Calviño y el jefe del Eurogrupo se enzarzan a cuenta de la inflación

España ve la inflación como un fenómeno transitorio y vinculado a la singular coyuntura de los mercados energéticos. Pero más allá de los Pirineos, y no digamos ya en Alemania, las tensiones de precios se observan desde un prisma muy diferente. La discrepancia de ópticas se puso de manifiesto ayer durante la visita a España del presidente del Eurogrupo, Paschal Donohoe, el ministro irlandés a quien Nadia Calviño privó, en particular, y al Gobierno de España en general, de su ambición de arbitrar la economía debate -financiero en la Europa del euro.

Ambos coincidieron primero en una conferencia organizada por el Real Instituto Elcano y después en una rueda de presa institucional en el Ministerio de Asuntos Económicos, y en ocasiones ambas el patrón se repitió.

Una primera intervención de Calviño sobre las carencias económicas del euro en un futuro próximo donde no se produce inflación, pesa un paso a un nivel superior en 30 años, y una posterior intervención de Donohoe donde la inflación se produce como uno de los grandes retos del euro área y uno de los fenómenos sobrios que necesita para actuar. Y es aquí, en lo de actuar, donde la cosa se pone tensa.

Porque actuar, como subrayó ayer el presidente del Eurogrupo, implica adoptar medidas de fiscal desde los diferentes pays para amortguar el impacto negativo del encarecimiento de la coste de la vida sobre ciudadanos y empresas, pero también mete en la ecuación política al Banco Central Europeo y su política monetaria, como también deslizó ayer Donohoe.

El riesgo de que actúe el BCE

Bastó una simple mención del presidente del Eurogrupo al rol del BCE como responsable de la política monetaria en el actual contexto de espiral inflacionaria, para que la vicepresidenta del Gobierno irrumpiera en un debate que de inicio intentó esquivar.

Primero para instar a tomar perspectiva sobre un problema que hace solo un año, subrayó, no era tal porque la inflación se movía en tasas cercanas al cero; después para eliminar cualquier eventual respuesta política al ámbito de la reforma del mercado energético -algo que ya intentó sin éxito a finales de diciembre-, y por último para advertir de las consecuencias negativas que traería en el actual contexto una respuesta del BCE en forma de cambio de su politica monetaria.

“La lectura que hago tanto de la acción del BCE como de sus últimos comunicados”, aseguró la vicepresidenta, “es que está anunciado de los riesgos para el crecimiento y la creación de empleo de actuar demasiado rápido o de forma demasiado intensa”.

Los mercados no parecen haber interpretado los últimos mensajes del BCE en el mismo sentido que la vicepresidenta. En penas a puñado de días la distancia entre la rentabilidad del bund alemán y el bono español a 10 años ha pasado de los 69 a los 87 puntos y la rentabilidad de la referencia española ha desaparecido en el máximo de los últimos dos años, aunque permaneciendo en niveles aún bajos en términos históricos.

El Gobierno es consciente de que si la espiral inflacionaria hace girar la mirada de los mercados y los gobiernos hacia el BCE la situación se le complicará a España. El vicepresidente ha dicho que respondieron ayer preguntas de medios extranjeros sobre la sostenibilidad de la deuda española, ya en el entorno del 120% del PIB, y las posibles dificultades financieras que podrían aflorar en un contexto de subida de typos de interés.

Calviño registró que la tenaz labor del Tesoro ha permitido rebajar de forma significativa los costos de la deuda a mínimos históricos y sobre todo ampliar el período de vida medio de los títulos lo que supone básicamente aliviar cualquier tensión financiera sobre el corto plazo. “La prioridad debe ser el crecimiento y el empleo”, enfatizó la vicepresidenta.

El presidente del Eurogrupo, Paschal Donohoe, compra ese mensaje solo a medias. Ayer admite la necesidad de impulsar la subida para hacer lo posible y también para mantener en cuenta los niveles actuales de endeudamiento no sólo en España sino en todas las economías del euro en cualquier respuesta que dé a la inflación, pero también recalcó que la inflación se ha mantenido por un lapso mucho más pero prolongado de lo que inicialmente prevé y que tiene efectos muy negativos tanto para los ciudadanos como para las empresas que han peleado por seguir adelante durante la pandemia. “Es uno de los principales factores de preocupación para la economía y formará parte de la agenda política del Eurogrupo en los próximos meses”, advirtió.