Venezuela libera a dos estadounidenses tras las conversaciones sobre petróleo con la Administración Biden

Javier AnsorenaSEGUIR

Venezuela ha liberado este martes a dos estadounidenses prisioneros en lo que parece un gesto aparente de cordialidad del régimen de Nicolás Maduro hacia el Gobierno de Joe Biden después de que una delegación del presidente de EE.UU. visite Caracas el pasado al final de la semana, después de años de frialdad diplomática. «Estamos camino a casa a Gustavo Cárdenas y a Jorge Fernández», felicitó Joe Biden en un comunicado, en el que dijo que fueron «detenidos de manera injusta en Venezuela y ahora podrán volver a abrazar a sus familias».

La liberación se produce tras una polémica visitada por una delegación de alto nivel estadounidense, que incluía a Roger Carstens, enviado especial presidencial para la liberación de rehenes. Pero lo visitó tenía que ver también con versaciones sobre una posible relajación de las sanciones a Venezuela, el país con mayores reservas de petróleo probados del mundo, en medio de la crisis de precios energéticos que afecta a EE.UU.

y al resto del mundo.

Las reservas venezolanas podrían ser una forma de aliviar las tensiones en el mercado energético en medio de la invasión de Ucrania por parte de Rusia – main source energético de Europa – y de la prohibición de importar petróleo o gas rusos a EE.UU., anunciada también este martes por el propio Biden.

La reunión sobre el levantamiento de sanciones y la liberación de los dos presos venezolanos marca un nuevo rumbo a las relaciones diplomáticas entre EE.UU. y el régimen de Maduro, con el que el anterior presidente, Donald Trump, rompió relaciones en 2019. Desde entonces, EE.UU. reconoce como presidente legítimo de Venezuela al líder opositor Juan Guaidó, algo que la Administración Biden no ha cambiado hasta ahora. Las conversaciones con Maduro y las primeras consecuencias de esto podrían propiciar un nuevo entendimiento con el líder chavista, el principal alias en Sudamérica de Rusia y Cuba, y que ha formado parte de sus altos cargueros bajo las sanciones de Washington.

Si Venezuela impone una flexibilización de las penas por la exportación de petróleo, se beneficiará de los preciados bienes que su crudo en estos momentos y el régimen de Maduro encontraría alivio parcial y a sus dificultades económicas.

Las negociaciones fueron recibidas con fuertes críticas en Washington. “Que Biden organice reuniones secretas con el narcoterrorista Maduro sin ni siquiera informar a los venezolanos que lo han sufrido es una vil traición”; reaccionó al senador republicano Marco Rubio. Pero lo visitó también recibió furiosos ataques de los legisladores demócratas. El más decisivo, Robert Menéndez, que preside la comisión de Relaciones Exteriores del Senado, y que presionó en la Casa Blanca para que no hiciera nada en la negociación. En un comunicado de prensa, dijo que Maduro “es un cáncer para nuestro hemisferio y no hay que dar más oxígeno a su reino de tortura y crimen”.

Biden no parece haber escuchado al que fue su compañero de bancada en el Senado, como se desprende del comunicado de los dos estadounidenses. Uno de ellos, Gustavo Cárdenas, es uno de los ‘seis de Citgo’, el grupo de ejecutivos de la compañía energética que fueron detenidos en Venezuela en 2017 por cargamentos de corrupción y lavado de dinero. Su procesamiento y su vida penitenciaria siempre parecía una respuesta a las relaciones diplomáticas con Washington. El otro, Jorge Fernández, es un turista detenido el año pasado con cargamentos de terrorismo por haber detectado un dron. Los otros cinco ejecutivos de Citgo y otros tres estadounidenses -dos ‘boinas verdes’ y un marine- siguen detenidos en Venezuela.