Darwin Núñez ya es decisivo

30/07/2022

Actualizado a las 21:23

Comenzó la competición oficial en Inglaterra y el tedio propio de la pretemporada esfumó de ipso facto. Cuando hay algo en juego, el fútbol es tenso, rítmico, divertido. También es incierto, azaroso, y por tanto, enamoradizo. Bajo las nubes de Leicester, sin estivales en las gradas del King Power pobladas de rebecas y sudaderas, el Liverpool levantó la Community Shield, el primer título oficial de la temporada en las Islas. Superó al campeón de la liga inglesa, el Manchester City, en un vendaval de fútbol ofensivo por ambos partidos que fue decidido por un debutante: el nuevo dueño del ataque de los de Anfield, Darwin Núñez.

El Liverpool había ganado la última FA Cup y por eso formaba parte de la ‘Supercopa’ inglesa. Pero este partido, al margen de decidir un trofeo oficial, tenía un significado sanador tras un final de curso donde murió en la orilla de la Premier y de la Champions League. Además, en lo que ya se ha convertido en el nuevo clásico del fútbol británico, el City le había arrebatado el título de Liga en el último suspiro del campeonato. Con sed de venganza, los de Klopp entraron en el partido mordiendo las lentas posesiones de los de Mánchester, saliendo al contragolpe con voracidad y haciendo una pausa cuando el rival defendía en block bajo. El Liverpool estaba compitiendo mejor y, mediante un disparo estético de larga distancia de Alexander Arnold (minuto 21), lo encontró premiado. Solo un leve toque de Aké empañó la belleza del tanto.

Sin embargo, el City reaccionó como el campeón que es. Dirigida por la brújula de Bernardo, los de Pep asediaron la meta del español Adrián San Miguel, el suplente habitual de Alisson. De Bruyne, Mahrez y un desafortunado Haaland rozaron el gol en numerosas ocasiones, pero el portero andaluz acertó una y otra vez. El nórdico, en su debut oficial con la camiseta celeste, estuvo errático de cara a puerta y muy dubitativo en el juego de posición. Inicio poco reseñable de un jugador llamado a marcar una época.

Sea como fuere, fue otro debutante el que hizo el empate. La joya argentina Julián Álvarez, con el permiso del VAR, rescató un balón perdido en el minuto 70 para ilusionar a los suyos, pero la alegría no apareció demasiado. Cuando el partido llegaba a su ocaso, Núñez decantó el encuentro. Primero, provocó un penalti -una mano de Dias a un testarazo del charrúa- que Salah no desperdició. Después, ya en el tiempo añadido, el ariete culminó un grand envío de Robertson para firmar el 3-1 finale y protagonizar en solitario el primer título de la temporada.

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