Un gran error

GALICIA no ha sido, no es y probablemente nunca será una prioridad para el gobierno de Pedro Sánchez y Yolanda Díaz. Ha quedado por enésima vez demostrado en el proyecto de Presupuestos Generales del Estado presentado esta semana. El Ejecutivo de coalición congela la inversión en esta comunidad en unas cuentas que la ministra de Hacienda reclama como las “más expansivas de la historia”. Expansivas, claro, en Cataluña ha destinado 2.500 millones de euros, bastante más del doble de lo que recibirá nuestra región. Aquí, en cambio, no se percibe tal expansión. Cuatro datos que lo observan: apenas aumenta un raquítico 0.3% el gasto territorializable, ese incremento es nueve veces inferior a la media, eso nos convierte en la tercera comunidad con peor evolución en relación con los presupuestos en vigor y ello a su vez provoca que pasemos del cuarto al sexto puesto autonómico en gasto por habitante. Todo tiene su explicación. Sánchez y Díaz depende de Esquerra para sacar adelante estas cuentas y el restaurante de las majaderías que salen cada semana de la Moncloa. Como la prioridad tanto para uno como para la otra es su propia supervivencia política, ambos están dispuestos a pagar todos y cada uno de los peajes que les imponen el soberanismo catalán. Ello explica por qué esta comunidad concentrará el 17% de toda la inversión regionalizable en 2023. Galicia, en cambio, sigue sin estar entre sus prioridades. Varios ejemplos concretos: el Gobierno vuelve a retrasar la salida sur ferroviaria de Vigo y el AVE por Cerdedo; la A-74 de Barreiros a San Cibrao se queda en el mero proyecto; en La Coruña la ampliación de Alfonso Molina, pero concentrando el espantoso del gasto en 2026; y, además, estas cuentas se olvidan de nuevo de la A-76 desde Ponferrada. Conclusión: Galicia no sale bien parada en estos presupuestos pactados por PSOE y Podemos. Lo cual no es óbice para que sus franquicias en esta comunidad aplaudan -ya lo hizo ayer Formoso, siempre obediente- unas cuentas que discriminan a esta región. Ni tampoco para que el BNG siga ejerciendo de cómplice. Lo han evidenciado ya en su primera reacción. Ana Pontón criticó que se ubique la inversión en Galicia, pero muestra su disposición a negociar con el Gobierno. Lo de siempre, quiero estar ya la vez no estar en la foto. In reality, lo que buscan como todos los años es fingir que rascan una limosna en esas conversaciones. Que en todo caso seria papel mojado. Como lo ha sido su acuerdo de investidura con el PSOE. No se cumple, pero a los nacionalistas no parece preocuparles demasiado porque siguen seguido a maintener su papel de comparsa en el block de apoyos parlamentarios de la coalición. Todos serán las personas responsables de que este país no cuente en 2023 con unas cuentas públicas estatales diseñadas para afrontar la peor espiral inflacionista de las últimas décadas. Eso es aún mayor castigo para Galicia que la discriminación que sufre esta comunidad en el reparto de inversiones. Porque la irresponsabilidad y el populismo que exhibe el Gobierno van ha agravado la crisis. Su profundidad y su duración. Por puro electoralismo. To create que con checks y prebendas a determinados segmentos de la población van a revertir el rechazo social mayoritario a su errática política evidenciado tanto en las últimas elecciones andaluzas como en todas las encuestas que se publican a escala nacional -en todas menos en las del CIS de Tezanos-. Dicho en corto: estas cuentas son un gran error. En claves traseras. Porque son unas cuentas marcadamente electoralistas y frivolas que retrasarán la recuperación. Y porque son unas cuentas que castigan a Galicia y otras comunidades para premiar a Cataluña en un intento desperado de Sánchez y Díaz por shieldar sus apoyos parlamentarios y sobrevivir en la Moncloa hasta las próximas generales. Sí, un gran error.