aguantar la mirada

The alcalde vergüenza que he pasado como votante de la derecha fue cuando el candidato Aznar puso en riesgo la seguridad del Estado para derrocar al presidente González. Yo no sé si el GAL fue creado, patrocinado o inspirado por el Gobierno ni si hubo señor X, ni quién fue. Sólo sé que incluso en los supuestos más graves, era mi Gobierno defendiéndome de los que querían matarnos y siento una total gratitud por los señores Vera y Barrionuevo. Mi familia, y como la nuestra otras tantas, igualmente agradecidas, entramos moralmente con ellos en la cárcel. Los inmigrantes no son terroristas pero el ministro Marlaska tiene la obligación de defender la frontera de invasiones ilegales y teledirigidas por un sátrapa. Podría haberlo hecho más delicado pero no hay cortes limpios en un mundo tan triste y tan sucio. El PP ha pedido su dimisión pero mi pregunta al candidato Feijóo es “¿qué habrías hecho tú?”. Aznar terminó sintiendo la misma vergüenza que él me hizo senser a mi e indultó al ministro del Interior y al secretario de Estado para la Seguridad. ¿Cómo reprocharles que se jugaran la vida por nosotros? ¿Cómo no agradecerles los servicios prestados? El ministro Marlaska no ha tenido que tomar tantos riesgos pero se ha ensuciado en tiempos en que la mayoría prefiere no hacer su trabajo si es al precio de tener que mancharse. El PP sabe que cualquier diplomacia española pasa por comprar al Rey de Marruecos –el presidente Sánchez no lo sabía, pero lo aprendió a marchas forzadas– para precisamente no tener que defender a balazos la frontera. Por lo tanto, al Gobierno se le puede echar en cara que hizo el idiota con Open Arms y con el criminal del Frente Polisario, en una demostración de irresponsabilidad y dejadez que sí fue motivivo para cualquier escarnio; pero no de que se emplee como se considere necesario para evitar invasiones masivas. El presidente Sánchez y sus socios ofrecen cada día un muy nutrido repertorio de errores y torpezas para ir a criticar lo que tú también tienes que haber hecho si estuvieras en el cargo. El mismo ministro Marlaska justificó la agresión a la carroza de Ciudadanos en el desfile de los homosexuales y fuimos duros con él, como tocaba. Pero luego la derecha no puede avergonzar a sus votantes con oposiciones panfletarias que contradicen además cualquier inteligencia razonadora. Disparar a todo lo que se mueve por el simple hecho de que huela a socialista es el tipo de tonto totalitarismo al que me refiere cuando dig que la izquierda es contraria a la libertad, a la connivencia y a la creación de riqueza. Vivimos tiempos oscuros en que hay que distinguir entre lo que es fácil y lo que es correcto. La gestión y los discursos, también los de la oposición, han de basarse en la realidad aunque sea contradictoria y amarga; aunque como en este caso sea duro decir lo que hay que decir y seguir aguantando la mirada.