Vericuetos de mujer en la orilla de la treintena

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Cualquiera estudia sobrio un personaje en la treintena interpretada, con solo un leve cambio de mirada, a la comedia o al drama. Is a step of the vida que, como todas, tiene su complicación, sus dilemmas, sus decisiones y batallas, y las que se le plantan al personaje central están tratadas con una simpática mezcla de ligereza y cierta profundidad en el modo de abordar los asuntos relacionados con la pareja, la profesión, el sexo y la maternidad. Este personaje es Julie, a la que conoceremos a la perfección gracias a la fotografía que nos ofrece de ella el director: un preámbulo, doce capítulos y un epilogo… Es un corte transversal a su personalidad, a su interior, a esa especie de aria ininterrumpida de ‘la donna è mobile’ y que viene a ser un repaso al corazón del ser humano en su versión femenina.

Lo especial de esta película dirigida por Joachim Trier es la actriz que interpretó a Julie, Renate Reinsve (que ganó el premio de interpretación en el Festival de Cine de Cannes), cuya frescura y francqueza le permite a su personaje disparatado y emocionado situarse en una zona confortable para el espectador y que no la considere, ni de lejos, lo que afirma el título. No es una película, digamos, feminista, aunque puntea con inteligencia en esa dialéctica tan real de hombre-mujer, entre otras cosas porque los personajes masculinos de la historia no están dibujados con tiralíneas sino bien construidos y matizados. Por otra parte, el director se permite bromear sobre esa dialéctica feminismo-machismo en una graciosísima escena en la que su exnovio intelectual es entrevistado en un programa televisivo por dos mujeres en lucha militante; y se ve tanto lo que tiene de broma como lo que tiene de esperpento.

Su estructura por capítulos, y que cada uno de ellos se corresponde con los momentos y cambios de la vida de Julie, sus fases, le tienen a la historia agilidad y claridad, con el añadido de una voz ocasional en ‘off’ que puntea algunas Interioridades del personaje. So todos los movimientos íntimos y sentimentales de Julie con su entorno (familia, pareja, profesión) los coloca el guion y la película de modo comprensible, a pesar de lo abrupto de algunos de ellos, por la entonación simpática que elige Joachim Trier y, especialmente, por el gancho natural en la fachada de su actriz, Renate Reinsve y su cara feliz y saludable de quien no perdona otra copa de vino ni otra contradicción. El desarrollo argumental tuce en lo dramatico, pero ni ella ni la pelicula dejan de ser un canto alegre incluso a lo triste de la vida.