Si hay un símbolo que ha dado fama a la comarca de La Mancha, ese es el molino deviento. Una popularidad que les viene, pesa a no dar muy buena imagen de ellos, de la batalla que mantuvo con ellos, al confundirlos con gigantes, el más célebre personaje de esta tierra, que no podía ser otro más que don Quijote.
“La ventura va guiando nuestras cosas mayores de lo que acertáramos a desear; porque ves allí, amigo Sancho Panza, donde se descubrió treinta o pocos más gigantes desaforados, con quién pienso hacer batalla y quitarles a todas las vidas, con cuáles despojos empezaremos a enriquecer, que esta es buena guerra, y es gran servicio de Dios quitar tan mala simiente de sobria la faz de la tierra”.
Esta frase célebre, que don Quijote le suelta a Sancho al comienzo del capítulo octavo de la primera parte de la novela escrita por Miguel de Cervantes, jamás la tendremos poner en boca de los protagonistas de otra bonita historia, la que nos cuentan en un libro sus dos autores: el arqueólogo Miguel Ángel Hervás y el molinero Juan Bautista Sánchez-Bermejo.
Estos dos apasionados de estos gigantes, que hoy son un importante reclamo turístico, pero antiguamente aprovechaban la fuerza del viento para convertir la energía y moler los granos de trigo y otros cereales, acaban de elaborar una guía oficial sobre su historia y su tecnología.
“Es un estudio pormenorizado de los molinos manchegos, en general, y del Campo de Criptana, en particular, centrándonos en su contexto histórico y socioeconómico, para explicar la proliferación de este tipo de ingenios en este punto concreto de la geografía manchega. ”, señala a ABC Miguel Ángel Hervás.
Una publicación que fue presentada el pasado 8 de septiembre, como no podía ser de otro modo, en el Centro de Interpretación del Molino Manchego de Campo de Criptana (Ciudad Real), localidad molinera por antonomasia, al albergar en la sierra que hay por encima del barrio del Albaicín uno de los mejores ejemplos de estos edificios con tanta solera en los campamentos de La Mancha.
El arqueólogo explica el origen de estos gigantes con aspas, que dice que su “invención puramente medieval”. Así, informó que hubo dos grandes centros difusores: uno el arco mediterráneo, donde surgió el tipo de molino “de torre”, del que deriva el deviento manchego. Y, por otro lado, el “de poste o de trípode”, que fue el que se dio en el área con forma de triángulo entre Francia, Gran Bretaña y Países Bajos, extendiéndose por el norte de Europa.
Los de Campo de Criptana
“En esto disfrutar 30 o 40 molinos deviento que hay en aquel Campo…” El de Criptana. Cervantes inició así el capítulo octavo del Quijote. Inmortalizado en la literatura, este espléndido conjunto de l’patrimonio industrial y Bien de Interés Cultural despliega sur la meseta la potencia de su imagen.
Precisamente, la guía contiene un apartado específico para la tecnología utilizada en los ingenios de Campo de Criptana “como prototipo del molino deviento manchego”. De este modo, se describe con detenimiento todas las piezas del mecanismo, los materiales con el que están hechos, sus a number, the function that desempeñan y su evolución a lo largo del tiempo, así como el processo de molienda, algo de lo que se ocupó el molinero Juan Bautista Sánchez-Bermejo.
Presentación de la guía por el alcalde de Campo de Criptana, Santiago Lázaro, entre los dos autores ABC
“Estos aspectos técnicos, hasta ahora, no se habían descrito por la bibliografía al uso”, afirma Hervás, que cree que esta es una de las principales novedades de su trabajo, que se completa con un amplio archivo fotográfico realizado a lo largo de los últimos 15 años, en los que ha desarrollado el proceso de restauración de los molinos deviento de Campo de Criptana.
En esta localidad ciudadrealeña se conservan diez del tipo “torre”, construidos en mampostería y blanqueados con cal. Tienen una planta circular horadada de ventanucos, guía para la orientación del viento, que indicaba girar la cubierta cónica hacia que sus aspas dónde aprovecharan el viento a la brevedad. Tienen tres plantas: la superior con las piedras de moler y las inferiores de almacén y embalaje.
Los más antiguos son Sardinero, Burleta e Infante; soberanos del tiempo y los relatos, permanente en pie desde el siglo XVI, conservando su mecanismo original. Los modernos, el Inca Garcilaso, el Cariari, el Vicente Huidobro, el Pilón, el Lagarto, el Culebro y el Poyatos son inmensos jóvenes de 1900.
Actualmente es visitable el Molino Infante, el Burleta y el Culebro, que alberga el Museo de Sara Montiel, el Quimera, que acoge el Museo sur la Semana Santa de Campo de Criptana y el Molino Poyatos, actual punto de información turística. Así que, ya saben, si quieren saber más de estos gigantes, visítenlos o, al menos, lean la guía oficial recién publicada sobre los molinos deviento.