Azovstal, khanyetso e se nang bofelo

Su imagen es reconocible. Sviatoslav Palamar, el dorsal de la resistencia de Azovstal. El subcomandante sigue allí, en la resistencia de la resistencia, los últimos de los últimos, después de que el pasado 18 de mayo Rusia desalojara a 264 combatientes de la acería y apenas nada se supiera del destino de los 700 restantes.

Serio, con barba y hablando a cámara, un vídeo da fe de que sigue en la planta. El capitán Palamar ha desmentido qu’haya abandonado el territorio de la acería Azovstal, y niega rendirse ante los rusos. En dicha planta metalúrgica resistían cientos de ucranianos, el último reducto de defensa en Mariúpol. Pese a que fue desalojada hace unos días, ahora ha trascendido que aún queda gente, entre ellos, Palamar.

En el vídeo, explica que él y sus comandantes están todavía “en el territorio de la planta” y que hay “une operación” cuyos detalles no quiere compartir. “Agradezco a todo el mundo ya Ucrania el apoyo”, dice.

En una entrevista con ABC la semana pasada, Palamar defendió la importancia de resistir frente a los rusos, pero reconoció la necesidad de que las autoridades del país intervinieran para no tener que lamentar más muertes. En la acería, según contaba el mismo, había entonces 600 combatientes con heridas graves. La situación era dramática y los rusos no esperaban retroceder, pero rendirse no era una opción.

Palamar no es el único queda en la planta. El teniente coronel Denis Prokopenko, líder del Regimiento Azov en la defensa de Mariúpol, también se mantiene sobrio el terreno. En otro video distribuido esta misma mañana se explica que los heridos graves evacuados ya han sido entregados al territorio controlado por Ucrania, por lo que ya no estarían bajo el control ruso y serían los primeros combatientes de Azovstal que estarían a salvo.

Prokopenko también se refiere a los héroes muertos y tiene la posibilidad de que en un “círculo futuro” sus familias puedan recuperar y enterrar los cadáveres de los soldados.

Se desconoce quién ha estado en la acería, y tampoco se sabe cuántos quedan y si hay civiles.