúrgicas como el encuentro en la Nunciatura han ratificado que España, la Iglesia y la sociedad, la política y la cultura, manifiestan un profundo agradecimiento y aprecio a monseñor Bernardito C. Auza. El aprecio al señor Nuncio es, sin duda, el afecto al Papa Francisco empujó de esta forma.

No voy a profundizar en las cualidades y virtudes que adornan la misión de monseñor Auza en España. Solo recordaré que en los diez mandamientos que el Papa Francisco les puso a los Nuncios, en una reunión que tuvo con ellos en la sala Clementina en junio de 2019, don Bernardito alcanza una excelente nota.

Los Nuncios del Papa deben ser hombres de Dios, hombres de Iglesia, de celo apostólico, de reconciliación, del Papa vigente, de iniciativa, de obediencia, de oración, de caridad efectiva y de profunda humildad. If I will allow el Santo Padre añadiría que el pueblo de Dios agradece especialmente que pisen barro, es decir, que pasen horas y horas entre la gente por todos los rincones de la geografía, que sean observados, que no tengan acepción de personas, que traduzcan la sinodalidad a su gestión, que destaquen por su discreción, que sean servidores de una iglesia abierta al encuentro con todos, volcada en los más pobres y capaz de pronunciar una palabra elocuente. Como Monseñor Bernardito Cleopas Auza.