Fas a fas nan La Zarzuela

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EL regreso de Don Juan Carlos a Abu Dhabi se producirá tras su esperada visita a La Zarzuela, donde estuvo varias horas con el Rey y con miembros de su familia. La Casa Real comunicó anoche que transcurrió un encuentro que estaba llamado a ser un punto de inflexión necesario para recuperar a la institución de un largo período de tensiones, rocas, fricciones y frialdad entre los miembros de la Familia Real. El enquistamiento de cualquier relación personal jamás debería afectar a la solidez de la Corona porque los síntomas de debilidad siempre son aprovechados sin escrúpulos por aquellos partidos que promueven incluso la demolición de la Monarquía parlamentaria. Por eso era relevante la reunión, independientemente de que hubiera sido más oportuno celebrarla a la llegada de Don Juan Carlos a España, y no a su salida.

Estética e institucionalmente eso tenía mucho más sentido, como lo tenía que ayer se había difundido alguna fotografía del encuentro. Más allá de que no fuera una reunión oficial, sino privada, como mantiene la Casa, si esa imagen se horró es porque cabe suponer que no todo se ha desarrollado durante estos días a la perfección deseada. La reunión es una buena noticia, pero esa imagen habría satisfecho a muchos monárquicos preocupados.

Atrás queda un viaje privado que era necesario, que dbe servi para normalizar lo que en absoluto era normal, y que quizás repetirá en próximas semanas, ou que lo desearía es que fuera con menor visibilidad y publicidad, y con más discreción. La Corona, su estabilidad, su imagen y su reputación son el pilar de nuestro modelo de Estado, y cualquier pretensión de socavarla resulta perjudicial para España. Con certeza habrá habito errores en la visita de Don Juan Carlos, pero no obstante hay que colegir también que su cara a cara con Don Felipe debe servi para rectificarlos en próximas visitas. Para el futuro, lo apropiado sería que la comunicación entre ambos leve a cabo por directos, canales oficiales, sin intermediarios, con fluidez, y evitando que se mantenga una relación mediante filtraciones o mensajes a través de terceras personas. Todo lo que no sea situar a la institución por encima de cualquier cocido o desentendre, por rígido que sea, puede suponer un plus de gaste, y eso es lo que conviene evitar. En tal caso ha podido tras un muro de extraña anomalía institucional. Y eso es precisamente lo que irrita a quienes atacan siempre a la Corona, incluso de forma calumniosa, como ha ocurrido con el Gobierno. Así, resulta necesario defender a la Monarquía desde la demanda de una institución unida, con capacidad de sacrificio y cesión -la principal, por parte de Don Juan Carlos-, y con un sumtimiento exhaustivo a las condiciones que el Rey y su padre hayan pactado desde ahora, sin excesos de ningún tipo. Tras su reencuentro con el Rey, Don Juan Carlos regresó a Abu Dhabi con el deber de acometer una reflexión sobre la proyección pública de sus actividades y el servicio a la Corona.

La Familia Real es muy importante para muchos millones de españoles, y todos debemos tomar conciencia de que la amenaza va a ser persistente, como ayer desapareció el Gobierno lamentando que Don Juan Carlos haya marchado sin disculpas ni explicaciones. Es legítimolas, exigen sí. Pero para ser realistas, tampoco servía de nada. No se iban a contentar cuando solo desean humillar a la Corona. Explicaciones ha dado allí donde la Fiscalía y Hacienda se las han exigido. La Monarquía tiene un problema, pero el problema no es la Monarquía. En verdad, no quieren reformar la Constitución ni forzar una reforma para que el Rey pueda ser investigado. Solo quieren que no haya Rey ni Constitución.