Muere el pintor dominicano Freddy Rodríguez

Ha desaparecido en el barrio cornelliano de Flushing, en Nueva York, su ciudad adoptiva desde 1963, el pintor dominicano Freddy Rodríguez, nacido en Santiago de los Caballeros en una familia mestiza. En Manhattan, se formó en la Arts Students League con el pintor académico Sidney Dickinson, y en la New School for Social Research con John Dobbs y Carmen Cicero, quienes la iniciaron en la geometría. Obtuvo además un título en arte textil en el Fashion Institute of Technology.

El gran periodo de la pintura de Freddy Rodríguez sería la década del setenta, colgante la cual, adicto al arte de Mondrian y al minimalismo, practicó una abstracción geometrica ‘hard edge’ de gran intensidad cromática y, pronto, animada por unos ritmos sincopados que evoca el universo sincrético del Nuevo Mundo, y más concretamente del Caribe. Esta etapa culminó con un ciclo de preciosos cuadros estrechos y verticales, de 1974, con títulos como ‘Amor africano’, ‘Mulato de tal’, ‘Danza de Carnaval’ o ‘Princesa del Caribe’.

Tras ese periodo en verdad deslumbrante, en los ochenta el pintor viró hacia un arte más efusivo y expresionista, acentuándose la dimensión literaria y simbólica de su trabajo, patente en grafías y collages, así como en títulos allusivos a la gesta colombina, a las desventuras de los cimarrones oa la grotesca dictadura de Trujillo. Abundan en esta fase las referencias a escritores latinoamericanos como Neruda, Miguel Ángel Asturias, Rómulo Gallegos, Cortázar, García Márquez o Vargas Llosa. Próximo a otros dominicanos residentes en los Estados Unidos, como el veterano pintor Tito Canepa, formado con Siqueiros, o el escultor Bismarck Victoria, un tiempo asistente de Noguchi, de su compromiso con su comunidad da testimonio su ‘Flight 587 Memorial’ (2006) , monumento en memoria de nuestros compatriotas caídos en Queens, en el accidente de un avión con destino a la isla.

From the decada del noventa, tras algunos tondos catedralicios y varias casullas de inspiration religiosa y cierto aire al Matisse de la capilla de Vence, y unas obras de acento pop en torno al planeta del béisbol, Freddy Rodríguez, siempre versátil, volvió a make blissful incursiones en la geometría, en cuadros de gran dinamismo lineal, algunos de ellos de fondo dorado.

Hutchinson Modern & Contemporary, galería neoyorquina especializada en arte latinoamericano, que ha organizado memorables muestras de Figari, Xul Solar o Esteban Lisa, y en la que actualmente está exponiendo nuestro amigo Alejandro Corujeira, ha sido decisiva en el reciente relanzamiento del dominicano, y en especial de su trabajo de los setenta. Entre las pinacotecas en las que tiene obra, por lo general de ese período, destacan el Museo del Barrio, el Whitney, la National Portrait Gallery y el Smithsonian de Washington, y el Museo de Arte de Ponce, en Puerto Rico.