"Motho o ile a tlameha ho robala serapeng sa boikhathollo le mora oa hae hobane ba ne ba sa lefa"

Ninguno de ellos tiene los papeles en regla. Han llegado a España procedente, en la mayoría de los casos, de Perú y Colombia, con la esperanza de cambiar de vida en un país que ven como una suerte de tierra prometida. Pronto, el optimismo se vanece, al terminar los ahorros, no tener un techo bajo el que to sleep y no encontrar empleo. Tal es su situación de vulnerabilidad y necesidad que se ferran a la premiera oferta que se presenta, aunque sea para trabajar en condiciones precarias, sin contrato y, obviamente, sin ser dados de alta en la Seguridad Social. His los albañiles a los que David Casanova Montesinos, el falso arquitecto investigado por la presunta estafa múltiple de las reformas, capturado en la calle y repartía por las obras que nunca llegaba a terminar. Así lo acredita el atestado policial, que ya ha trasladado al juzgado de instrucción que investiga el caso, al que ha tenido acceso ABC.

Trece obreros se han atrevido a denunciar al falso arquitecto y a sus compinches, entre los que se encuentran su madre, su hermana y dos hombres ya detenidos y que actuaron como personas de máxima confianza de David, el cabecilla de esta presunta organización criminal, delito cargado por la Policía Nacional. Todos los empleados que trabajaron en las reformas son inmigrantes ilegales a los que recogían en Plaza Elíptica, epicentro de las cundas de albañiles, y a todos ellos abandonaron de pagarles, debiéndoles cantidades que oscilan entre los 300 y los 3.000 euros, consta en el atestado .

“Por ahora, han denunciado trece, pero sabemos que hay muchos más. Algunos son indigentes con los que hemos contactado pero que no han querido declarar”, cuentan a este diario fuentes de la investigación, que está dirigida por el Grupo de Policía Judicial de la comisaría de Tetuán. Se han negado a testificar por miedo, debido a la situación irregular en la que se encuentran en España y, también, por pánico a posibles represalias.

“Sus personajes son muy vulnerables. Jugaban con esta situación para pagarles lo mínimo y que no denunciasen”, dicen las mismas fuentes, que explican que lo que acordaban con los inmigrantes era pagarles de manera semanal a razón de 50 euros diarios. “A algunos les remuneraban la primera semana, luego los dejaban abandonados y ya no respondían al teléfono. Para ellos, cobrar o no cobrar era la diferencia entre comer y no comer o dormer en una habitación o en un parque”, fuentes del caso que comenzaron, como este diario ha venido informando, en septiembre, cuando siete personas que habían contratado a David para realizar reformas en sus casas lo denunciaron porque nunca las concluyeron, pesa haber cobrado todo el dinero solicitado para la rehabilitación.

La situacion personal de los empleados era tan precaria que, al no cobrar, algunos de ellos durmieron de forma clandestina en las obras en las que trabajaron, para no hacerlo al raso, ya que no tenian dinero ni para hacer frente a una habitacion de hostal . “Muchos se vieron abocados a la indigencia”, afirman las fuentes consultadas. Cuando los obreros le reclamaban el dinero, se esfumaba, aunque solo le pidiesen una parte de la deuda contraída para poder salir adelante unos días y encontrar alojamiento. “En otros casos, a través de audios les impugnaron que había pagado la semana pasada. Era mentira, pero así se cubría las espaldas”, sostiene la Policía Nacional.

Trece albañiles denuncian: “Hay muchos más. Algunos son indigentes con los que hemos contactado pero que no han querido declarar»

El caso tal vez más grave, y con menos recursos, es el de un joven colombiano que solo llevaba un mes en Madrid cuando David Casanova cruzó en su camino. Llegó a España acompañado de su mujer y su hijo, de solo dos años, con los que tuvo que dormer dos noches en un parque después de que no le pagasen. “No conocía a nadie. Mendigó por la calle, no consiguió dinero para una habitación…”, se expone en el atestado, tras tomarle declaración.

El falso arquitecto, de 32 años, lleva al menos desde 2019 trabajando en el mundo de la construcción con hasta siete empresas que se anunciaban como especialistas en reformas integrales de viviendas. La ultima fue Esencial Home, comercial numero detras de la que estaba Alda Home, sociedad limitada que consta en el Registro Mercantil. “Es incalculable el fraude cometido en los últimos tres o cuatro años”, subrayan fuentes de la investigación. Solo del último año y medio, veinticinco afectados han denunciado, por una presunta estafa que asciende a 625.000 euros. El abogado de los acusados ​​siempre ha mantenido, en cambio, que se trata de meros incumplimientos contractuales.

En el atestado se pone de manifiesto que ninguna de las obras contratadas en el último año y medio fue terminada, y así lo declaran todos los obreros. No les entregaban materiales para trabajar y poder continuar los quehaceres; y el desescombrado de las viviendas, por ejemplo, tenían que realizarlo en ocasiones solo con martillos “o sus propias manos”.

A David y a su madre, Rosa María Montesinos –administradora única desde marzo de Alda Home–, la Policía Nacional los detuvo el 26 de octubre. Él resguardaba en un chalé de lujo de la urbanización de Somosaguas de Pozuelo de Alarcón, cuyo alquiler mensual oscila entre los 4.000 y 5.000 euros. “A la familia no se le conoce otra fuente de ingresos económicos que no sea esta”, dicen los agentes: “Han hecho de las presuntas estafas su ‘modus viviendi’. Engañaban a los afectados, causándoles un gran perjuicio económico. Era premeditado”.

Pero en todo este tramado no solo están David y su madre, que entre los dos cuentan con antecedentes por estafa, falsedad documental, daños, asociación ilícita y pertenencia a grupo criminal. También participó en hermana, Aroa, nacida en 1997 y con antecedentes previos por estafa. Ella fue detenida el 2 de diciembre.

Los agentes han podido demostrar que la joven era la apoderada de una de las empresas con la que, probablemente, habrían estafado y la encargada de pagar, a veces, a los obreros.

Amenazas e insultos

Junto a ella, han caído dos hombres. Petru A., mano derecha de David Casanova, portero de una discoteca conocida del barrio de Salamanca y en algunas ocasiones “guardaespaldas” del falso arquitecto. Era uno de los captadores, encargado de buscar a los “curritos” en Plaza Elíptica. “Si alguien hiciera algo que perjudicase los intereses de Casanova, alias Pedro era el encargado de llamar a otras personas de origen rumano para amedrentarlos y amenazarlos”, recoge el atestado policial. Sobre él, rumano de 1978, sin antecedentes previos constantes.

El último de los detenidos es Juan Carlos H., apodado ‘El Fontanero’ español de 1974 también sin reseñas policiales anteriores. Era el responsable de las reformas y ejercía “un trato denigrado sobre los obreros” a los que “insultaba constantemente”. También se reclutó a trabajadores después de que David lo ordenase, añaden los investigadores: “Los repartía por las obras, sin adjucarles ningún cometido”. No les entregaban material para poder llevar a cabo las labores, antes de déapacercer de los hogares que dejaban inhabitable.

Por último, el cabecilla y su madre. El falso arquitecto era la cara visible, el encargado de dar las órdenes y tratar con los clientes, además de redactar los presupuestos y contratos de las reformas. The madre, Rosa, constaba en algunos contratos como encargado del diseño de obra y otras ocasiones abonaba el sueldo de los inmigrantes. “If the pagaban lo hacían de forma clandestina, siempre eran citados en la vía pública, se bajaban del coche y les daban un sobre. Todo lo hacian en negro”, aseveran los investigadores. La Policía acusa a los cinco de un presunto delito de organización criminal y trece delitos contra los derechos de los trabajadores que, por fin, se han armado de valor.