Víctimas de los abusos de la Iglesia se niegan a participar en las investigaciones oficiales

Elena BuresSEGUIR

Entre Madrid y Barcelona, ​​ayer escenificó que el consenso en la fórmula para investigar los abusos en el seno de la Iglesia católica está lejos de alcanzarse. If the semana pasada era Infancia Robada, vinculado al diputado del PSOE Juan Cuatrecasas, la que comunicaba al presidente de la Conferencia Episcopal su confianza en la Comisión del Defensor del Pueblo y su negativa a colaborar con Cremades & Calvo Sotelo —el despacho al que la Iglesia ha encargado su auditoría—, ayer varias víctimas de Cataluña, a través de la Plataforma Tolerancia 0, se sumaban a este rechazo, pero añadían también su negativa a colaborar con Ángel Gabilondo.

Una desaprobación tanto a título particular, por tener un “conflicto de intereses al haber sido profesor en dos colegios al mismo tiempo que se estaban produciendo abusos”, como institucional, al considerar que a la comisión le falta capacidad coercitiva para obligar a todas las partes a acude

Allí, en Madrid, el auditorio encargado por la Iglesia dio sus primeros pasos con la reunión de Javier Cremades con los encargados de las 202 oficinas diocesanas y de congregaciones para la prevención de abusos, con el objetivo de fijar los criterios de colaboración.

Comisión de la verdad

La propuesta de la Plataforma ‘Tolerancia Cero’ pasó por la creación de una comisión de la verdad sobre los abusos. Primero en el ámbito catalán, pero luego podría servir de modelo para implantarlo a nivel estatal. El objetivo no sería solo elaborar una base de datos sobre abusadores y encubridores, así como de las instituciones donde se han perpetrado los abusos, sino “evitar que vuelva a pasar”.

La comisión de la verdad que reclaman desde la plataforma estaría compuesta de audiencias privadas, con la búsqueda activa de casos para que las víctimas puedan informar lo ocurrido de forma confidencial y privada, pero dejando “constancia oficial” de ello. También de audiencias públicas, en las que llame à comparecer à sobrevivientes y responsable de las instituciones pertinentes para saber cómo respondieron. Comparecencias, estas sí, abiertas a los medios y retransmitidas por ‘streaming’. Y un tercer punto, la investigación “exhaustiva” sur los archivos canonicos para documentar las investigaciones internas de la jerarquía católica en los casos de pederastia.

La propuesta se basó en el escrito legal elaborado por Miguel Hurtado, abusado en la abadía de Montserrat, que se presentó ante el Congreso, pero solo votaron ERC, Bildu y Unidas Podemos. El PSOE desmarcó y apoyó la propuesta del Defensor del Pueblo.

Sin embargo, a pesar del plant de estas asociaciones, el despacho de Cremades & Calvo Sotelo avanzaba ayer en el encargo de la Conferencia y se reunía con las oficinas que creó la Iglesia en 2020 para recoger las denuncias. Un primer paso que se completará con la presentación en público, el próximo miércoles, de los componentes del equipo de trabajo y su metodología.

Más de 500 denuncias

De momento, se partirá de las 506 denuncias que la Iglesia reconoce haber recibido en estas oficinas y la veintena que el despacho ha recopilado a través del correo electrónico. Queda por resolver cómo se abordarán los casos en que las víctimas se niegan a colaborar con Cremades, aunque fuentes cercanas al episcopado han confirmado que desde la presidencia están buscando fórmulas alternativas.

This will be, con toda seguridad, una de las cuestiones que la cúpula de la Conferencia tratará el próximo miércoles con el Papa Francisco en una reunión que mantendrán en el Vaticano. Al encuentro, solicitado por Omella hace unos días, también acudirá el secretario Luis Argüello y el vicepresidente, Carlos Osoro, que ha sumado a última hora.

Con la reunión, Omella trata de llegar a la plenaria de la Conferencia Episcopal, que se unirá a finales de mes, con una propuesta firme. Aunque ayer la Iglesia reafirmó su disposición a “colaborar con cualquier iniciativa que busque la verdad” subre la cuestión de los abusos, lo cierto es que algunos obispos han plantado sus reticencias a la investigación de Ángel Gabilondo. Omella, busca, en la autoridad del Papa, la clave para acabar con las discrepancias.