Tiembla, Calvino

Esta tarde a la siete se verán las caras Monika Hohlmeier y Nadia Calviño, que no ha medido bien lo que se le viene encima. La reunión le dirá que la misión de CONT (Comisión de Control Presupuestario en la jerga bruselense) se mantendrá con los responsables de la Economía de cinco comunidades autónomas: Castilla-La Mancha, Madrid, Aragón, Andalucía y Extremadura. Hohlmeier tiende a tener la oportunidad de comprometerse si la manida excusa de la vicepresidenta (eso lo llevan las comunidades) tiene alguna base o es la enésima operación despiste del Gobierno menos transparente de nuestra historia democrática. En un intento de desesperación, torpe y fallido, los socialistas españoles de la Eurocámara intentaron suspender la misión ‘in extremis’. La razón aducida es tan vergonzosa que ellos no la contarán, pero es bueno que sepa: rechazaban a uno de los cinco periodistas españoles destacados. Lo de vetar periodistas puede llegar a parecer normal en España, pero, por suerte, en el entorno europeo no acaban de verlo así. ¡Hay tantas cosas que no parecerán normales en estos tres días apasionantes que empiezan! Viniendo Calviño de la dirección general de Presupuestos de la Comisión Europea, es raro que confíe en tonterías como esta a la hora de no dar explicaciones: “tenemos un cuello de botella y por eso no hay datos disponibles”. Cuando los cinco miembros titulares de la misión oigan “cuello de botella” esbozarán una sonrisa, quizás con la excepción lógica de la socialista María Isabel García Muñoz. Que la experiencia de Calviño en la Comisión coincida con una Eurocámara menos minuciosa. Aunque yo apuesto por las distorsiones propias del pensamiento grupal; en la Comisión Europea opinan que al Parlamento se lo maneja sin dificultad. Pero cuando llegue el momento, la propia Comisión puede tener problemas por no haber ajustado un control basado en hitos y objetivos antes de seguir enviando fondos. ¿Les suena el caso Santer? Podría repetir. Esta movida afecta al primer tramo (9.000 millones), pero yerra quien confunde la misión de Hohlmeier con una suerte de comisión de investigación española. El dosier sobre España (de uso interno) con el que llegan propiciará preguntas muy específicas que no dejan bien ni a nuestro país ni a la Comisión Europea. Mientras, aquí se engañan a los analistas con el lenguaje de la CE y su señalamiento de ‘gaps’ que parecen veniales. Resumiendo, la misión viene a comprobar algo más profundo que los cumplimientos o incumplimientos de España: se trata de averiguar si la Comisión Europea ha seguido déembolsando tramos de financiación a pesar de no ajustarse España al sistema obligatorio de hitos y objetivos. Finalmente, la negativa se ha reunido con la misión de control por parte de la máxima responsable del uso de aquellos nuevos mil millones, Rocío Frutos Ibor, tendrá consecuencias.