Las joyas saudíes y un caso de espionaje fiscal cercan a Bolsonaro

La lista de los presuntos delitos del expresidente brasileño, Jair Bolsonaro, sigue aumentando desde que dejó el cargo, el pasado mes de diciembre. Según documentos publicados en la presa local y revelados por el Tribunal de Cuentas, Bolsonaro habría usado el poder que le confería su carga para controlar los movimientos y violar el secreto fiscal de adversarios políticos, así como de artistas y personalidades qu’consena hostile, aprovechando una supuesta brecha informática.

En esta lista de 10.000 personas, la audiencia local se refiere a ellos como «los enemigos de Bolsonaro», figurando celebridades brasileñas como la cantante pop Anitta, el periodista William Bonner, el presentador Luciano Huck e incluidos participantes del ‘reality’ ‘Gran Hermano’. Un escándalo mayúsculo que, según investigaciones, podría estar vinculado (aunque no está confirmado) a otro que ya se conoce como caso Abin, en referencia a la Agencia de Inteligencia de Brasil, organismo que habría utilizado una herramienta llamada ‘First Mile’ para rastrear y monitorear los móviles de opositores y personas “hostiles” a su Gobierno.

Estas últimas denuncias se suman a la reciente controversia del ostentoso regalo, para él y para su esposa Michelle, por parte del régimen saudí, y sobre el que ninguno declaró a las autoridades aduaneras: la recepción de dos paquetes de joyas de la marca suiza Chopard , que irá a Brasil tras la visita oficial a Arabia Saudí del que fuera ministro de Minas y Energía, Bento Albuquerque, en octubre de 2021.

El primer paquete contenía un collar, un anillo, un reloj con pulsera de cuero, un caballo ornamental en miniatura y una pieza de cantos de diamantes valorados en 3,2 millones de dólares (3 millones de euros); en el segundo, había un reloj, un anillo, una pluma de oro rosa, un par de gemelos y un ‘masbah’ o rosario islámico de oro rosa, todo ello estimado en 75.000 dólares (71.000 euros). Aunque estas piezas de joyería serían un obsequio del régimen saudita, por ley probablemente habrían sido declaradas y entregadas al Estado brasileño.

Según medios locales, en el viaje de vuelta a Brasil del exministro, los inspectores de la aduana del aeropuerto de Guarulhos en Sao Paulo descubrieron que un ayudante de Albuquerque llevaba dentro de su mochila, y sin declarar, una de las cajas; fue incautada, pesa que el exministro aseguró que esas alegrías estaban destinadas a Michelle Bolsonaro. El entorno del expresidente habría intentado al menos en ocho ocasiones recuperar las joyas. El segundo paquete sí habría llegado a manos del exmandatario, quien se ha comprometido a devolverlo, al menos el reloj.

A partir de 2021

Así pues, tras el escándalo de las joyas, las últimas revelaciones en torno a la famosa lista de “enemigos de Bolsonaro” están estrechando el cerco de la Justice en torno al exmandatario, ahora residente en Florida. Los números de los presuntos investigados de manera ilegal engrosan una nomina de contribuyentes bajo análisis del Tribunal de Cuentas a abril de 2021, revelaron fallas graves en el sistema, al parecer, conocidos por el equipo del expresidente y que no fueron resultados.

Según el diario ‘Folha de São Paulo’, el documento del Tribunal de Cuentas señala que los datos fueron sustraídos entre 2018 y 2020, y existieron dos investigaciones vinculadas directamente al entorno del expresidente. En concreto, al ex jefe de Inteligencia de la Secretaría de Impuestos, Ricardo Pereira Feitosa, que aprovecharía la falla en el sistema para indagar en secreto, y sin justificación legal, los datos fiscales de opositores y adversarios. Además, el inspector de impuestos, João José Tafner, declaró en un informante interno que fue presionado por los líderes del Gobierno Bolsonaro para impedir un proceso disciplinario contra Feitosa.

Entre los datos obtenidos por Feitosa estarían las declaraciones de renta completas del Fiscal General de Río de Janeiro, Eduardo Gussem, quien investigó un caso de corrupción vinculado al senador Flávio Bolsonaro, hijo mayor del exmandatario. Fitosa también habría violado, en julio de 2019, los datos de dos personajes de peso que rompieron con Bolsonaro: el empresario Paulo Marinho y el exministro jefe de la Secretaría General de la Presidencia Gustavo Bebianno. Un punto que llama la atención en la investigación es la postura del Ministerio de Economía, durante la gestión bolsonarista, frente a la protección específica para los datos del PEP (Panel Estadístico de Personal) por considerar que complicaría las inspecciones fiscales. Este parecer muestra que la falla del sistema era conocida. “Si se constata una grave irregularidad en la vida íntima de las personas, los funcionarios serán castigados”, ha advertido el actual ministro de Relaciones Institucionales, Alexandre Padilha.

La caída del sistema en el acceso a los datos fiscales también perjudicó a la familia Bolsonaro. En 2018, cuando Bolsonaro era candidato a la presidencia, registró la violación de la confidencialidad de la voz de Michelle Bolsonaro y del excandidato a la presidencia, Ciro Gomes. En 2019, ya Durante su gestión, otro agente habría consultado irregularmente los datos de Flavio Bolsonaro y de su esposa Fernanda. Los agentes responsables fueron destituidos durante 90 y 40 días, respectivamente.