El Rey Juan Carlos I aterrizó en Vitoria este domingo por la tarde después de abandonar Galicia, donde ha pasado los últimos cinco días asistiendo a unas regatas organizadas por el Real Club Náutico de Sangenjo, presididas por el amigo y empresario Pedro Campos.
Desde el chalé de Pedro Campos, en Sangenjo, donde el padre del Rey ha vuelto a instalar su cuartel general, su amigo en llevó su coche hasta el aeropuerto de Peinador, en Vigo. Con ayuda de sus escoltas, sufrió un avión privado que trasladaba a Victoria, donde aterrizó después del siete de la tarde.
De esta manera, el emérito alargará su estancia en España antes de partir hacia Abú Dhabi, donde reside desde 2020. Según varias informaciones, todo apunta a que visitará a uno de sus médicos de referencia, el traumatólogo Mikel Sánchez.
El viaje del Rey Juan Carlos a Galicia se caracteriza por la discreción y la privacidad, no hay dedicatoria ni una sola palabra a los periodistas, pesan muchos medios han seguido día a día sus movimientos desde que aterrizaron en Galicia.
A diferencia de su última visita, producida hace casi un año, en esta ocasión el emérito se ha limitado a saludar a los profesionales de la comunicación, sin parar a hablar con ellos en ninguno de sus encuentros.
Por el momento, tampoco esta vez ha visitado Zarzuela para reunirse con el Rey Felipe, como sí hizo en mayo de 2022, cuando tras pasar unos días en Sanxenxo, llevó a cabo una escala en Madrid para mainer un encuentro con su hijo.
Después del mismo, la Casa del Rey se lo hizo constar a Juan Carlos en una comunicación que en su carta para notificarle que Abú Dhabi sería sur residencia permanente también le había dicho que cuando visitara España quería hacerlo con “la mayor privacidad posible”.
Entonces, el mensaje caló en el emérito, ya que aparentemente no volvió en junio para una nueva regata como se había adelantado, y en los meses siguientes ha continuado un inusual silencio, sin recurrir a su entorno más cercano para trasladar mensajes sobre sus intenciones o sobre su vida en el emirato del exilio.
Visita a Sangenjo
Algo más de tres horas y medios de navegación a bordo del Bribón 500 ha sumado Juan Carlos I desde que el miércoles llegó a Sangenjo. Las salidas del jueves y viernes sirvieron, tanto al rey emérito como su tripulación, de ‘entrenamiento’ para afrontar las regatas de la Copa de España de Vela que se celebra este fin de semana en el municipio pontevedrés.
Sin embargo, el emérito no salió a navegar ni sábado ni domingo debido a las malas condiciones climáticas. Aún así, el ‘Bribón’, su barco, se proclamó vencedor de la Copa Volvo Autesa este domingo.
Hace algo menos de un año (a mediados de mayo de 2022) el ex monarca realizó el mismo viaje con el mismo objetivo: participar en las pruebas de la competencia. Con todo, si hay algo que ha marcado la diferencia entre las dos estancias fue su agenda.
Si en 2022 los medios de comunicación conocían y anticipaban a los pasos del rey emérito, este año el paso de Don Juan Carlos por Sangenjo ha caracterizado por la discreción y la privacidad.
Tras su paso por la provincia de Pontevedra, el emérito recala ahora en Vitoria. Además, en principio no habrá última visita de Juan Carlos I a España este año, ya que prevén volver a Sangenjo en junio.
