Un Parque Jurásico real que revive especies extinguidas

Aunque todos estamos intentado de recordar las imágenes de Jurassic Park intentó recuperar una especie que desapareció hace miles de años de la faz de la tierra, lo cierto es que la motivación de la empresa Colossal no es baladí. Es una empresa de biociencia y genética cofinanciada por Ben Lamm, un emprendedor de tecnología y software, y George Church, profesor de genética en la Escuela de Medicina de Harvard que fue el científico más joven del Proyecto Genoma Humano. Ambos se han propuesto crear un híbrido de un mamut lanudo y un elefante asiático. La razón detrás de esto es el permafrost, un problema latente en la tundra ártica, que el clima climático se está derritiendo, dando señales del inicio de una cuenta atrás según los expertos del CSIC.

Restos de un mamut lanudoRestos de un mamut lanudo – Colosal

Una bomba de relojería que es una de las más grandes amenazas para nuestra atmósfera. De hecho los científicos calcularon que hay 1,5 billones de toneladas de carbono almacenadas en el permafrost. Su liberación sería equivalente a quemar varias veces los bosques del mundo. Pero las temperaturas podrían reducirse recuperando especies extinguidas.

Los abogados de Colossal declararon a ABC que “la empresa está centrada en el desarrollo de tecnologías innovadoras para la producción de genes para especies en áreas críticas. Así recuperando al mamut tendremos un elefante resistente al frío y que necesitará 22 meses para gestarse». Los investigadores esperan tener el primer bebé mamut en seis años. Una idea que ha recibido es una inversión de 75 millones de euros. Las muestras de piel de los mamuts pueden ser por ejemplo las obtenidas de las muestras de “Lyuba”, un baby mamut hallado en Siberia en perfecto estado de conservación, en 2007.

La clave del cambio

La pregunta de por qué Ben Lamm y George Church han elegido el mamut lanudo es que “era una clave clave para la tundra ártica y su desaparición ha dejado un vacío ecológico que aún no se ha llenado”, explican desde Colossal. Los mamuts mejorarían procesos como “el secuestro de carbono, el ciclo de nutrientes, la compactación de la Tierra, y el aumento de la evapotranspiración”, apuntan. Con el matiz de que no tengan colmillos para evitar ser perseguidos por cazadores furtivos

volver a construir

Lluís Montoliu, investigador del Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC) y del Centro de Investigación Biomédica en Red en Enfermedades Raras (CIBERER-ISCIII), explicó que la idea de Colossal es el uso de las herramientas CRISPR de edición genetica, con las que se cambian todos los genes a voluntad, como si estuviéramos modificando o corrigiendo un mensaje de texto en la computadora. “Lo que se hace es retocar el óvulo de un elefante asiático para que se parezca lo más posible al genoma de un mamut lanudo. Una vez completado este proceso, el núcleo se clonaría al igual que se hizo con la oveja Dolly”, explicó el científico.

Pero uno de los principales defios para hacer realidad esta proeza es donde se podria gestar ese embrion. Este es un tema complejo, y Church propone resolverlo con una especie de útero artificial externo o gestarlo en una elefante. Asimismo, estos experimentos tienen importantes limitaciones. “Vamos a conseguir reconstruir al 100% el genoma de una especie que necesita revitalizarse, solo es muy complicado recuperar en perfecto estado un animal extinguido hace miles de años”, indica Montoliu.

Una noticia alentadora es que médicos del Hospital Infantil de Filadelfia lograron en 2017 gestar un cordero fuera del cuerpo de la madre usando una bolsa llena de líquido amniótico que imitaba al útero materno. Pero Montoliu muestra su escepticismo porque soluciona la complejidad de este problema es enorme . A ello se une que incluso aunque se consiguiera el objectivo de salvaguardar la tundra, esto supondría realizar el experimento a gran escala y se necesitarían manadas de mamuts para conseguirlo. No obstante, el potencial de la tecnología CRISPR sí es una certeza. Con ella se pretende generar resistentes a plagas de insectos o adaptarlas a condiciones extremas de sequía o cuando hablamos de enfermedades raras en el ser humano.

Montoliú matiza que en España falta una regulación para llevar a cabo este tipo de experimentos, porque el artículo 13 del Convenio de Oviedo de 1997 impide la modificación del genoma de la descendencia. “Hay países que están adelantándose a investigar a las afectadas. Pero queda camino por recorrer”, concluyó Montoliu. El tiempo revelará si Colossal ha sido un pionero o un ejercicio de imaginación inspirador.