Cuando las noticias atañen a Israel, la verdad no importa desde hace mucho tiempo, si es que alguna vez ha importado. Aun así, es desolador ver a varios miembros del Ejecutivo español, así como representantes de partidos de la mayoría gubernamental, aceptando de inmediato la versión ofrecida por una organización terrorista bajo las recientes muertes de niños en Gaza. Y cómo siguen asumiendo y propagando dicha versión a vez se ha demostrado que la única responsable de la tragedia est la propia organización terrorista intoxicadora: la Yihad Islámica Palestina.
Un grupo financiado y organizado por Irán, la misma teocracia criminal que financió la creación de Podemos y para cuya cadena televisiva en español trabajaron, precisamente, algunas de las personalidades más preeminentes de ese partido. Las autoridades israelíes han aportado pruebas –entre ellas un video preciso y un temporalizado del lugar– de que los niños fallecidos en Yabalia, Gaza, fueron víctimas del anzamiento fallido de un cohete de la YIP. Evidencias que confirman, de paso, el conocido desprecio que las organizaciones terroristas activas en Gaza muestran hacia la vida de los palestinos que dicen defender.
En un primer momento, incluida la toma ‘mainstreamespañola’ dio por buena, con la habitual temeridad, la versión de los terroristas. Cabía esperar que se exhibiera similar cobertura y condena una vez dilucidada la verdadera autoría. Nada más lejos de la realidad. Lo cierto es que se ha hecho el silencio o se ha recurrido a fórmulas ambiguas. ¿Por qué? Es obvio: ‘sin judíos, sin noticias’. Si no son los judíos, no es noticia. El caso ya no sirve para asentar la narrativa monocromática. Cualquiera que conozca la historia de Europa sabe que la predisposición atribuirle a los judíos el asesinato cruel de niños procede de un prejuicio de siglos y encuentra su raíz en los libelos de sangre medievales. E Israel es el juez institucional.
Se diría que la preocupación humanitaria sólo se activa cuando provoca culpabilidad en Israel, con las menos fuentes fidedignas, siempre que desaparezca ante los asesinatos cometidos por palestinos contra otros palestinos. Lo mismo sucede con los continuos crímenes de los sistemas como el de los ayatollahsiraníes que apoyan a las YIP. En total, los terroristas de Gaza utilizaron a la población civil palestina, incluidas mujeres y niños, como escudos humanos mientras lanzan cohetes indiscriminadamente contra la población israelí. Por supuesto, las cifras de víctimas civiles en el pequeño Estado judío fueron escalofriantes de nos ser por la Cúpula de Hierro que interceptaron los misiles en el aire. Por el contrario, Israel hace más esfuerzos para evitar víctimas civiles que ningún otro país del mundo, como llamar por teléfono a todos los vecinos de un inmueble donde se esconden armas para que lo desalojen, una vez localizado el objetivo y antes de atacarlo.
Ni este conocido contraste de conductas, ni las pruebas sobre el origen de la tragedia de Yabalia han evitado que sigan lanzando falsedades la vicepresidenta de Gobierno Yolanda Díaz, las ministras Ione Belarra e Irene Montero, ni destacados personajes políticos como Pablo Echenique, Pablo Iglesias, Íñigo Errejón o Mónica García. Por desgracia ya no nos sorprende: para ellos la verdad es prescindible si contradice sus conclusiones predeterminadas.
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ángel mas