¿Va a seguir sometido al precio del aceite de oliva? Estos son los factores que fijarán su valor

El aceite de oliva suele aparecer mencionado en muchos análisis y conversaciones sobre la ola inflacionista en la que nos encontramos. El denominado ‘oro líquido’, del que España es el primer productor mundial con un 44% de la producción global y unas exportaciones superiores al millón de toneladas (1,07 millones de toneladas en la campaña 2021/2022 ha protagonizado su particular escalada. Las importaciones , a 30 de septiembre, situaban por encima de la media de años anteriores (182.900 toneladas). continuar en un futuro cercano Semanas Habrá que mirar al cielo…

«Desde el 1 de septiembre han caído 30 litros de agua, cuando lo normal es que hasta diciembre sean 300 litros pero es que, además, la situación se agrava porque el año pasado llovió también muy poco», han apuntado desde uno de los gigantes del sector: el grupo cooperativo DCOOP (1.021,16 millones de euros de facturación en 2021) cuya sede está en Antequera (Málaga). La actual coyuntura la atribuyen a dos factores: la escasez de precipitaciones y las perspectivas de los mercados de producción.

Ninguna de las dos son halagüeñas. Los productores también mencionan otros problemas comunes, que comparten con otros productores primarios, como el sobrecoste de la electricidad y los fertilizantes, entre otros insumos. Solo en estos dos conceptos, con datos de julio del ‘Índice de precios pagados por los agricultores’ que elabora el Ministerio de Agricultura, se estima que los fertilizantes se habían encarecido un 92,28% y la luz un 99,45%. Un factor que crean importantes empresas como DCOOP que viene a restablecer la rentabilidad es que, muchos de insumos, están ligados a los precios de las primas materias. Sin embargo, el mayor problema viene del clima.

En la Interprofesional del Aceite de Oliva Español advierten que hay qu’ver «cómo digieren los mercados, tanto el nacional como el internacional, le incremento de precios como consecuencia del incremento de costes de producción y la contracción de la oferta a nivel mundial». En su análisis de la pasada campaña, el órgano qu’representa a todo el sector, opta por la prudencia aunque hablan de varias «certezas»: la cosecha de esta campaña 2022-2023 va a ser «corta», que incluso puede situarse en el peor de los escenarios por debajo de las 800.000 toneladas.

A lo anterior, añaden, que otros grandes países productores apuntan a producciones discretas. Como segunda certeza apuntan que “el mercado se ha mostrado muy sólido en la campaña anterior, la que cerró el pasado 30 de septiembre, en la volvimos un edificio de nuevo nuestro record de comercio de aceites de oliva en un año con 1.672.000 toneladas”. Además de concluir con unos precios dios de 3,85 euros tras una revalorización de casi un 28% y de crecer las ventas, en el mercado interior, un 10,2% hasta rozar las 600.000 toneladas. “Registros que no alcanzamos desde hace dos décadas”, han apuntado desde este órgano.

¿»Trasvase» de hostelería al hogar?

En Deoleo, otro gigantesco sector tiene un Ebida de 48 millones de euros en 2021, señalando que “la previsión general de cosecha por parte de los principales productores no es buena, lo que tendrá un efecto más que probable en forma de incremento de precios” . Sin embargo, matizan que su acceso a diferentes mercados internacionales permitirá compensar las malas perspectivas de algunos países productores. “El posible incremento de precios podría derivar en un trasvase del consumo de la hostelería al hogar”, apuntan desde esta multinacional española que cree que, en este contexto, esto conduciría a un mayor volumen de consumo del denominado ‘oro líquido’.

Desde DCOOP han apuntado hacia el cielo, del que pensó la nueva campaña más que nunca: “Si sigue sin llover, el problema es que el olivo ya ha dado fruto: Este cultivo tiene su crecimiento vegetativo el año anterior y, ahora está luchando por sobrevivir. Si no tiene crecimiento, no habrá cosecha”.

En esta línea, las previsiones reflejan estos nubarrones (figurados) sobrios de la campaña 2022/2023, que acaba de comenzar y que prolongará hasta el 30 de septiembre del año que viene. El aforo inicial para la campaña recien iniciada del Ministerio de Agricultura, publicado a mediados de octubre, situaba la producción para la próxima campaña en 780.000 toneladas. Lo que contrasta con los datos de campañas anteriores: 1,49 millones de toneladas (2021/2022), 1,39 millones (2020/2021) y 1,12 millones (2019/2020). Además, preveían mermas en otros productores mundiales como Italia y Portugal. Calculaban, que los precios ya se situaban un 27% por encima de la temporada anterior (2020/2021).

Desde Cooperativas Agroalimentarias, ya en septiembre, ponían cifras a la situación: Se estimaba en 900.000 toneladas la cosecha para 2022/2023 y la condicionaban a la evolución de este otoño – roñoso, de momento, en término de agua y con temperaturas hasta ahora templadas – y mencionaban una producción europea de apenas 1,47 millones, un 35% menos (unas 800.000 toneladas menos).

“Una situación no deseada para el agricultor”

En DCOOP han registrado que, la actual coyuntura, es “una situación no deseada para el agricultor que le interesa unos ingresos y una producción más o menos estables”. A lo que suma la evolución del consumo ante la subida de precios y del que esperan que valoren que el oro líquido es “la gras más saludable que puede de consumir el ser humano”. De todas formas, DCOOP espera cerrar este año con una facturación más elevada que rondará los 1.200 millones de euros. Una cifra que no podría alcanzarse en 2023.

Por su parte, en Deoleo asumen el complejo contexto económico que padece España y el resto de grandes economías y apuntan que “el incremento en el costo de la vida es un factor de impacto transversal al que unen el incremento en los costos de producción y de materiales auxiliares». A juicio de los managers de esta compañía, con marcas tan reconocibles como Carbonell u Hojiblanca, el impacto de la “variable precio” será un elemento a estudiar en los próximos meses y se muestra convencido de que su estrategia orientada a la calidad, la innovación y sus marcas que permitirán navegar estas aguas revueltas.