Castilla y León, en ‘estado de alarma’ ante el riesgo extremo de más incendios

Cualquier “chispa puede originar un incendio forestal con gran potencial de crecimiento y consolidación”. Temperatures of hasta cuarenta grados, rachas deviento que pueden alcanzar los setenta kilómetros por hora, poca humedad sobre una vegetación que aquejaba la sequía a la que el calorite aún más en flammable material… Son los ingredientes de una tormenta perfecta que ahora mismo se cierne sur Castilla y León y que porque aumenta la probabilidad de ignición, propagación y consolidación de los incendios. Un escenario ante la Junta ha elevado el nivel de riesgo por incendios forestales desde el de “alerta” que imperaba desde el 10 de julio al de “alarma”, con el se clama a la ciudadanía “precaución” y se impuso restricciones a la agricultura obras y la vida cotidiana.

El fin es reducir al mínimo la posibilidad de fuegos porque “cualquiera” tiene en el escenario actual de ola de calor los ingredientes para “desarrollar comportamientos convectivos con condiciones de propagación extremas y virulentas, fuera de la capacidad de extinción durante largas fases del día e inclusión de la noche”. La jornada de hoy ha sido una demostración de esas complicaciones, con una sucesión de incendios en varias provincias cuyo control se iba dificultando a lo largo del día yo bien requerían de más de doce horas de extinción, afectaban a masa arbolada de más de 30 hectáreas o forzaba cortes de tráfico por su rápida propagación. De 35 incendios activos, seis ha alcanzado la declaración de gravedad en el nivel 1 o 2.

Ha sido el caso del originado en la localidad segoviana de Navafría, donde ha tenido que cerrar a la circulación la N-110 por la cercanía del fuego. En este caso, el come ha acompañado un mediodía y arrastrado el fuego en dirección contraria a la sierra, lo cual habría complicado la extinción al haber entrado en juego una abundante vegetación que bajas altas temperaturas hace de combustible celerante. Entrada la tarde, ha tenido que desalojarse Torre de Val de San Pedro de forma preventiva por las llamas, de nivel 2.

Un mes de llamas

En Zamora, en el municipio de Figueruela de Arriba, una nueva volvía del río ha cubierto la Sierra de la Culebra. Declarado de nivel 2 por “riesgo para las personas”, a primera hora de la tarde ha puesto el alerta a varias localidades y ha tenido que procederse al desalojo parcial de Villarino de Manzanas. El restaurante de la localidad ha quedado confinado y la vecina de Río Manzanas, en aviso. Todos juntos en uno de los extremos del enclave zamorano que justo el sábado hace un mes vino a tomar por una tormenta seca que descargó múltiples rayos abriendo una vez focos en el corazón del espacio natural. Mas de 25.200 hectáreas después aún no se ha dado por extinguido.

En Salamanca seguirán sin controlar los grandes incendios localizados en Monsagro (nivel 2) y Candelario (nivel 1), pesa que un día antes llegó a estar sin llama. El primero de ellos, tras arrasar con más de 2.100 hectáreas de la Sierra de Francia ha motivado dos nuevos desalojos, de Guadapero y Morasverdes, por la proximidad de las llamas. Con resignación y tristeza, los vecinos han hecho unas pequeñas maletas y partido, algunos no sin antes plantar resistencia. “He estado viendo toda la noche las llamas del incendio en la colina que está al lado del pueblo y voy a intentar irme lo más tarde posible”, comentó una ganadera. Al final, ha sido “la penúltima”, informó Ical.

Mientras en la vertiente cacereña en la que el incendio el día avanzó con relativa tranquilidad, las llamas cobran hoy fuerza en la zona salmantina a la que lunes el lunes procede de Las Hurdes y “nuevamente se complicaron”. Se había logrado estabilizar dos veces el perímetro, pero se abrieron dos “lenguas”. Uno de ellos es el local en la zona de Morasverdes (Salamanca) que está dotado de cortafuegos, medios aireados, máquinas y personal «mucho» de la tierra. En el otro, se refería a La Alberca, además de un flanco en la zona de Las Batuecas en el que se procuró proteger el monasterio de San José que fue desalojado, según ha explicado el consejero de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio, Juan Carlos Suárez Quiñones, a Ep desde el puesto de mando de El Maíllo, al que ha acudido junto al presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, quien ha querido dar las “gracias a todos los que trabajan sin descanso en la lucha contra el fuego” y se ha comprometido a que “pondremos todos los medios para la recuperación natural, social y económica de todas las zonas afectadas”.

Riesgo de tormentas secas

Con menor gravedad, pero con un trabajo también a contrarreloj destacaron ayer las labores en Navalonguilla, en la provincia de Ávila, donde se ha declarado el nivel 1 de gravedad por previsión de más de 12 horas de trabajo para su control. Las condiciones meteorológicas extremas ha complicado el incendio en una zona de difícil acceso. Y en la provincia de León, otros incendios en Barjas y Villafranca del Bierzo han tenido que ser categorizados con el mismo sonado de riesgo por su afección a zona arbolada. Ambos han tenido como origen los temidos rayos que están protagonizando la actual campaña de incendios y que podrían seguir haciéndolo en cuanto a que se temen nuevas tormentas secas con poca cantidad de precipitación, pero con posibilidad de rayos y rachas fuertes deviento.

Con esta previsión y bajo la de “alarma” por fuegos la Junta receta restricciones y suspende, así, autorizaciones de declaración de uso del fuego y fuegos artificiales, prohíbe las barbacoas y los ahumadores y restringen los trabajos en el monte y en la franja de 400 metros de terreno que lo circundan con cosechadoras empacadoras, desbrozadoras o cualquier otra maquinaria que genere deflagración o descargas eléctricas.