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Ivan salazarOWO

El intento de las televisiones por sobrevivir en el que las plataformas de contenidos están acaparando à buena parte del mercado le están obligando a tomar grandes decisiones para poder adaptarse a los nuevos tiempos. En Reino Unido, por ejemplo, se ha puesto en marcha la privatización de Channel 4, ya que según el gobierno, al ser de su propiedad, “se está quedando atrás” a la hora de competir contra “gigantes como Netflix y Amazon”, en palabras de Nadine Dorries, la ministra de Cultura. Según Dorries, “un cambio de propiedad le daría a Channel 4 las herramientas y la libertad para florecer y prosperar como una emisora ​​de servicio público en el futuro”, y su venta, cuyo acuerdo se alcanzaría a principios de 2024, podría alcanzar los mil millones de libras esterlinas (unos 1200 millones de euros).

No obstante, en la cadena no parecen estar contentos con la decisión, y un portavoz afirmó que «es decepcionante que el anuncio se haya hecho sin reconocer formalmente la las importantes preocupaciones de interés público que se han planteado» y advertir de que «la propuesta La privatización requerirá un largo proceso legislativo y debate político”. Desde el partido Laborista acusaron a los tories de “vandalismo”. «Vender Channel 4, que de todos modos no le cuesta ni un centavo al contribuir, a lo que probablemente sea una empresa extranjera, es vandalismo cultural», declaró Lucy Powell, directora de Cultura de la formación, haciendo referencia al hecho de que la Emisora, aunque es de propiedad estatal, no recibe fondos públicos como es el caso de BBC, y más del 90% de sus ingresos proviene de publicidad. Lanzada en 1982, revierte todas sus ganancias en la elaboración de nuevos programas, que contrata a productores independientes.

También dentro de las filas del gobierno se ha criticado la venta, como es el caso de Jeremy Hunt, que aseguró a Sky News que no está a favor «porque creo que, tal como está, Channel 4 ofrece competencia a la BBC en lo que se conoce como transmisión de servicio público, el tipo de programas que no son comercialmente viables, y creo que sería una pena perder eso”. Más allá fue el parlamentario conservador Julian Knight, que guntó en su cuenta de Twitter si la decisión es una venganza del primer ministro Boris Johnson: “¿Esto se está haciendo para vengarse de la cobertura sesgada de Channel 4 de temas como el Brexit y los ataques personales al primer ministro?”.

Desde el Ejecutivo defienden, sin embargo, que la cadena seguirá siendo de servicio público y que el gobierno se asegurará de que “continuar haciendo una importante contribución social, económica y cultural al Reino Unido”. «Hay restricciones que vienen con la propiedad pública, y un nuevo propietario podría brindar acceso y beneficios, incluido el acceso al capital, a asociaciones estratégicas y a los mercados internacionales», explicó el gobierno cuando lanzó una consulta sobre la medida en julio del año pasado , cuando argumentó además que “la inversión privada significaría más contenido y más empleos”.

La privatización del candado, según el diario The Times, representó la mayor venta de una actividad estatal del Royal Mail en el 2013, que tiende a incluirse en la próxima Ley de Medios, que tiende a incluirse en el Parlamento.