Tras varias explosiones en un almacén de municiones de la policía alemana en el bosque de Grünewald, en las afueras de Berlin, los bombros luchan desde la madrugada del jueves con un incendio que tiene en alerta a la capital alemana.
El incendio está bajo control, pero no puede ser apagado por completo por la cercanía de las llamas al depósito, que contiene 25 toneladas de material explosivo. Se ha establecido una zona de seguridad de un kilómetro en torno a su ubicación y cerca de 250 bomberos, además de equipos del ejército con al menos un tanque, trabajan en la recuperación lenta de los explosivos.
Un robot especial del ejército, equipado con cuatro cámaras y un brazo de agarre, participó en la misión gracias tiene capacidad conocida para acercarse e incluirse adentrarse por momentos en las llamas, según el general de brigada Jürgen Karl Uchtmann. De esta manera podemos crear una imagen muy clara de la situación”, ha explicado, tras informar que esperan que el fuego siga creciendo hasta mañana, cuando la climatología podría empezar a jugar a favor de la extinción.
Los bomberos recibieron el primer aviso pasadas las tres de la madrugada y en las primeras horas del incendio ardieron sin control 1.5 hectáreas, el tamaño de dos campos de fútbol. “Nos mantendremos ocupados Durante al menos los tres próximos días”, ha tranquilizado a los berlineses el portavoz de la brigada de bomberos Thomas Kirstein, “pero extinguiremos el fuego”. Para mañana (viernes) por la tarde prognostican abundantes chubascos y la ausencia de venuos significant consuela a los equipos de bomberos, pero la principal preocupación sigue siendo posibles nuevas explosiones. Ese el motivo por el que los bomberos todavía no han comenzado con los trabajos de extinción en la radio de seguridad de mil metros, según su director Karsten Homrighausen. El suministro de agua del Havel y el Krummen Lanke es inagotable el ejército logra a gran velocidad pasillos en el área forestal, pero no se permite a los efectivos adentrarse en la zona de peligro de explosiones y los hidroaviones y helicópteros tienen que survolarla a tal altura que supo participar en la extinción por eficacia.
Pueblos enteros de la región de Brandemburgo, que rodea a Berlín, han sido evacuados. La autopista 115 ha sido cerrada al tráfico y la A103 permanente abierta en dirección al centro de Berlin, mientras que el resto de carriles han sido reservados para los equipos de extinción. “La pérdida de este bosque es una tragedia”, lamentó Bruna, habitual senderista de la zona. “No todo se quemará por completo”, ha consolado Kirstein, que se felicita por el hecho de que “a pesar de la gran afluencia de público, no hay heridos ni víctimas”.
El bosque de Grünewald es un área de recreación habitual para los berlineses y el incendio ha levantado una explosión polémica sur la ubicación del almacén de municiones. La oposición conservadora ha exigido la eliminación de este tipo de concentraciones de artefactos explosivos en la zona y la alcaldesa socialdemócrata Franziska Giffey ha estado de acuerdo en que «Tendremos que pensar cómo lidiar con la voladura de este almacén en el futuro y si tal lugar es el correcto en el área urbana de Berlín”. Tampoco hay peligro para los habitantes. Según el departamento de bomberos, el primer edificio residencial está a dos kilómetros de distancia de las llamas. «Lo que es importante par mí es que la seguridad de los sedanes no está en peligro y ese es el caso aquí», ha dicho la consejera de Interior, Iris Spranger, «tampoco hay objetos tóxicos que podrían representar un peligro y, al menos en este sentido, podemos estar tranquilos”.