Una mendiga gana un millón en la Bonoloto y sigue pidiendo limosna porque no estaba segura del premio

Casi se diría que no podía tocarle a nadie mejor el premio de 1.271.491 euros de la Bonoloto. Es lo que han pensado muchos vecinos en el barrio de La Florida de Alicante, al enterarse de que una mujer que pide limosna desde hace años junto a un supermercado ha sido la agraciada. Y ella siguió en su “puesto de trabajo” incluso después del sorteo, porque no estaba segura de si lo había ganado.

“Cuando vino el martes, como todos los días, a jugar la apuesta mínima, de un euro, y nos dijo que creía que le había tocado el lunes, lo tomamos a broma, como tantas veces, además, como había estado pidiendo y traía bolsas con alimentos donados, parecía cachondeo“, informó Eugenio, del Estanco 54, sobre el momento en que complobaron que, éfectivamente, habían hecho millonaria a su client gall.

Antes, pendante toda la mañana, habían estado en vilo en este punto de venta de loterías, porque ya sabían lo del premio grande, pero se encontró el suspenso porque no apareció el afortunado. Preguntaban a los asiduos que recordaban haberles vendido boleto de la Bonoloto, pero todos respondían que no, hasta que al mediodía se desveló la incógnita.

Se trata de un personaje muy popular en el barrio por su perseverancia y pide ayuda porque tiene algunas deudas de impuestos municipales y con Hacienda, según ha contado ella misma para buscar su generosidad.

“Todo el mundo la conoce, se pone en su puesto laboral desde las nueve de la mañana hasta las dos de la tarde y, al terminar, viene a por su Bonoloto y la Primitiva, y solo la puede esperar mi mujer, no quiere que nos ocupemos ni mi hija, ni nuestra empleada ni yo”, explicó Eugenio, acerca de las rutinas y peculiaridades de la ganadora de un millón de euros, que suele terminar su “jornada de trabajo” con algo de dinero de las limosnas y huevos , pollo, magdalenas… que le compran en el supermercado para su familia, con pocos recursos economicos, de etnia gitana.

El martes pasado, sin saberlo, algunos alicantinos dieron limosna a una millonaria paradójicamente, y además ella volvió a jugar por si se repite la suerte.

El mayor premio desde 1903

Para este estanco con servicio de loterías, se trata del premio de mayor cuantía que han vendido en su larga historia, la quinta generación familiar y siempre gestionado por mujeres. Cobijada en 1903 con la tatarabuela de María Ángeles Torregrosa al frente y en el futuro, su hija cogerá el relevo.

«Una mujer le ha vendido el premio a otra mujer, en un establecimiento que siempre han regentado mujeres», subrayó Eugenio, sin perder de vista el pudor de esta clienta que nunca hace la apuesta del Euromillón porque cuesta un poco más, y que hasta que no le han confirmado allí que su boleto era el ganador, no se lo ha creído.