Ho ntšoa ha liminerale ka libeteri, bohareng ba lilemo tse leshome tsa jack

Juan Roig ValorTLOTLANG

“Mientras el mundo centra su atención en el conflicto geopolítico de la energía rusa y el mundo occidental, se está librado una nueva batalla de limpia energía en toda la cadena de suministro de las baterías de iones de litio”. Así reza el último informado de la consultora Global Data, en el que informan que, para alcanzar el potencial que tiene este mercado en 2030, es necesario que los sectores públicos y privados desestimen las imperantes posturas ecológicas y se abran más explotaciones mineras.

Por el contrario, se estima que a partir de 2025 se podrá producir un quiebre en minerales esenciales para la construcción, como el litio, níquel, cobalto y grafito. Todos ellos ya vieron su precio dispararse a principios de 2022 —hasta en un 120% en el caso del hidróxido de litio— y la guerra de Ucrania no ha aliviado la tendencia alcista.

Según los analistas, este material es abundante, pero es necesaria una mayor inversión en minas.

El jugador dominante en el mercado mundial de baterías es China CATL. Este, en los últimos cinco años se ha convertido en un gigante “gracias a generosos subsidios, un mercado interno cautivo grande y en crecimiento y regulaciones suaves”. Esta empresa posee una participación del mercado del 30%, prácticamente el doble del antiguo líder, Panasonic. “Los clientes clave, como Tesla, BMW, General Motors o el Grupo Volkswagen han aceptado que no tienen más remedio que usar un CATL como proveedor para sus eléctricos”.

En 2020, el ingreso de la industria de las baterías aumentó a 55.000 millones de dólares y se estima que habrá un incremento anual del 14% hasta alcanzar los 168.000 millones en 2030. Para reducir la dependencia geográfica de China y minimizar el impacto ambiental”, el reciclaje de baterias es imperativo. Solo así garantiza que la industria es sostenible a largo plazo”.